Al menos 37 personas han muerto este viernes en un atentado en un hotel de la cadena española Riu en la zona turística de Susa, Túnez, según el último balance del Ministerio tunecino de Interior. Hay además 36 heridos, algunos en estado crítico.
La masacre se ha producido por la mañana, cuando un hombre armado vestido de turista ha penetrado en el recinto del hotel "Imperial Marhaba", al parecer desde el vecino "Muradi Palm Marinay", y ha abierto fuego de forma indiscriminada contra las personas que estaban en la playa.
El gobierno tunecino ha confirmado que entre las víctimas extranjeras hay al menos cinco británicos, belgas, alemanes y una irlandesa. El ministro español de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha afirmado que "no hay constancia de que entre los fallecidos se encuentre ningún ciudadano español".
Los testigos del tiroteo, aún conmocionados, han descrito escenas de terror. Nosotros logramos salir corriendo y nos escondimos en la habitación. Íbamos a bajar a la calle y oímos gritos y avisos por megafonía", ha explicado a Efe por teléfono un turista.
Un atacante abatido
Algunos de los interrogados hablan de dos atacantes, mientras que otros aseguran haber visto sólo a un hombre. Uno de los presuntos autores del atentado falleció en un tiroteo con la policía y, según el secretario de Estado de Interior de Túnez, Rafik Chailey, era un estudiante de la ciudad santa de Qairauán, en el centro del país y muy próxima a Susa, no conocido en medios policiales.
"Entró por la playa, vestido como alguien que iba a nadar, y tenía una sombrilla y en ella llevaba su arma", ha puntualizado Chailey.
El secretario de Estado también ha indicado que un segundo presunto atacante fue detenido a un kilómetro de la zona hotelera, después de conseguir huir en un primer momento, mientras que otras fuentes hablan de un segundo arrestado en relación al atentado, pero todavía hay mucha confusión sobre lo sucedido.
En las imágenes que muestra la cadena de televisión tunecina TNN, se ve la zona de playa con cadáveres cubiertos con toallas de hotel y numerados, en bañador, sobre la arena y bajo las sombrillas, donde las víctimas fueran sorprendidas en el momento del ataque.
Cuerpos de los turistas asesinados en el complejo turístico de Susa, en Túnez. REUTERS/Amine Ben Aziza REUTERS/Amine Ben Aziza
El modo en el que fue perpetrado el ataque sugiere que pueden ser yihadistas, ya que recuerda el estilo del atentado contra el museo nacional de arqueología del Bardo en el que murieron 22 personas, 21 de ellas extranjeras, el pasado mes de marzo.
El sector turístico, en el punto de mira
Entonces, uno de los objetivos de los terroristas era dañar el sector turístico, la principal fuente de ingresos de la economía tunecina. La masacre contra estos complejos hoteleros de la costa tiene el mismo propósito.
El ataque se ha cometido al mediodía poco antes de la principal oración del viernes que cierra la primera semana del mes de ayuno sagrado de Ramadán. Y se ha producido al mismo tiempo que otros atentados similares en una fábrica de gas en Francia y una mezquita en Kuwait.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha condenado desde Bruselas los ataques y ha indicado que los ministerios de Interior y Exteriores "han activado los protocolos de actuación previstos para estos casos".
Tras la reunión en la tarde de este viernes de la Comisión de Seguimiento del Pacto de Estado contra el terrorismo yihadista, convocada de urgencia tras los atentados, el Ministerio de Interior ha elevado el nivel de alerta tras los atentados.