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Ken Loach conecta en Cannes con 'Jimmy's Hall' y deja en suspenso su anuncio de retirada

  • Aunque anunció que sería su último film, lo dijo "presionado" y se lo replantea

  • Su cinta, de denuncia social, es una revisión del sueño independentista irlandés

  • Xavier Dolan, el más joven, impresiona con su quinta película, Mommy

EFE
6 min.

Ken Loach ha vuelto a demostrar este jueves en Cannes que es un valor seguro con su cine de denuncia social, que en Jimmy's Hall se centra en un momento de Irlanda en el que se "acabó con el deseo de vivir" de los independentistas, una situación que tiene un reflejo en la actual crisis económica.

Una historia de la clase trabajadora, que son "grandes personajes" a los que no se presta atención en el cine, que prefiere a "las víctimas y a los criminales" en lugar de una pequeña historia como la de Jimmy Gralton, alguien que existe en todas partes porque "en cada comunidad hay gente que realmente cambia el mundo", ha explicado Loach.

Es una mirada "sobre un lugar donde se baila y se leen poemas, un lugar realmente peligroso", ha ironizado Loach en la presentación de una película que fue recibida con una ovación y con la que compite en la sección oficial del Festival de Cannes, donde ya ganó en 2006 la Palma de Oro con El viento que agita la cebada.

Y si en aquel filme, Loach se centraba en la rebelión de los irlandeses contra los británicos, Jimmy's Hall se sitúa diez años después, para ver "qué ha pasado con el sueño de independencia de esa gente", cuyas esperanzas no se han cumplido porque "el imperio británico aún quería imponer sus reglas, aunque no fuera directamente".

Una cinta subersiva, pero menos trágica

La historia comienza con el regreso de Gralton a Irlanda tras pasar diez años en Estados Unidos para huir de la persecución por sus ideas comunistas. Sus amigos le esperan para reconstruir el salón de baile, "un lugar seguro en el cada uno puede ser lo que quiera ser, puede hacer lo que quiera".

Algo que choca frontalmente con el ultraconservador sacerdote del pueblo, que hace todo lo posible para impedirles que tengan un espacio de libertad en una historia narrada con la solvencia habitual de Loach y con menos tragedia de lo que en él es habitual.

Como la mayoría del cine de Loach, es una película subversiva, aunque el realizador ha señalado que todo depende de que la gente vaya al cine y considere que lo es.

Porque se trata de una historia que encuentra un evidente reflejo en el mundo actual, en el que se están suprimiendo las disidencias y las voces críticas en una sociedad marcada por el libre mercado y la agenda neoliberal, ha resaltado Loach.

"Chelsea Manning nos contó secretos sucios de la guerra de Iraq a través de Wikileaks pero es él quien está en prisión", lamenta el director que agrega: "encontrar ese espacio para las voces alternativas y permitirlas tener una presencia es una de las cuestiones principales de nuestra época".

"La derecha es hoy muy peligrosa. Tenemos que conseguir una unidad de la izquierda real" para confrontar a las grandes compañías "que controlan todo. Algo que está más allá de la democracia", agrega.

El poder de la iglesia

Ese poder que ahora tienen las empresas, en el filme pertenece a la iglesia, aunque tanto Loach como el guionista, Paul Laverty, estaban preocupados porque la figura del cura no fuera simplemente un personaje dogmático que abusa de Jimmy, sino alguien más sofisticado, que reconoce la integridad y el valor de su oponente.

"La ferocidad de la iglesia no podía ser infravalorada" en una época en la que tenía una gran fuerza en todas partes, como demostró por ejemplo su papel como apoyo de Franco en la Guerra Civil española, ha precisado Laverty.

Un filme que se rodó y editó en 35 milímetros, lo que provocó una situación divertida durante la postproducción al agotárseles la cinta que se usa para marcar el sonido y la imagen, lo que les hizo lanzar un llamamiento para conseguirla y lo consiguieron, desde Australia e incluso desde Pixar.

Porque Loach sigue trabajando a la antigua, un sistema "más humano" que el digital, con un ritmo más lento y teniendo que colaborar con otra persona, cortando cada plano y tomándose su tiempo para decidir.

Sistema que el realizador seguirá utilizando porque Jimmy's Hall no será probablemente su última película pese a que así lo había afirmado: "Lo dije en un momento de mucha presión, antes de ver la película y cuando aún teníamos una montaña que subir. Dije que no podría pasar por esto de nuevo. Pero veamos que pasa en el Mundial de fútbol y que llegue un nuevo otoño", afirmó divertido.

Xavier Dolan impresiona con un film moderno e intenso

Es el más joven de la competición oficial de Cannes con 25 años y con su quinta película, Mommy, el canadiense Xavier Dolan impresionó con su forma moderna, intensa y a la vez fresca de contar la relación de una madre y su problemático hijo adolescente.

Realizador, guionista, productor, montador y responsable del vestuario, Dolan justifica su tremenda energía en su pasión por el cine. "No siento que tenga que hacer un filme cada año. Es una necesidad.  Es mi forma de expresarme", ha afirmado Dolan en una rueda de prensa tras la primera y ovacionada proyección del filme.

Una historia que es una especie de terapia cinco años después de Yo maté a mi madre,  su ópera prima y con la que en aquel momento quería castigar a su madre con la que tenía una relación problemática. Ahora, con Mommy da un punto de vista diferente y resalta el amor materno filial por encima de cualquier cosa.

Dolan reconoce que la figura de la madre está siempre en el punto de partida de sus películas. "He crecido en una familia monoparental, con mi madre. La he visto lograr muchas cosas y perder otras" y eso está presente en el filme.

Mommy cuenta la historia de Diane (interpretada por Anne Dorval), una viuda que cría sola a su hijo Steve (Antoine-Olivier Pilon), que padece trastorno por déficit de atención e hiperactividad con momentos de comportamiento muy agresivo. Tras salir de un centro en el que ha estado internado, la madre y el hijo se mudan de vecindario y conocen a una mujer que entrará a formar parte de ese pequeño mundo que ellos han creado.

Sobre sus múltiples facetas y su incesante trabajo, precisó: "soy joven pero siempre me pregunto cuánto tiempo me queda para crear. Así que es mejor hacerlo ahora".

Y ante las preguntas de los periodistas sobre lograr la Palma de Oro de Cannes, señaló que sería una victoria internacional, no de una provincia o un país. Pero sobre todo, sería "un extraordinario mensaje a la gente de mi edad, a mi generación, un mensaje de esperanza y una forma de demostrar que la gente puede expresarse sin tener en cuenta su edad".

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