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Jaime Rosales: "El paro es casi una forma de terrorismo social"

  •  El director estrena el 30 de mayo su quinta película: Hermosa juventud

  • Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez dan vida a una joven pareja sin futuro

ESTEBAN RAMÓN
5 min.

FICHA TÉCNICA

Año: 2014

Duración: 100 min.

País: España

Director: Jaime Rosales

Guión: Jaime Rosales, Enric Rufas

Reparto: Ingrid García Jonsson, Carlos Rodríguez, Juanma Calderón, Inma Nieto, Fernando Barona

Buscar empleo es una cruda realidad para un alto porcentaje de jóvenes.No lo es tanto buscar soluciones como entrar en el porno amateur o recurrir a la violencia. Pero Hermosa juventud, pese a su extremo y conseguido realismo, no es la vida sino una película, la quinta de Jaime Rosales. El director ha regresado de Cannes, donde la semana pasado obtuvo una Mención Especial del Jurado de la sección 'Una cierta mirada'.

“Quería que la película no solo fuera muy realista, sino que también contara algo del momento presente. Era un retrato del aquí y ahora, del momento presente”, dice Rosales. Ese aquí y ahora es la historia de una pareja de 20 años (Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez) sin estudios ni empleo que tiene que afrontar el nacimiento de un hijo. Sin el colchón de unas familias que están con el agua al cuello, no encuentran soluciones para su callejón. Un drama desasosegante suavizado por el amor de ambos. El sexo y la violencia de la historia, ni es explícito ni es fundamental. “La violencia más marcada es la violencia social consistente en no poder encontrar trabajo. Es casi una forma de terrorismo social y parece muy aceptado, la gente dice: no hay trabajo y eso es así”.

Rosales, ganador del Goya a mejor película en 2008 por La soeldad,  parte de su habitual intención de no juzgar, huir del psicologismo, no buscar interpretaciones y dejar ese trabajo al espectador. “Es importante reflexionar sobre lo que pasa con la gente joven. La idea es encontrar ese equilibro entre lo que tiene de espectacular ir a ver una película y, al mismo tiempo, reflexionar sobre lo que pasa con la gente joven, que ellos mismos se vean reflejados, y que a partir de eso cada uno haga su lectura e interpretación”.

Rosales se acerca a sus personajes

Pero la primera impresión tras ver Hermosa juventud es que se trata de la película menos fría de Rosales, la que más cariño y empatía muestra hacia los personajes. “Cariño siempre he tenido a todos, porque para mí es muy importante defender a todos los personajes, incluso en Tiro en la cabeza el personaje del terrorista”, matiza Rosales. “Pero es verdad que en esta película es la que estoy más cerca de los personajes, la cámara está más encima, y también es la película en la que los personajes tiran más del todo, mientras que en otras películas me ha importado mucho el espacio, el tiempo o las distancias; había otros elementos más abstractos que jugaban.  Aquí me importaba sobre todo la historia y los personajes. En ese sentido, creo que hay más emoción”.

Esa emoción nace de una paradójica decisión de autor: renunciar a parte de su autoría. Los actores improvisaban sus diálogos sobre las pautas del guión, incorporando sus vivencias. Prescindiendo al control de los diálogos, obtiene una naturalidad verosímil. “Era muy importante que el diálogo saliera de ellos, probablemente hay un 50 % de los actores. Dejo que lo actores creen dramaturgia: en las escenas les pido que recorran un camino, pero con libertad, que lo enriquezcan a partir de sí mismos”.

La revelación de dos actores

En principio, Rosales pensó en actores no profesionales para ese camino. Finalmente, cambió de idea y confió en los jovencísimos Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez. Ambos han aprovechado la oportunidad con dos composiciones genuinas en cuyo éxito, al margen de la mecánica de trabajo, tiene mucho que ver la química. “Trabajamos para no perder la frescura y que pareciera manido”, dice García-Jonsson. “Carlos y yo tuvimos una conexión muy buena, fue todo fluido”.

Rosales utiliza hábilmente pantallas de móviles para hacer avanzar la historia, a golpe de mensajes de whatsapp, y fotos de móviles. La realidad de que las personas pasan parte de su día mirando una pantalla está cada vez está más presente en las narraciones audiovisuales. “Hoy en día el móvil es casi un órgano de las personas, como los ojos o la boca.  i se nos pierde, entramos en pánico. Desde el punto de vista narrativo daba una oportunidad para cambiar las texturas y hacer avanzar la historia de una manera rápida original y dinámica”.

García-Jonsson y Carlos Rodríguez, que intentan abrirse paso en su profesión con episódicos en televisión y webseries, han vivido el enorme circo de Cannes de la mano de un autor muy respetado en el festival. “Que de pronto venga Thierry Frémaux (delegado general del Festival) a darte la mano y decirte que le gusta tu trabajo es tremendo”, dice García-Jonsson. “También descubres que todo lo que piensas de Cannes, el glamour, etc., es mentira. Y te das cuentas de que es una megaindustria”, dice la actriz. Los dos actores destacan la oportunidad de trabajar en un cine no habitual en la industria española. “El cine español en general  le da un poco la espalda a su propia realidad”, dice García-Jonsson. “Creo que un punto de realismo, de contar cosas verdaderas, también le llega a la gente”, coincide Rodríguez.

Rosales, por su parte, esconde su opinión y se remite a la obra. “Tengo mi opinión sobre la película, pero siendo el director, no puedo compartirla, porque condiciono las otras opiniones”.

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