“Cuando pregunto a la gente por qué arriesga su vida de esta manera, siempre obtengo la misma respuesta: ‘No tenemos otra opción’. Estas personas saben a lo que se arriesgan, pero lo hacen de todos modos. Nos dicen que preferirían ahogarse buscando la seguridad y la libertad, antes que quedarse en sus países o en Libia, donde sus vidas no valen nada".
La declaración es del coordinador de emergencias del M.Y. Phoenix, uno de los barcos de rescate que la organización Médicos Sin Fronteras ha mantenido durante ocho meses en el Mediterráneo para socorrer a los miles de migrantes y refugiados que se han embarcado en esta peligrosa travesía para intentar llegar a las costas europeas.
La organización humanitaria asegura que 2015 será recordado como el año en el que "Europa fracasó de forma catastrófica a la hora de asumir sus responsabilidades y responder a las necesidades urgentes de asistencia y protección de más de un millón de hombres, mujeres y niños".
"La Unión Europea y sus Gobiernos no solo no supieron abordar las necesidades humanitarias y médicas urgentes de los refugiados y los migrantes que llegaban a sus fronteras exteriores e interiores, sino que sus políticas y acciones contribuyeron activamente a empeorar la llamada ‘crisis de los refugiados’, así como la salud y el bienestar de estas personas", denuncia Médicos Sin Fronteras en su informe Carrera de obstáculos hacia Europa.
Condiciones de acogida "miserables"
La ONG asegura que la falta de alternativas legales y seguras, las vallas de alambre de espino, los pasos fronterizos cerrados caprichosamente, las condiciones de acogida miserables e inhumanas, y los complicados y cambiantes procedimientos de registro han agravado las ya de por sí miserables condiciones impuestas a las miles de personas que escapan de la guerra, la pobreza y la opresión, y solo sirven para hacer su huida más peligrosa y agravar su sufrimiento.
Y añade que pese a que los líderes europeos –con algunas excepciones notables– levantaron muros, tanto física como metafóricamente, cada vez más altos, las cifras de llegadas demuestran que, mientras siga habiendo guerras, inseguridad, pobreza y opresión, la gente seguirá huyendo, sin importar los riesgos o desafíos de esta carrera de obstáculos.
“Pasé tres meses en Trípoli. No tengo palabras para describir lo que viví allí. Es el peor lugar del mundo. Nos trataban como a animales. Separaron a los hombres de las mujeres, y cada día tomaban a una de nosotras para saciar su lujuria. ¿Quién quiere quedarse en Libia en estas condiciones? ¡No quiero que vuelvan a abusar de mí! Así que no teníamos otra opción. Es cierto, sabíamos que podíamos morir en el mar, pero fue nuestra elección”, afirma una mujer eritrea, a bordo del barco de MSF Bourbon Argos, en julio de 2015.
Travesía en el mar: traficantes, violencia y barcos atestados
2015 fue el año en el que más personas se ahogaron en el Mediterráneo intentando llegar a Europa: al menos 3.771. "Con su falta de voluntad política para proporcionar alternativas seguras y legales a esta mortal travesía, la UE y los Gobiernos europeos han empujado a más de un millón de personas hacia las únicas vías de entrada que les quedan: traficantes y barcos destartalados y atestados", señala el informe.
Durante los casi ocho meses de intervención, los barcos de MSF sacaron del agua a 20.129 personas, y dieron atención médica a varios miles
más transferidas desde otros barcos de rescate. Además, los equipos de la ONG han recogido testimonios que describen a grupos de enmascarados no identificados que robaban o tiraban por la borda las pertenencias de los migrantes, y a guardacostas griegos que habían pasado de largo sin acudir en su rescate. Hasta ahora no se ha realizado ninguna investigación en profundidad.
Italia y Grecia, una bienvenida "inhumana"
La pesadilla, asegura MSF, no terminar al llegar a suelo europeo. "Estamos alojados en una sucia tienda de campaña. No hay colchones, tan solo cartones. No hay mantas, nada, solo tierra. No queremos ni acercarnos a los aseos. El agua no está limpia, no podemos lavar la ropa. No puedo creer que esté viviendo en estas condiciones con mi familia. Yo trabajaba de profesora, y mi marido es contable. Míranos ahora. Esto es inhumano”, cuenta una mujer siria llegada a Grecia.
“No queremos ni acercarnos a los aseos. El agua no está limpia, no podemos lavar la ropa“
La ONG señala que las autoridades griegas no han establecido un sistema de recepción adecuado, un acceso oportuno a los procesos de registro ni información adecuada sobre los procedimientos de solicitud de asilo o los servicios básicos disponibles; estas carencias generan, como poco, ansiedad si hace buen tiempo, y la miseria más absoluta cuando se desatan el viento y la lluvia.
Y a estas condiciones insalubres, hay que añadir que las mujeres y las niñas están expuestas, además, a agresiones, explotación y acoso sexual durante esta travesía como ha denunciado también la ONG Amnistía Internacional este lunes.
"Hemos visto a muchas mujeres embarazadas y niños haciendo cola durante días en el barro, empapados sin nada con qué protegerse de la lluvia, muchos de ellos con apenas una camiseta. La gente ya no aguanta más. Tienen los pies hinchados de tenerlos húmedos tantos días", afirma el coordinador del proyecto de MSF en Lesbos. Entre junio y noviembre de 2015, dos tercios de los pacientes que buscaban atención en las clínicas de MSF en Grecia sufrían infecciones respiratorias, enfermedades de la piel y traumatismos por las condiciones insalubres y peligrosas en que se encontraban.
Italia, indica el informe, sí cuenta con un sistema de recepción operativo al haber sido durante los últimos años una importante puerta de entrada a Europa, pero ante la gran afluencia de migrantes el servicio es insuficiente y, en ocasiones, está colapsado. De hecho, el centro de acogida de Pozzallo2 (Sicilia), ha sido denunciado por sus condiciones indignas e inhumanas.
“Hay niños haciendo cola durante días en el barro, empapados sin nada con qué protegerse“
Y a estas condiciones insalubres, hay que añadir que en el caso de las mujeres y las niñas están expuestas a agresiones, explotación y acoso sexual durante esta travesía como ha denunciado también la ONG Amnistía Internacional este lunes.
Las consecuencias médicas de las políticas fronterizas
De los 851.319 hombres, mujeres y niños que llegaron a Grecia en 2015, la gran mayoría siguió adelante en busca de asilo en los países del norte y el occidente europeo, para lo cual tomaron la ruta de los Balcanes. Pero este camino, aun siendo por tierra, también está lleno de peligros. Durante el verano, el otoño y el invierno de 2015, "los Gobiernos de estos países jugaron continuamente con la salud, la dignidad y el bienestar de los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo, abriendo y cerrando las fronteras de forma caprichosa, sin una planificación o comunicación adecuadas", señala MSF.
En toda Europa, la gran mayoría de las enfermedades tratadas por los equipos médicos de MSF podrían haberse prevenido de haberse establecido un paso seguro y unas condiciones de acogida adecuadas: por ejemplo, en Serbia, el 80% de los pacientes presentaban condiciones derivadas de las duras condiciones del viaje, como infecciones respiratorias (42%), traumatismos y afecciones osteomusculares (19%) y enfermedades de la piel (9%).
2016: ¿y ahora qué?
Hay más de 60 millones de personas desplazadas en todo el mundo, y la violencia y la inestabilidad seguirá empujando a muchas más lejos de sus hogares. Por ello, MSF insta a la UE y a sus Estados miembros a proporcionar vías seguras de acceso a su territorio que pasan por proporcionar canales seguros y legales para las personas que buscan asilo, en particular permitiendo que puedan solicitarlo en las fronteras terrestres. Además, pide la creación de un mecanismo de búsqueda y rescate europeo ambicioso para salvar vidas en el mar.