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Un proceso 'quemagrasa' que combate la obesidad mata un tercio de los pacientes de cáncer

  • La transformación de grasa 'mala' en 'buena' es perjudicial en cáncer

  • El CNIO lo ha demostrado con un estudio en ratones

  • Creen que los antiinflamatorios podrían ayudar a combatir la caquexia

RTVE.es
4 min.

Un tercio de los pacientes de cáncer muere a causa de la caquexia, un síndrome que causa extrema delgadez y debilidad, según se desprende de una investigación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

Uno de los investigadores del CNIO, Michele Petruzzelli, empezó a estudiar vías de ataque indirecto al cáncer en el resto del organismo: la respuesta del cuerpo al tumor, según ha informado el CNIO en una nota.

Esta vía le llevó a descubrir, a través de un estudio en ratones, que el proceso por el que se covierte el tejido graso blanco -grasa mayoritaria del cuerpo humano que almacena energía, apodada grasa 'mala'- en marrón -grasa que se quema para producir calor, apodada grasa 'buena'- acaba siendo la auténtica causa de la muerte del 30% de enfermos de cáncer.

Efecto 'quemagrasa' negativo

"Es la primera vez que este fenómeno que podríamos llamar 'quemagrasa' se asocia a un efecto negativo", ha explicado el investigador Michele Petruzzelli, primer firmante del trabajo publicado en la revista Cell Metabolism.

Y es que el proceso de transformar grasa 'mala' en 'buena' tiene "potenciales efectos positivos contra la obesidad y la diabetes", ha comentado el científico, pero tiene "consecuencias muy perniciosas en el contexto del cáncer".

El grupo de investigación de Erwin Wagner afirma en el estudio que si se inhibe la transformación del tejido graso, los síntomas de la caquexia mejoran -aunque no desaparezcan del todo-, por lo que consideran que se trata de una nueva vía de terapia.

Cambios corporales con el cáncer

Para llevar a cabo el estudio seleccionaron una docena de ratones modelo con cáncer y estudiaron los cambios que sucedían en sus cuerpos a medida que se desarrollaba el tumor.

En los 12 ratones con cáncer estudiados se transformó la grasa blanca en marrón

Los investigadores observaron numerosos cambios en los órganos de los animales, que variaban en función del tipo de modelo y tumor. Sin embargo, el efecto de la transformación de grasa blanca en marrón se dio en todos ellos, y muy pronto, antes de que se manifestaran los síntomas ya conocidos de la caquexia.

Los investigadores han conseguido demostrar esta relación bloqueando moléculas mediadoras de la inflamación -­un proceso vinculado a la caquexia‐, en concreto la citoquina IL6.

Grasa 'mala' y 'buena'

La importancia del proceso de transformación de la grasa blanca en marrón en humanos se descubrió hace apenas dos años. En el contexto de la actual epidemia de obesidad, la grasa blanca ha sido apodada 'mala', mientras que la marrón es la 'buena', que se encuentra en algunos animales y en los bebés.

El descubrimiento de que los humanos adultos pueden convertir la grasa blanca/mala en marrón/buena mediante el ejercicio o la exposición a bajas temperaturas ha abierto una nueva vía de ataque a la obesidad, y de hecho ya está en marcha la búsqueda activa de herramientas farmacológicas para inducir la transformación.

El trabajo del grupo de Wagner en Cell Metabolism no revela nada sobre la bondad o maldad de cada tipo de grasa, pero pone de relieve un proceso que potenciado, podría combatir la obesidad, aunque en enfermos de cáncer debe ser combatido.

La incidencia de la caquexia

La caquexia, además de a pacientes de cáncer, afecta a enfermos en fases avanzadas de numerosas enfermedades, incluidas infecciosas como el sida o la tuberculosis, y crónicas, como la esclerosis múltiple.

Asociado a cáncer, este síndrome se interpretaba hasta hace poco como una especie de 'autocanibalismo': el organismo se consume a sí mismo tratando de cubrir las necesidades energéticas del tumor en constante crecimiento.

Pero en la actualidad se sabe que pueden producir caquexia tumores de todos los tamaños, incluso muy pequeños, y en etapas muy tempranas del desarrollo tumoral, lo que no casa con la hipótesis del 'autocanibalismo'. Los investigadores han visto que tampoco obedece a una mayor necesidad del organismo de generar calor.

Prevención de la caquexia

El resultado del estudio sugiere, por tanto, que los antiinflamatorios podrían ayudar a combatir la caquexia. Aunque el desconocimiento sobre este síndrome es aún tal que, hoy por hoy, no es posible predecir qué enfermos de cáncer la desarrollarán.

El actual trabajo en Cell Metabolism podría abrir una vía al descubrir procesos como la transformación de la grasa, muy iniciales en la caquexia. "Permite pensar en la posibilidad de identificar biomarcadores que nos ayuden a predecir qué pacientes van a desarrollar caquexia, de forma que podamos tratarles de forma preventiva", señala Petruzzelli.

Los fondos del trabajo proceden de la Fundación BBVA, el Ministerio de Economía y Competitividad y la Unión Europea.

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