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Monstruos contra humanos en el 'Hotel Transilvania 2'

  • Santiago Segura, Clara Lago, Mario Vaquerizo y Alaska doblan a los personajes

  • Vaquerizo: "Lo más monstruoso que hay en esta vida es ser mala persona"

  • La secuela de la cinta de animación se estrena este viernes en los cines

LAURA G. TORRES
6 min.

FICHA TÉCNICA

Título original: Hotel Transylvania 2

Año: 2015

Duración: 89 min.

País: Estados Unidos

Director: Genndy Tartakovsky

Guion: Adam Sandler y Robert Smigel

Tras recaudar 350 millones de dólares (unos 310 millones de euros) en todo el mundo con su primera parte, este viernes 23 de octubre llega a los cines la secuela de la película con la mayor densidad de monstruos por fotograma, Hotel Transilvania 2, que ha abierto sus puertas a los huéspedes humanos.

En esta segunda entrega, que vuelve a dirigir Genndy Tartakovsky y es, incluso, más divertida, el Hotel Transilvania ha dejado atrás la política de "sólo para monstruos" establecida por Drácula, pero el conde tiene ahora otra preocupación: su adorable nieto Dennis, medio humano y medio vampiro, no muestra signos de ser vampiro. Así que mientras Mavis está ocupada visitando a sus suegros humanos en compañía de Johnny, Drácula recluta a sus amigos Frank(enstein), la momia Murray, el hombre lobo Wayne y Griffin, el hombre invisible, para hacer que Dennis pase por un campamento de "entrenamiento de monstruos". Lo que ellos no saben es que el gruñón, y de la muy vieja escuela padre de Drácula, Vlad, está a punto de visitar a la familia en el hotel.

Para la versión española, han vuelto a juntarse Santiago Segura (que pone la voz a Drácula), Clara Lago (su hija Mavis), Dani Martínez (Johnny, el humano de la familia), Mario Vaquerizo (Frankenstein) y Alaska (Eunice, la mujer de Frank) y con el fichaje estelar de Arturo Fernández como Vlad (padre de Drácula), que se estrena en el doblaje a sus 86 años. Y se lo han pasado en grande.

Un vampiro sin colmillos

"Drácula ha pasado de ser un padre baboso a un abuelo baboso, pero se ha hecho más tolerante porque el hotel se abre a los humanos, y hay muchos conflictos, a la vez que tiene una gran tirantez con su padre", cuenta Santiago Segura a RTVE.es sobre la evolución de su personaje, al que en la cinta original pone voz su amigo Adam Sandler, que también es coguionista de la película.

Para su personaje, bromea Segura, ha depurado su pronunciación para ponerle "un acentillo entre rumano y bratislavo". Aunque lo que no ha conseguido es que le crezcan los colmillos: "De pequeño mi madre, sin saber la pobre, me dio Bristaciclina, y se me quedaron los dientes pequeñitos y encima amarillentos, así que en la parte dental de vampiro yo sería un desastre".

Segura es también el artífice de que Arturo Fernández superara finalmente sus miedos iniciales y se atreviera a doblar por primera vez a alguien que no fuese él mismo, en este caso además un dibujo animad: "Ha sido una experiencia verdaderamente magnífica y muy gratificante". Ahora, su vampiro abuelo tiene acento asturiano e incluso suelta algún que otro "chatín": "Gracias a Segura he podido meter esos 'chatines' que yo creo que están muy acertados y que al personaje le iban muy bien", dice Fernández sobre Vlad, al que en la versión original pone voz otro grande de la comedia americana, Mel Brooks.

Clara Lago: "Mavis es una tía muy guay y quiero ser como ella"

Otro personaje que sufre una gran evolución es el de Mavis, la vampira hija de Drácula, que pasa de ser una adolescente que quiere descubrir mundo a sus 118 recién cumplidos, a ser una madre responsable, aunque también conserva su espíritu joven.

"Me gusta mucho en esta segunda parte porque tiene como esa cosa de más adulta, de madre, pero a la vez, cuando deja al niño con el padre, se vuelve loca y una adolescente apasionada de la vida cuando van a conocer el pueblo de Johnny. A mí me flipaba Mavis y me decía 'esta tía es muy guay, yo quiero ser como ella'", cuenta la actriz Clara Lago, que dobla al personaje que en la cinta original interpreta Selena Gomez.

Lago, que se estrenó en el doblaje con el primer Hotel Transilvania, reconoce que en esta segunda parte estaba "más relajada" y ha "disfrutado más", pese a que acudió con "cierto miedo" por si no se acordaba "cómo se hacía".

El que parece no haber madurado demasiado es Johnny, pese a haberse convertido en padre. Aunque su doblador, el actor y humorista Dani Martínez, cree que sí está "más calmado", y "sigue queriendo agradar a su suegro demasiado, incluso yendo en contra de su chica". Es lo que Clara Lago define, entre risas, como "un lameculos".

El bueno de Frankenstein

Los que también han vuelto a disfrutar como enanos en el Hotel Transilvania 2, después de estrenarse como dobladores en la primera parte, son Mario Vaquerizo y Alaska, aunque el personaje de ella, Eunice, ha tenido mucha menor presencia en esta secuela que define como "muy de pandilla de chicos", pues el conde Drácula recluta a sus amigos para intentar convertir en vampiro a su nieto.

Vaquerizo, al que le encanta ser Frankenstein porque se siente "muy identificado" con él y su bondad, confiesa que esta vez han ido "más tranquilos" al doblaje, aunque dicen ser conscientes de la responsabilidad que tienen.

"Es un reto porque nosotros, como personajes conocidos, somos un reclamo, pero el doblaje tiene que salir bien porque un doblaje malo te fastidia la película. Cuando lo aceptas es con todas las consecuencias para trabajártelo y que quede bien porque todos sabemos que un mal doblaje arruina la película", explica Alaska.

Ambos coinciden también en que Hotel Transilvania 2, en la línea de las últimas películas de animación, es "una película para todos los públicos, para niños, padres y abuelas", dice Mario. "Cada uno encuentra cosas diferentes. Los niños se quedarán probablemente más con lo visual, pero hay muchos giros en el guion que son para alguien que ha visto cine de terror, que ha visto los clásicos", añade Alaska.

Vaquerizo: "Lo más monstruoso que hay en esta vida es ser mala persona"

En Hotel Transilvania 2 por fin conviven en paz y armonía monstruos y humanos, pues el mensaje final de la película es que la maldad es independiente de la apariencia física: "Da igual que seas monstruo o humano, que te vistas una forma u otra, o tu opción sexual, la maldad verdadera es fastidiar al prójimo", reflexiona Alaska, que añade que personas que quieren hacer el mal las hay "en los poderes más altos, y en el patio de vecinos". "Lo más monstruoso que hay en esta vida es ser mala persona. De verdad, hay que ser bueno, y lo que quieres para ti, lo quieres para los demás, y eso hay monstruos que lo hacen y humanos que lo hacen, y hay monstruos que quieren el mal y la destrucción y humanos que también, y esos no nos interesan para nada", concluye Vaquerizo.

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