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Ignacio Elguero invita a "disfrutar recordando" con una novela con banda sonora

  • El madrileño publica Leif Garret en el dormitorio de mi hermana (Planeta)

  • Narra con nostalgia los años vividos con personajes que rozan los 50 años

  • Enriquece el texto seleccionando canciones de la época para cada momento

CARMEN CAMPOS
4 min.

La nueva novela de Ignacio Elguero (Madrid, 1964) es una historia con banda sonora de esa generación de canicas y chapas que coleccionaba gusanos de seda y jugaba en la calle al escondite, a la comba y a la rayuela en una época de vinilos, vídeos beta y papel de calco. "Es una mirada a la vida para reflexionar sobre lo que llevamos vivido y lo que nos queda por vivir", ha asegurado el autor a RTVE.es

Leif Garrett en el dormitorio de mi hermana (Planeta, 380 páginas, 19,90€) cuenta la historia de Teresa, que tras encontrarse un póster de su ídolo de juventud en casa de sus padres, rememora su infancia, su adolescencia, sus años de universidad y todo lo que ha sido su vida hasta el momento actual, en el que está a punto de cumplir los cincuenta.

Las decisiones, las oportunidades de la vida aprovechadas y las perdidas, el amor y el desamor, las primeras veces, los éxitos y las decepciones, el destino..., son los subtemas de esta novela que trata de lo rápido que pasa un tiempo que ya no se recupera. Por eso el tono es nostálgico, melancólico y a veces incluso triste.

El autor explica que ha tratado de poner el "pensamiento reflexivo y emotivo de la mujer"en esas situaciones tan cotidianas como que "te riña tu madre", "te deje un novio", o vayas a tener un hijo. Ha confesado a RTVE.es que a pesar del realismo, es una historia de ficción, sin carácter autobiográfico, pero sí la crea partiendo de "situaciones comunes a todos para que se produzca un proceso de empatía" y el "lector pueda reconocerse en el personaje". Y lo logra totalmente, aunque seas de otra generación.

Elguero recurre a los saltos temporales para componer la narración, a través de los recuerdos de la protagonista, y el hecho de que no lo haga de forma cronológica no solo no resulta embarroso, sino que aporta intriga y giros a la historia, enriqueciéndola. También combina un lenguaje contenido, casi lírico, propio del narrador omnisciente, con otro más coloquial y desenfadado en los diálogos de los personajes.

Un libro con banda sonora

La novela también es un homenaje a la música, el cine y las series de televisión de los 70 y los 80, un trabajo cultural sobresaliente con el que el autor consigue incluso contextualizar sin dar fechas.

Cita a lo largo del relato más de 50 canciones seleccionadas para cada momento concreto y que se incrustan en la vida de la protagonista formando parte de ella. Según Elguero, son la "banda sonora de esa generación", pero no solo se conforma con las de esa época, sino que añade las que entonces también gustaban a esos padres nacidos en la posguerra.

La novela rememora también los estrenos de cine de una época en la que la industria no estaba amenazada por la piratería. Excalibur, El planeta de los simios, Star Wars, Carros de Fuego, Nueve semanas y media son algunos de los títulos que generan nostalgia en el lector al ser descubiertas por los personajes.

Distinta generación, mismas reglas

El libro es además una reflexión de las diferencias de una generación a otra, describiendo cómo fue aquella en la que hacer la digestión antes de bañarse era más importante que utilizar crema solar. Tiempos en los que el sexo era un tema tabú y las cosas no se explicaban, se sobreentendían. Una época en la que los videoclubs llenaban los barrios y comprar un vídeo era un acontecimiento familiar. Años de walkman en los que las madres te llamaban por la ventana para subir a cenar y en los que los niños creían en los Reyes Magos hasta el final de la infancia (página 232).

Para los que fueron niños entonces es este libro, pero vale para el resto, porque aunque no se pertenezca a esa generación, es inevitable sentirse identificado con los personajes y las situaciones. Aunque unos crecen en la calle y otros con móviles y videojuegos, todos los jóvenes sienten esa superioridad de creer saberlo todo, de que los padres no se enteran de nada. E inevitablemente también a todos les llega la punzada del paso del tiempo.

Elguero, escritor y periodista, ha publicado los ensayos generacionales Al encerado (2011), Los niños de los chiripitifláuticos (2004) y Los padres de Chencho (2006). También los libros de poemas Siempre (2011), Materia (Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez (2006), El dormitorio ajeno (2003) y Cromos (2000), entre otros.

Actualmente dirige en RNE el programa literario 'La estación azul' y ahora se lanza con esta novela que, según él mismo ha señalado, habla "del tiempo ido" y busca "disfrutar recordando".

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