La operación antiterrorista de la policía francesa en Saint-Denis contra un comando vinculado a los atentados de Parísse cobró este miércoles dos muertes que quedarán en los negros anales del terrorismo: Abdelhamid Abaaoud, considerado el cerebro de los ataques en la capital francesa, y Hasna Aitboulahcen, que se convirtió en la primera terrorista que se hace estallar en Europa.
Francesa y de 26 años, los medios franceses afirman que era prima de Abaaoud, aunque este extremo no ha sido confirmado de forma oficial. Antes de radicalizarse, sus amigos y conocidos la describían como "extrovertida", aunque "algo desorientada". Le gustaban los sombreros, hasta el punto de que la apodaron ‘la mujer cowboy’
El 11 de junio de este año colgó en las redes sociales un mensaje que rezaba: "Pronto voy a ir a Siria". Sin embargo, nunca pisó ese país, ya que le pidieron que atacara en Francia.
Este miércoles, Hasna quiso morir antes que rendirse a la policía: se hizo estallar cuando los agentes de las fuerzas de élite francesas le instaban a entregarse.
Esposas, madres y reclutadoras
Sara Meheni, otra joven francesa, sí hizo ese viaje. Nada más llegar la casaron con un combatiente tunecino, que es el destino hasta ahora reservado a la mayoría de las mujeres que se unían al DAESH, el autodenominado Estado Islámico, que recurre a ellas como esposas, madres de futuros yihadistas y también reclutadoras.
Según el Instituto de Estudios Estratégicos del Reino Unido, 550 mujeres europeas han dejado sus países para ir a Irak o Siria.
Hace diez años, era Muriel Deguk quien protagonizaba portadas, como la primera mujer suicida europea, aunque ella hizo estallar su cinturón de explosivos en Bagdad, al paso de un convoy estadounidense.
El Centro Francés de Investigación sobre la Inteligencia dice que el 15% de los terroristas suicidas son mujeres. En el caso de Boko Haram, el grupo yihadista nigeriano, el porcentaje es mayor, y más cruel: ha llegado a enviar a una niña de siete años cargada de explosivos a un mercado lleno de gente.