Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han cerrado este viernes la segunda jornada de la última cumbre del año, dedicada a la inmigración, la aplicación del pacto de crecimiento y empleo, y la crisis de Ucrania y República Centroafricana, entre otros asuntos.
La situación de Ucrania ha sido el asunto "más importante" que han tratado los Veintiocho en el ámbito de exteriores, en palabras del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una rueda de prensa al término de la reunión.
"Los líderes estamos muy preocupados por los últimos eventos en Ucrania y siguiendo de cerca la situación", ha afirmado Van Rompuy, quien ha reafirmado el "fuerte apoyo" de la UE al pueblo ucraniano y ha recalcado que la oferta europea sobre el acuerdo político de asociación y de cooperación económica "sigue sobre la mesa".
Las relaciones entre la UE y Ucrania "son a largo plazo", ha afirmado el presidente del Consejo Europeo, quien ha señalado que el futuro de este país "no puede comprometerse por cálculos a corto plazo y por presiones externas".
Los líderes europeos han trasladado el mensaje de que Europa "sigue abierta al pueblo ucraniano, pero no necesariamente a su Gobierno", que optó por aceptar el rescate económico ruso en lugar de un trato comercial preferente con Bruselas. Así lo ha resumido la presidenta de turno de la UE, la lituana Dalia Gribauskaite, a su llegada a la reunión.
"Deben ser los ucranianos quienes decidan por sí mismos sobre su futuro, pero no su Gobierno", ha afirmado Gribauskaite, quien ha reiterado así la solidaridad de la UE con los manifestantes ucranianos proeuropeos y mantuvo la puerta abierta a Kiev tras su rechazo a firmar el acuerdo de asociación.
“No podemos comprar ningún país para la UE“
En la misma línea se ha pronunciado el primer ministro finlandés, Jyrki Tapani Katainen, quien ha descartado que las negociaciones para la asociación de Ucrania sean "una cuestión de dinero". "No podemos comprar ningún país para la UE, cada país debe ser responsable de su economía", ha subrayado Katainen.
Misión europea en República Centroafricana
Los Veintiocho también han acordado que los ministros de Exteriores del bloque estudien en enero opciones para una misión comunitaria en la República Centroafricana, a partir de las propuestas que preparará en las próximas semanas la alta representante, Catherine Ashton.
La decisión responde principalmente a las reclamaciones de mayor solidaridad por parte de Francia, que tiene desplegados en el país 1.600 efectivos para apoyar a las tropas africanas que buscan estabilizar el país.
París ya recibe apoyo logístico de varios socios, pero la transformación de su misión en un operativo bajo bandera europea le permitiría acceder a financiación común, tal y como reclama el presidente François Hollande.
Inmigración, cuestión de solidaridad
En materia de inmigración, el otro pilar de la reunión, parece que los líderes europeos han vuelto a ser incapaces de pactar una respuesta común. En la última cumbre, en plena conmoción por la tragedia de Lampedusa, decidieron retrasar hasta diciembre la adopción de medidas concretas para frenar la inmigración irregular. Y ahora, llegado el momento, han vuelto a posponer las cuestiones de asilo y flujos migratorios a junio de 2014.
Según el texto de conclusiones del encuentros, los jefes de Estado y de Gobierno se limitan, una vez más, a pedir que se garantice la "solidaridad adecuada con todos los Estados miembros sometidos a una alta presión migratoria" e insisten en que deben tomarse medidas pero sin acordar un calendario.
Y en el ámbito económico, los Veintiocho "evaluaron los progresos" en la aplicación del pacto por el crecimiento y el empleo, según Van Rompuy, quien también ha destacado la inminente puesta en marcha de la garantía de empleo juvenil.