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Vetusta Morla: "Nos gusta desmitificar al músico, un trabajo con sus glorias y miserias"

  • La banda de Tres Cantos presenta su primer libro, Memoria instantánea

  • "Si nos encontrásemos a los Vetusta del 98, no sé si nos reconoceríamos", confiesan a RTVE.es

  • Vetusta Morla empezará en mayo a trabajar en su cuarto álbum de estudio

LAURA G. TORRES
9 min.

"¿Escribir un libro nosotros? ¡¿Qué raro, no?!". Eso fue lo primero que pensaron los Vetusta Morla cuando les llegó la propuesta de Planeta de participar con un libro en su editorial. Pero, cuando los integrantes de una de las bandas españolas más importantes del momento se pararon un segundo a pensar, se dieron cuenta de que lo que se habían propuesto hacer ya lo estaban haciendo: textos e imágenes que dibujan su "intrahistoria". Eso es Memoria instantánea (Temas de hoy, 272 páginas, 21,90€), un libro que recoge las impresiones de los casi dos años de gira de La deriva, su último disco, y que sale este martes a la venta.

Con fotografías de Pucho (vocalista), realizadas con una cámara de revelado instantáneo, y textos de los otros cinco músicos de la banda (Juanma Latorre, guitarra; David García 'El indio', batería; Guille Galván, guitarra; Jorge GonzáLez, percusión; y Álvaro B. Baglietto, bajo), Memoria instantánea juega con géneros y estructuras, sensaciones y emociones para intentar capturar el tiempo y los espacios, los 22 meses y nueve países (España, Francia, Portugal, Reino Unido, México, Colombia, Argentina, Chile y Alemania) por lo que transcurrió la deriva metafórica y literal de Vetusta Morla entre 2014 y 2015.

"Creo que hemos conseguido capturar momentos, imágenes y sensaciones de las que hay muchísimas en la gira y que acaban desapareciendo en el ruido y la furia", explica Juanma Latorre en una entrevista en Madrid con RTVE.es, junto a Pucho y Jorge, en plena promoción editorial. Esto ya lo habían intentado hacer a través de blogs o en redes sociales, pero se dieron cuenta de que esos soportes acaban siendo volátiles y buscaban algo "más trascendente", como el papel y la tinta.

Imágenes, maletas y cercanía

La propuesta les sorprendió con la gira ya en marcha, pero las fotografías que Pucho ya había empezado a realizar con su cámara nueva, incluso antes de que arrancase, fueron el "clic" que les dio la idea necesaria para armarla. En el libro, instantáneas y textos dialogan entre sí, pero a su vez con la música que acompaña a cada uno de los textos -una suerte de entradas de un blog en papel-, canciones elegidas por cada autor y que van de Franco Battiato a Zóe o Henry Mancini e incluso temas propios, y que puedes escuchar aquí a través de Spotify:

"Cuando me regalaron esta cámara, empecé tirando fotos a cosas de la vida cotidiana, no me marqué un objetivo, sino fui experimentando y jugando a ver qué iba saliendo. Y luego van saliendo cosas, vas viendo por dónde va tu mirada. Muchas de las fotos son como lo que queda un poco fuera de campo y de lo habitual, en las que parece que no pasa nada, pero son como casi un diario, muy relacionado con mi vida, y mi vida pasa por las giras y por mis compañeros", explica sobre sus fotografías Pucho, que confiesa que están "muy contentos" con el resultado.

El interior de la maleta de Pucho, de Vetusta Morla. © Pucho

En esta misma línea, los textos tampoco siguen ninguna regla, sino que cada uno escribía de lo que le "apetecía", aunque cierto es que en algún momento al final del proceso hallaron "algunos huecos temáticos" que tuvieron que llenar, revela Jorge, como su "#Por si acaso" o qué lleva un 'vetusto' en la maleta cuando va de gira (la foto es del equipaje de Pucho en uno de sus últimos viajes a Alemania, maleta que es "una composición artística en sí misma, no solo para la foto, siempre", revela Juanma).

Ya sea el interior de una maleta, el tránsito por un control de aeropuerto, las sensaciones a bordo de la furgoneta o encima del escenario o los rincones del camerino más lujoso al más cutre, Memoria instantánea destapa secretos nunca revelados: "Mostramos cierta parte de la banda que nunca se ha llegado a ver o que no se ha mostrado de forma clara", dice el percusionista, que sí considera que esto les hace más cercanos, no ya a sus seguidores, sino a un lector más general.

"Labor desmitificadora"

En este sentido, el libro también contribuye a humanizar a Vetusta Morla y erradicar leyendas urbanas muy arraigadas en torno a los músicos: "Nos gusta ejercer la labor de desmitificar pero desde un punto de vista constructivo y positivo porque entendemos que está muy bien que se entienda que lo nuestro es un trabajo también con sus glorias, sus miserias y sus necesidades; que los músicos no son marcianos que bajan en un platillo volante… buenos algunos sí (risas), pero la gran mayoría no es así. Así que nos gusta mostrar esa parte más desprovista de glamour", confiesa el guitarrista, que, junto a sus colegas de banda, demuestran en el cara a cara con la prensa.

Memoria instantánea también ha servido para poner por escrito el "Decálogo del buen vetusta", una especie de "diez mandamientos" que son "muy reales" pero que hasta ahora nadie había "sistematizado". Entre estas normas están el "Patatismo Ilustrado" -que todo proyecto "toque la patata" (corazón)-(primero), el arte de "dar la vuelta a la tortilla" (noveno) o el de "desaparecer" (décimo).

El tercero de esos mandamientos ha sido básico en su carrera: "El buen vetusta antepone siempre lo artístico a lo financiero en las decisiones empresariales. Todavía se estudia en las escuelas de negocio cómo es posible haber alcanzado el éxito según este método", reza, y es que Vetusta Morla creó su propia discográfica, Pequeño Salto Mortal (PSM), para poder publicar sus discos y de esa necesidad hicieron virtud.

"Es algo que todavía lo estamos estudiando. Somos músicos y no sabemos nada de negocios y hemos aprendido haciéndolo. Hay veces que estas dos actividades no se llevan bien entre sí y a veces tenemos discusiones al respecto, o incluso contigo mismo. Por eso tratamos de hacer de PSM un ente fuerte que tenga su autonomía, sus proyectos y capacidad de decisión al margen de lo que nosotros como artistas queremos hacer. Esa tensión existirá toda la vida, pero lo bueno es que, como somos los dueños de la empresa, podremos imponer nuestro criterio, de momento con buenos resultados", reflexiona Latorre, compositor además de gran parte de las letras del grupo.

La magia del escenario

Pese al "dolor del desarraigo" que conlleva un gira larga como la de La deriva -"cuando llevas ya mucho tiempo fuera notas como si fuera una placa tectónica que va a la deriva, que empieza a separase un poco del continente que era tu vida antes y dices, 'tenemos que volver'"-, estos músicos no cambian la "magia del escenario" por nada, como revelan en el libro.

El amasijo de hierros y aparatos que es un escenario, "si lo analizas fríamente es lo más feo que hay", comienza Pucho..., pero "es un lugar en el que se concentran tantas emociones y energías que acaba siendo en una especie de portal dimensional", continúa Juanma, en el que, él en particular, consigue ser "consciente del momento que estás viviendo" hasta el punto de que "casi puedes ver de manera visual las líneas que te conectan primero entre nosotros y luego con las personas que están ahí".

La gira de La deriva arrancó el 24 de abril de 2014 en Murcia y, tras decenas de conciertos, concluyó en Frankfurt el 3 de diciembre de 2015, con un final de tour en Alemania con conciertos en salas medianas y pequeñas de entre 600 y 200 espectadores. "Fue un poco como volver a los noventa -empezaron a tocar en 1998-, al Siroco, algo simbólico como el volver a los orígenes para volver a casa", rememora el vocalista. "Fue justo después de los dos últimos conciertos del Palacio [de Deportes de Madrid, con 15.000 espectadores cada día] y eso te resitúa un poco. La 'promo' que hicimos allí en Alemania no es como la de aquí, sino como la de años atrás de Vetusta. Eso da un momento para pensar todo lo que has conseguido y ver que queda mucho trabajo por hacer", corrobora Jorge.

Y es que, pese a llevar casi 20 años tocando, con la amistad como clave de haberse mantenido unidos, y saborear las mieles del éxito casi desde el momento que publicaron su primer disco -Un día en el mundo (2008)-, a Vetusta Morla les quedan "muchísimas cosas por aprender". "Y lo mejor es que no sabemos qué es, con lo cual tendremos que caminar y descubrirlo. Lo mejor que te puede pasar es que la vida te saque del error de que lo tienes todo vivido, aprendido, experimentado. Hemos aprendido muchísimo en estos 20 años y si nos encontráramos a los Vetusta del 98, no sé si nos reconoceríamos, pero seguro que quedan muchas cosas que aprender", opina Latorre.

Pero, ¿cómo les gustaría ser recordados a la banda 'indie' más importante del panorama musical español actual? " Por todo el material que hemos creado. Generar material artístico y cultural que a la gente le sirva para su día a día y para sus propias transformaciones, es de las cosas más bonitas que puedes hacer en la vida; es lo mejor que podemos legar a las futuras generaciones", sentencia Pucho. Y Memoria instantánea es el último regalo, de momento.

El camino por andar del nuevo disco

Tras un breve descanso tras la gira y la edición y presentación del libro, en mayo Vetusta Morla se pondrá manos a la obra para trabajar en el que será su cuarto álbum de estudio -tras Un día en el mundo (2008), Mapas (2011) y La deriva (2014)-. "Nos juntaremos otra vez y empezaremos las tareas primero de reconexión con la música, porque como banda hemos estado tiempo alejados, sin trabajar con música", cuenta Latorre. Se sentarán sin ninguna idea preconcebida sobre la línea de su nuevo trabajo. "Veremos hacia dónde nos lleva el camino. Supongo que cada uno de nosotros tendrá su quiniela, aunque la mía es de 'vamos a ver qué pasa'…", dice el guitarrista, punto de vista que comparte, entre risas, Pucho: "Es mejor ir con esa expectativa". Con toda probabilidad, el disco se publicará en 2017, y, aunque confiesan que "no es nada premeditado", se volverá a cumplir la norma no escrita de tres años de intervalo entre sus trabajos: "Guille sí que tiene un problema con la numerología, de hecho título del disco en directo (15151) lo escogió porque es capicúa. Es de los que cuando el cuentakilómetros llega a un número capicúa hace una foto y la sube a Instagram (risas). Ya en serio, al final tres años es el ciclo natural de trabajo, dos años de gira y uno para el disco. Es muy difícil hacerlo más rápido y, en nuestro caso, no sería conveniente hacerlo más rápido", concluye Juanma.

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