Un total de 1.131 personas han perdido la vida en las carreteras españolas el pasado año, tres menos que en 2013 (-0,02%), la cifra más baja desde 1960, cuando se comenzó a contabilizar el número de fallecidos en vías urbanas.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha ofrecido estos datos en rueda de prensa para ofrecer el balance de siniestralidad del pasado año, cuando por primera vez ha bajado de 1.000 el número de accidentes mortales, con un total de 981, lo que representa un 2% menos (19 menos).
Por undécimo año consecutivo desciende la siniestralidad en las vías interurbanas, en un ejercicio en el que ha habido 4.874 heridos graves (5.278 en 2013) y en el que por primera vez ha subido el número de desplazamientos desde 2007, un 1,57 por ciento, es decir, ha habido 5,5 millones más con casi 360 millones desplazamientos.
Cuesta más reducir la siniestralidad
Fernández Díaz ha reconocido que cada vez cuesta más reducir las cifras de siniestralidad, pero entre todos se ha conseguido mantener la tendencia a la baja iniciada hace muchos años y que, aunque es "utópico" lograr el objetivo de cero accidentes, no es un objetivo "irrenunciable".
Así, la caída de la siniestralidad se ha ralentizado respecto a los descensos de años anteriores, ya que entre 2004 y 2013 hubo caídas anuales de entre 167 y 561 víctimas mortales.
En 2004 murieron 3.464 personas por accidentes de tráfico, lo que supuso un descenso del 13,25%, un año después, el descenso en las vícimas mortales fue del 5,66%, en 2007 fue del 8,30%, y en 2008 se produjo la mayor reducción de los últimos años, del 20,47%.
Después, la siniestralidad se ha reducido progresivamente y el mayor descenso en el número de fallecidos en las carreteras ha sido del 14,17% entre 2010 y 2011, cuando hubo 1.484 fallecidos, hasta la actualidad.
Además, el promedio diario de fallecidos en las carreteras también se ha estancado después de reducirse progresivamente año a año. Tras reducirse de los 10,9 en 2003; a los 9,5 en 2004; terminó 2014 con 3,09 fallecidos cada día, un ligero descenso sobre los 3,1 fallecidos en 2013.
España, quinto país con menor tasa de mortalidad
Sin embargo, Fernández Díaz ha puesto en valor la bajada de la siniestralidad teniendo en cuenta varios factores que inciden directamente en la movilidad en las carreteras: España recibió en 2014 "la cifra histórica" de cerca de 63 millones de turistas, "el parque de vehículos es más viejo" y, por primera vez desde 2007, los desplazamientos de largo recorrido (de más de 50 kilómetros) se han incrementado, concretamente un 1,57% respecto a 2013.
El ministro del Interior ha apuntado que España es "un país líder en el mundo en seguridad vial", ya que en 2013 redujo la mortalidad en las carreteras al nivel que esperaba conseguir en 2020, según la estrategia marcada por la UE, con una tasa de 36 fallecidos por cada millón de habitantes.
En este sentido, ha subrayado que España fue el quinto país con menor tasa de mortalidad en 2013, tras Suecia, Reino Unido, Holanda y Dinamarca, y que algunos de estos Estados han empeorado sus estadísticas en 2014, con lo que España "va a mejorar posiciones".
El 41% de accidentes, en carreteras secundarias
Por otro lado, Fernández Díaz señaló que las carreteras convencionales, que tienen un carril por sentido, fueron el escenario del mayor número de personas fallecidas, con 894 muertos, lo que supone 32 más que en 2013, y que en las autopistas y las autovías se redujo la cifra de víctimas mortales, con 182, lo que supone 29 menos que el año anterior, y 55 (-6), respectivamente.
En cuanto al tipo de accidente, indicó que las salidas de la vía concentraron un 47% de los accidentes mortales en autopistas y autovías, y un 41% en las carreteras secundarias, lo que achacó a las distracciones de los conductores, especialmente por "el uso de los teléfonos móviles, e incluso escribir y contestar Whatsapp mientras se está conduciendo".
La mayoría de las víctimas mortales viajaban en turismos (589), seguidas de los peatones (114), aunque Fernández Díaz ha destacado el incremento de los muertos que circulaban en furgonetas, camiones o vehículos articulados.