El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha mantenido este sábado una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la que le ha expresado su "profunda preocupación y condena hacia la intervención militar rusa en Ucrania".
Obama ha pedido a su homólogo ruso que devuelva sus fuerzas a sus bases en Crimea y se abstenga de cualquier interferencia en otras partes de Ucrania, por considerarlo una clara violación de la soberanía del país ucraniano.
En la conversación de alrededor de hora y media el mandatario estadounidense ha advertido a Putin de las consecuencias que lo ocurrido tendrá para la posición internacional de Rusia.
"EE.UU. condena la intervención militar de Rusia en territorio ucraniano", ha expresado la Casa Blanca en un comunicado posterior a la conversación entre ambos dirigentes.
El presidente Putin, por su parte, habría defendido el derecho de Rusia a defender "sus derechos y los de sus ciudadanos", después de que que el Senado ruso aprobase la intervención militar en Ucrania
"Profunda preocupación" sobre Ucrania
El secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, ha dicho este sábado a su homólogo ruso, el ministro de defensa Sergei Shoigu, que la intervención militar supone un riesgo de cara a una mayor inestabilidad y una escalada de la violencia "que podría amenazar la seguridad europea e internacinoal", según ha comunicado el Pentágono.
"El secretario Hagel ha insistido en que, sin un cambio de escenario, Rusia está arriesgando una mayor inestabilidad en la región, su aislamiento en la comunidad internacional y una escalada de violencia que amenazaría la seguridad internacional y europea", ha asegurado el portavoz del Pentágono.
Por su parte, el comunicado de la Casa Blanca asegura que EE.UU. reconoce la necesidad de Rusia de "proteger los derechos de la etnia rusa y las minorías dentro de Ucrania", debido a sus "profundos lazos históricos y culturales".
El gobierno provisional de Kiev ha expresado, según recuerda Obama, su compromiso con el respeto de los derechos de todos los ucranianos y con sus obligaciones internacionales, y EE.UU. "seguirá instándole a hacerlo".
"Si Rusia tiene preocupaciones acerca del tratamiento de las minorías en Ucrania, incluidos los rusos, la forma apropiada de atenderlas es pacíficamente mediante un diálogo directo con el Gobierno de Ucrania", habría dicho Obama a Putin, según expresa el comunicado.
EE.UU. tensa la cuerda del G8
Washington ha anunciado también su intención de suspender su participación en las reuniones preparatorias previas al encuentro del G8 en Sochi, rusia, programado para el verano del presente año.
El comunicado emitido por la Casa Blanca asegura que la entrada de tropas rusas en territorio ucraniano "viola la ley internacional, incluidas las obligaciones de Rusia bajo la Carta de las Naciones Unidas y el acuerdo de 1997 con Ucrania sobre las bases militares" y es "inconsistente con el Memorando de Budapest de 1994 y el Acta Final de Helsinki".
En su conversación, Obama deja claro que una violación continuada de la soberanía e integridad territorial de Ucrania "tendría un impacto negativo en la posición de Rusia dentro de la comunidad internacional".
En este sentido, el presidente estadounidense anuncia ya que EE.UU. suspenderá su participación en las reuniones preparatorias de la cumbre del G-8, programada para junio en la ciudad rusa de Sochi, y advierte de que "la violación rusa de la ley internacional conducirá a un mayor aislamiento político y económico" de ese país.
Este anuncio se produce apenas 24 horas después de que el Gobierno de Obama estableciese contactos con sus aliados europeos para sopesar la posibilidad de no asistir a la reunión del G8 en Sochi.
Intercambio de acusaciones en la ONU
El Consejo de Seguridad de la ONU ha mantenido este sábado una tensa reunión sobre la crisis ucraniana, en la que Rusia y las potencias occidentales se han lanzado reproches y acusaciones y no han logrado ningún punto de acuerdo.
Ante las acusaciones de EE.UU. y Reino Unido, el embajador ruso ha defendido las medidas tomadas por el Kremlin y ha acusado a Occidente de estar detrás de la actual inestabilidad en Ucrania.
La embajadora estadounidense, Samantha Power, ha acusado a Rusia de intervenir en Ucrania con "una acción provocadora", sin base legal y que resulta "tan peligrosa como desestabilizadora". Actos que "pueden empujar a una situación tensa más allá del punto de ruptura", ha advertido Power, que pidió a Moscú que retire las tropas desplegadas en territorio ucraniano e inicie un diálogo político con Kiev.
EE.UU., apoyado en todo por el Reino Unido, ha considerado fundamental además el envío de una misión de mediación internacional a Crimea para tratar de calmar la situación.
El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, ha recordado que Putin aún no ha tomado una decisión definitiva sobre el posible uso de la fuerza en territorio ucraniano y ha arremetido una vez más contra Europa y EE.UU. por haber animado a la revolución contra el Gobierno elegido democráticamente por los ucranianos.
Por su parte, el embajador ucraniano, Yuriy Sergeyev, quien ha denunciado la "agresión" de Rusia contra su país y su integridad territorial.
"Las tropas rusas han entrado ilegalmente en territorio de Ucrania", ha criticado Sergeyev, que ha subrayado que el número de efectivos "aumenta cada hora" y que, en declaraciones a la prensa, ha asegurado que puede haber 15.000 soldados rusos desplegados en Crimea.