El Gobierno de Ucrania ha acusado a los rebeldes prorrusos de haber derribado el avión de pasajeros Boeing-777 malasio siniestrado en el este país con 298 personas a bordo, que se dan por fallecidas. Los rebeldes, al contrario, echan la culpa a las fuerzas armadas. Mientras, llegan muestras de gran inquietud desde la comunidad internacional por este suceso.
El aparato, que pertenece a Malaysia Airlines, ha caído en la región de Donetsk, escenario de combates entre las fuerzas gubernamentales de Ucrania y separatistas prorrusos ha sido derribado por un misil según han confirmado fuentes de los servicios de inteligencia de Estados Unidos. En los últimos días los enfrentamientos en la zona se han recrudecido, con un aumento en paralelo de la tensión entre el Kremlin y Kiev.
Además, Ucrania ha acusado a los rebeldes de "obstaculizar" las labores de rescate en una zona bajo control de estas milicias. Por su parte, un representante de las mismas ha anunciado su disposición a un alto el fuego de tres días para facilitar esas labores.
Mientras, el presidente ruso, Vladímir Putin, responsabilizó a Ucrania del derribo "sin duda, el Estado sobre cuyo territorio sucedió esto, tiene la responsabilidad por esta horrible tragedia", dijo el mandatario ruso durante una reunión sobre asuntos económicos celebrado en Moscú al filo de la medianoche.
Putin cargó contra Kiev y manifestó que "la tragedia no habría tenido lugar si en esa tierra hubiera paz, si no se hubieran reanudado las acciones militares en el sureste de Ucrania".
El presidente de Ucrania, Petró Poroshenkó, ha calificado el hecho como un acto "terrorista" y antes, su ministro del Interior, ha acusado a los rebeldes de derribar el avión con un misil tierra-aire, extremo que han negado los prorrusos, que aseguran no disponer del armamento para alcanzar un avión a esa altitud.
Alcance de los misiles rebeldes
Las acusaciones empezaban apenas unos minutos después de conocerse que el avión había desaparecido de los radares. Entonces Antón Gueráshenko, asesor del ministro del Interior ucraniano, señalaba que el avión había sido abatido por un misil tipo Buk cuando volaba a unos 10.000 metros de altitud.
Periodistas de la agencia AP han dicho haber visto este mismo jueves por la mañana un lanzador de misiles de ese tipo cerca de la localidad de Snizhne, en esa región.
Los rebeldes han culpado por su parte a las fuerzas armadas de haber sido ellas las responsables; y según algunos relatos de esta parte, el misil que derribó el Boeing fue disparado con un caza.
Dos aviones militares derribados esta semana
Sin embargo, la agencia Eurovisión ha servido unas imágenes facilitadas por los servicios de inteligencia del ejército ucraniano en las que supuestamente los prorrusos reconocen haber derribado el avión. En la conversación, un oficial admite el derribo del avión y da más datos a sus superiores.
Poroshenko, ha recordado que en los últimos días los rebeldes han reivindicado el derribo de dos aparatos militares ucranianos, un Antonov 26 el lunes y un Sukhoi-25 este miércoles.
El caso del An-26, derribado muy cerca de la frontera con Rusia, sigue estando muy confuso. Kiev dijo que dado que el avión volaba a una altura de 6,5 kilómetros, no pudo ser derribado con el armamento que tienen los insurgentes prorrusos y acusó a Rusia del ataque.
Sin embargo, los rebeldes dijeron que fueron ellos quienes dispararon misiles antiaéreos, aunque precisaron el avión fue abatido a una altura menor, cuando había iniciado el aterrizaje. "Tenemos órdenes de derribar todos los aviones militares que despegan o aterrizan en el aeropuerto de Lugansk", aseguraron.
Varias hipótesis
Según la radio gubernamental rusa Voz de Rusia, en junio los rebeldes reivindicaron la toma de una base militar ucraniana con misiles Buk. Los separatistas también aseguran que se hicieron con el control de un caza Su-25.
Los rebeldes han derribado en estos meses otros aparatos militares, incluidos varios helicópteros, pero nunca antes uno comercial. Un mensaje publicado poco después del siniestro en la cuenta de Facebook del denominado "ministro de Defensa" de la autoproclamada República Popular de Donetsk apunta a la hipotesis de una confusión con un avión militar.
En concreto, Igor Strelkov (Guirkine) había escrito "Acabamos de derribar un An-25 cerca de Snijné" solo 17 minutos después de que los radares perdieran contacto con el aparato malasio en esa zona, según la agencia France Presse, que da autenticidad a la publicación. Además, en el mismo comentario hacía referencia al derribo de otro Sukhoi, el tipo de caza ucraniano, uno de los cuales había sido derribado la víspera.
Por otra parte, una fuente de la Aviación de Rusia citada por medios rusos y recogida por Efe, ha dicho que el misil tenía por objetivo el avión del presidente ruso, Vladímir Putin, sin más precisiones.
En las redes sociales circulan otra serie de versiones que culpan a rebeldes y a las fuerzas ucranianas, según el caso, pero los datos que aportan no han podido ser mínimanente contrastados.
Reacciones internacionales
El suceso ha despertado rápidamente las alarmas de la comunidad internacional hasta el punto de que apenas una hora después de conocerse la noticia, el Kremlin ha revelado que Putin ha telefoneado a su homólogo estadounidense, Barack Obama, para compartir la información de la que disponía.
Washington acusa a Moscú de apoyar a los rebeldes e incluso de haberles facilitado armamento o su tránsito por la frontera. De hecho, este mismo miércoles Estados Unidos apoyó, en coordinación con la Unión Europea, nuevas sanciones contra Moscú por este conflicto.
Obama también ha mantenido sendas conversaciones telefónicas con Poroshenko y con el primer ministro de Malasia, Najib Razak, sobre el siniestro. Poroshenko agradeció a Obama "la asistencia de los investigadores internacionales para asegurar una investigación completa y transparente del lugar del siniestro", poco después de que el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, anunciara que EE.UU. enviará un equipo a Ucrania para asistir en las pesquisas.
En un acto en Delaware, Obama ha dicho que ofrecerá "toda la asistencia que pueda para ayudar a determinar qué ocurrió y por qué".
"Investigación internacional"
Esta preocupación internacional se añade al hecho de que entre el pasaje hubiera viajeros de diversas nacionalidades
Medios rusos informan de que en el Boeing-777 viajaban 23 ciudadanos estadounidenses, pero el Gobierno de Washington no ha confirmado ese extremo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha manifestado la necesidad de que haya una investigación internacional "exhaustiva y transparente" y ha trasladado "sus condolencias a las familias y los seres queridos de las víctimas y al pueblo de Malasia",
De la misma manera se ha expresado la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, que ha pedido una "investigación internacional" urgente para aclarar las circunstancias del siniestro.
Por su parte, el primer ministro malasio ha destacado que "si se comprueba que el avión fue derribado, insistimos en que los perpetradores deben ser llevados rápidamente ante la justicia".