Tras el anuncio de la entrada en vigor del alto al fuego "permanente" entre Israel y Hamás, miles de gazatíes han salido a las destruidas calles de la franja y a las tranquilas vías de Cisjordania para celebrar lo que han calificado de una "victoria sin precedente" del pueblo palestino.
En las últimas horas la euforia y el alivio se ha entremezclado con el sufrimiento entre la población de la Franja, "no me importa si se ha logrado o no la victoria, si los milicianos derrotaron a Israel o si el país derrotó a la resistencia armada. Todo lo que quiero es ver cómo la destrucción de esta guerra termina y Gaza es reconstruida de nuevo y que la calma prevalezca", ha manifestado a la agencia de noticias Efe Ahmed Shaban, ciudadano de 35 años de la ciudad de Gaza.
Cientos de coches han desfilado en la ciudad bajo una nube de banderas palestinas y de distintos movimientos políticos mientras estallaban fuegos artificiales. Sin embargo, los sentimientos entre los gazatíes son contradictorios, "celebramos la victoria, pero algunos tienen un peso en el corazón," aseguraba a AFP Badir Mohamed, de 20 años y añadía que "no nos olvidamos de la sangre de los mártires, los heridos y miles de desplazados".
Sin embargo, Mohamed advierte de que están "dispuestos a ser pacientes y comenzar una guerra si Israel no cumple con todos nuestros requisitos". Por su parte, Tamer al-Madqa, de 23 años se mostraba exultante por lo que considera un gran logro de su pueblo "hoy Gaza demostró al mundo que resistió y que es más fuerte que Israel".
Alegría incontenible
Entre gritos de alabanzas a Dios, Ibrahim, kalashnikov en mano no puede controlar su alegría, "hemos ganado mucho con esta guerra, hemos dominado sobre el terreno y hemos impuesto nuestras condiciones por la fuerza uno de los ejércitos más poderosos del mundo".
En las calles, en medio de las celebraciones, Maha Khaled, una madre de 32 años tampoco podía ocultar su optimismo, "Gracias a Dios, la guerra ha terminado. No puedo creer que todavía esté viva, con mis hijos. Esta guerra fue muy dura y ya no creía que la paz llegaría".
Tamer al-Madqa, de 23, celebra lo que considera "la victoria de la resistencia". "Hoy Gaza demostró al mundo que ella se resistió y ella era más fuerte de Israel", ha dicho a AFP.
Decenas de kilómetros más al oeste, en el centro de Ramala, Mohamed al Badri compartía el entusiasmo de sus compatriotas en Gaza en una marcha plagada de banderas palestinas y del movimiento islamista: "Israel ha aceptado todas las condiciones exigidas por los palestinos. Esta es una gran victoria para Hamás, estamos muy contentos".
Pero no todo era euforia y felicidad en una Franja que durante 50 días ha sufrido intensos y continuos bombardeos en los que han muerto más de 2.130 palestinos, en su gran mayoría civiles y una cuarta parte de ellos niños, y más de 11.000 han resultado heridos.
"Una guerra absurda"
"Ni Hamás ni Israel han alcanzado ninguno de sus objetivos. Esta guerra fue absurda, nos mantuvo con el miedo de ver a la muerte llegar para segar nuestras vidas en todo momento. Solo se ganó muerte, destrucción y dolor", ha lamentado Hanan Abu Jamus, una gazatí de 28 años.
"Gaza necesitará muchos años para recuperase, no sólo para ser reconstruida sino también para sanar psicológicamente a la población, sobre todo a los niños", señala esta mujer, madre de tres hijos.
El acuerdo fue anunciado por Hamás en torno a las 17:00 horas local (14:00 GMT) y fue confirmado dos horas después por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y por el Gobierno egipcio, que ha mediado en su consecución.
Según el movimiento palestino, los términos del acuerdo incluyen un alivio del bloqueo israelí, tal y como exigían los palestinos antes del conflicto y como pedía desde hace meses el grueso de la comunidad internacional.
Urgencia por reconstruir la Franja
Este alivio supone la apertura del paso fronterizo de Rafah con Egipto -que quedará bajo el control de la ANP, tal como deseaban Israel y Egipto-, la ampliación de la zona de pesca y la relajación de las restricciones israelíes para salir de la Franja, explicaron a Efe fuentes palestinas.
Aplazada por un mes ha quedado la discusión de otros asuntos, como la reapertura del puerto y el aeropuerto, la liberación de prisioneros, la entrega de los cadáveres de los soldados israelíes caídos en esta guerra y en poder de las milicias, y según fuentes israelíes, el pago de salarios a los funcionarios de Hamás.
El acuerdo también fija las condiciones para la reconstrucción de Gaza, que según el presidente palestino, Mahmud Abás, es ahora la tarea más urgente.
Según datos de Naciones Unidas, más de 450.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus casas en la Franja, miles de las cuales han quedado destruidas o sufren daños estructurales que las hacen inhabitables.
Además, los bombardeos israelíes han destruido gran parte de la canalización de aguas y condenado a los gazatíes a la oscuridad, con apenas seis horas de electricidad al día.
Los refugiados palestinos del campo de Ain el Helu, en el sur del Líbano, celebraron con disparos al aire el alto el fuego acordado por las delegaciones israelí y palestina en El Cairo.