La ciudad de Debáltsevo, la manzana de la discordia entre el Gobierno de Ucrania y los separatistas, es un estratégico cruce de caminos que los prorrusos consideran crucial para la viabilidad de sus repúblicas separatistas.
Situada a medio camino entre las ciudades de Donetsk y Lugansk, los mayores bastiones insurgentes, Debáltsevo es un nudo de comunicaciones que lleva por carretera y por tren a Moscú, principal aliado de los rebeldes.
Kiev y los prorrusos advirtieron de que no rendirían la ciudad y, pese a la entrada en vigor del alto el fuego el pasado 15 de febrero, siguieron combatiendo. El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, dijo que Debáltsevo era una línea roja que no se podía cruzar y ordenó a sus generales que, en ningún caso, cedieran las posiciones. Hasta este miércoles, cuando las tropas ucranianas se han retirado de la ciudad. Entre 6.000 y 10.000 soldados llevaban varios días cercados.
Según Poreshenko, el 80% del contigente ya está fuera. La consigna es abandonar la localidad con todo el armamento y, el que no puede transportarse, destruirlo para que no caiga en manos rebeldes. Los separatistas tienen el control de los edificios gubernamentales y de la estación ferroviaria.
Controversia en la negociación de Minsk
Nada más firmarse el pasado 13 de febrero los acuerdos de Minsk, el presidente ruso ya advirtió de que la principal amenaza al alto el fuego era precisamente la situación en Debáltsevo, situada en la región de Donetsk.
Vladímir Putin vino a decir que cuando unas tropas que están sitiadas tratan de romper el cerco, esto puede ser causa de la reanudación de los combates a gran escala.
Los rebeldes siempre han mantenido que esa ciudad forma parte de su territorio, mientras Kiev considera que, en virtud de los anteriores acuerdos de Minsk, de septiembre de 2014, Debáltsevo debe permanecer bajo control gubernamental.
Fuente: Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano.
En la localidad vívían antes de la guerra más de 20.000 personas. A comienzos de febrero, Euronews estimaba que no quedaban más de 10.000. Amnistía Internacional dio cuenta entonces de la gran "devastación y sufrimiento" que encontraron sus observadores entre la población, atrapada en la ciudad, bajo bombardeos casi constantes y sin suministros de agua ni electricidad.
Aunque muchas minas han sido inutilizadas por los bombardeos, el carbón es el principal activo de la autoproclamada república popular de Donetsk y el centro de comunicaciones de Debáltsevo sería crucial para su transporte.
Una vez reanudados los combates, los rebeldes marcaron Debáltsevo y, en menor medida, el puerto de Mariúpol, como objetivos para garantizar la viabilidad de sus repúblicas como entes autónomos o independientes.