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Darren Aronofsky: "'Noé' es una película creyente"

  • El director presenta su ambiciosa recreación del diluvio universal

  • Jennifer Connelly y Emma Watson presentan la película en Madrid

  • La polémica envuelve a una producción que comienza a desvelarse

ESTEBAN RAMÓN
6 min.

Madrid. Hotel Palace. Jennifer Connelly decide dar un pequeño respiro a sus entrevistas individuales. No es que lleve demasiadas, es que no tiene claro qué contestar a la polémica sobre los países árabes que han decidido prohibir Noé, la última película de Darren Aronofsky en la que participa y promociona estos días. La actriz reclama al director, se reúnen con él en la suite durante 10 minutos, y las entrevistas se reanudan.

¿Con Noé llegó el escándalo? Es lo que Paramount y sus creadores tratan de evitar. Un intento tal vez vano por tratarse de una figura clave en las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. La semana pasada, países musulmanes como Qatar, Bahrein o Emiratos Árabes Unidos anunciaban que no proyectarían la película por contravenir la norma de representar a un profeta del Islam.

Con apenas cuatro breves capítulos del Antiguo Testamento, Noé y el diluvio están sujetos a interpretaciones. La exégesis de Aronofsky, con Russell Crowe como constructor del arca, se estrenó la semana pasada en México y Alemania; el 27 de marzo se presenta en medio mundo, y el cuatro de abril llega a España. Antes, Aronofsky y sus dos actrices, Jennifer Connelly y Emma Watson, han presentado la película en Madrid.

“«Nada es pura imaginación», como dice Willy Wonka “, avanza Aronofsky citando al protagonista de Charlie y la fábrica de chocolate.   “Pero todo viene de una fuente y todo está por una razón. Como has dicho, solo hay cuatro capítulos de la historia de Noé, pero cuando la lees hay un montón de preguntas y un montón de ideas que se derivan de ella. Y, fuera de esas ideas, tratamos de construir una historia”.

Darren Aronofsky está ansioso por recibir opiniones de Noé. Es un proyecto personal, íntimo (soñado desde los 13 años) y al mismo tiempo prohibitivo presupuestariamente. El que fuera uno de los puntales del cine independiente estadounidense de finales de los 90 (Pi, Réquiem por un sueño) ha  levantado Noé gracias al viejo adagio de Hollywood para directores-autores: una para el estudio, una para ti. Cisne negro fue un éxito mundial (nominación a mejor director incluida) y Aronofsky se ha dado el gustazo de construir un arca gigantesca y recrear la madre de todos los diluvios.

Inspirado por la épica historia de valor, sacrificio, esperanza y redención, Darren Aronofsky ('Cisne negro', 'El luchador', 'La fuente de la vida') lleva a la gran pantalla su personal visión de 'Noé'. El oscarizado Russell Crowe interpreta al hombre elegido para llevar a cabo una trascendental misión de rescate antes de que una inundación apocalíptica destruya el mundo. La historia completa nunca antes se había llevado a la gran pantalla en una vívida epopeya, invitando al público a vivir esos espectaculares acontecimientos a través de la mirada y las emociones de Noé y su familia en su periplo por el miedo y la fe, la destrucción y el triunfo, la calamidad y la esperanza.

Interpretando la Biblia

Para rellenar esos  ‘huecos de la Biblia’ Aronofsky, coguionista del filme, ha convertido a Russell ‘Noe’ Crowe en un héroe que habita en una tierra inhóspita (rodada en Islandia) de estética tipo El señor de los anillos. “Noé solo sigue las instrucciones de Dios. Pero Dios, por otro lado tiene una historia, comienza suave y quiere justicia: está muy decepcionado con cómo los hombres han llenado el mundo de violencia y corrompido el mundo.  En el trascurso de la película se vuelve piadoso. Para dramatizar eso quisimos dar esa historia a Noé y Rusell. Al principio quiere justicia y a lo largo de la película tiene que tomar una gran decisión que hace a la gente pensar sobre cómo debe ser sentir  la decisión de destruir su creación. Queríamos ponerlo en términos humanos. Esa es la idea que hay tras la película”.

Noé es el reencuentro de Aronofsky con Jennifer Connelly tras Réquiem por un sueño. Y reencuentro doble para la actriz de 43 años, que protagonizó junto a Crowe Una mente maravillosa, por la que obtuvo un Oscar. “Hay cosas que me resultaban familiares. Darren siempre es visualmente asombroso y, al mismo tiempo, sus películas tienen un núcleo dramático muy fuerte”, sostiene Connelly. “Y trabajar con Russell las dos veces ha sido una experiencia muy poderosa porque está muy  comprometido con su material y sus compañeros”.

Connelly interpreta a Naamé, la mujer de Noé, que apenas aparece en la Biblia. En busca de inspiración para profundizar, releyó la Biblia hasta 'robar' ideas del Elogio de la mujer virtuosa de los Proverbios. “Es verdad que en el Génesis aprendes muy poco de la mujer de Noé. Darren construyó mi personaje como una mujer muy virtuosa y una madre muy devota, con un amor maternal muy profundo”. La actriz, madre de tres hijos como Naamé, reconoce que, aunque “es una mujer muy distinta”, ser madre “colorea y da forma” a todo lo que hace.

Un Dios hebreo

Deliberadamente, los creadores de la película quieren desvincular sus creencias del mensaje de la película, hasta el punto de esquivar su creencia o no en un dios.  “Lo que es importante es que estamos llevando la Biblia a una película. La pregunta es:  ¿es creyente la película?”, se cuestiona Aronofsky para contestarse a continuación: “La respuesta es sí, la película es creyente. Si puedes hacer una película sobre los dioses griegos o los dioses nórdicos. ¿Por qué no vas a poder hacer una película sobre el Dios hebreo con el mismo tipo de respeto hacia la verdad del material?”.

Connelly, que lleva años oyendo a Aronofsky expresar su deseo de rodar Noé, ya tiene su fórmula para hablar de la polémica que envuelve la película: “Creo que la controversia es realmente especulación de gente que no la ha visto”. Los pases que se realizaron el año pasado desvelaron que los espectadores judíos, cristianos y musulmanes no aceptaban del todo la película. Paramount llevó a cabo otro montaje que gustó aún menos y, finalmente, Noé se muestra tal y como Aronofsky la concibió.

“Todo lo que hay en la película está por una razón y conectado con el estudio del texto y otros libros, como el Libro del jubileo, para poder traer esos cuatro capítulos a la vida”, explica Aronofsky. Con casi 100 millones de euros de presupuesto, Noé despliega una batería de impresionantes efectos especiales para recrear la destrucción del mundo. “Cuando la vi por primera vez, me impresionó mucho el agua”, recuerda Connelly. “En una película llamada Noé quieres que eso sea muy poderoso. Y lo es. Darren siempre es muy innovador”.

En una secuencia, Noé relata la creación del mundo en siete días mientras las imágenes muestran el origen del universo, desde el Bing Bang, hasta la evolución de las especies. ¿Es la manera de Aronofsky de conciliar ciencia y religión? “Creí que era interesante tomar la cosmología, tal y como entendemos como personas modernas, y conectarlo con la Biblia. Es muy interesante que la metáfora de los siete días de la creación esté muy bien alineada con lo que históricamente pasó. Tratar de combinarla y conectarla en realidad ayuda a la gente de los extremos a tener una conversación”.

Y mucha conversación sobre Noé y Noé queda por delante hasta abril, como el propio Aronofsky profetiza: ”Es una película entretenida y, al mismo tiempo, hemos intentado hacer algo nuevo para crear debate”.

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