Los asentamientos israelíes en Cisjordania se han incrementado en un 70 % en los últimos 18 meses, desde la primera mitad de 2012 a la primera de 2013. Sólo en los primeros seis meses de este año, Israel ha construido 1.708 nuevas viviendas. Son las conclusiones del movimiento pacifista israelí "Shalom Ajshav" (Peace Now) en su último informe publicado este jueves. Mientras, según el diario Haaretz, el gobierno prepara una estrategia basada en la reclasificación de terrenos para evitar la publicación de construcción de nuevas colonias.
En lo que va de año, Israel ha construido 715 viviendas más que en 2012, en el mismo periodo de tiempo, según asegura el documento de la ONG, que también destaca que además se ha finalizado la obra de otras 1.794 viviendas iniciadas en años anteriores.
Según el estudio de esta organización, que desde hace dos décadas vigila las actividades colonizadoras de Israel, 180 de las viviendas fueron construidas en enclaves levantados por los colonos sin la autorización del gobierno de Benjamín Netanyahu.
La ONG afirma que el 61 % de las construcciones comenzadas este año están al este de la frontera propuesta por la llamada Iniciativa de Ginebra, que contempla la anexión de esos bloques a cambio de un canje territorial.
A la construcción de viviendas este año se ha sumado la de 180 edificios de uso público, entre escuelas, sinagogas y guarderías, así como 74 con fines agrícolas o industriales.
Los asentamientos, escollo para la paz
Junto a la soberanía de Jerusalén, los asentamientos, autorizados o no, están considerados por los palestinos y por gran parte de la comunidad internacional como el principal obstáculo para alcanzar la llamada ‘solución de los dos estados’.
De hecho, la construcción de nuevas colonias ya fue una de las principales razones que hicieron fracasar las negociaciones de 2010, ya que los palestinos se quejan de que las colonias impiden su unidad territorial.
Por su parte, Israel alega que las construcciones aprobadas tratan de responder al crecimiento demográfico natural de los colonos y que en su inmensa mayoría se levantan en los bloques de asentamientos que aspira a anexionarse en un futuro acuerdo de paz: Gush Etsión, Maalé Adumim y Ariel.
La presión internacional, especialmente la de EE.UU., sobre el gobierno de Netanyahu para que frene la construcción de nuevas colonias se ha incrementado desde la reanudación de las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, un proceso promovido por el secretario de Estado, John Kerry.
La reclasificación de terrenos, nueva estrategia
Debido a la fuerte presión internacional que recibe Netanyahu por el asunto de los asentamientos, el Gobierno estudia una nueva estrategia: reclasificar los asentamientos “urbanos” y convertirlos "rurales" lo que eludiría la obligación de publicar los planes de construcción de nuevos asentamientos y evitar captar así la atención del público y de la comunidad internacional, según informa el diario israelí Haaretz.
Conforme a lo publicado por el diario, el principal asesor del primer ministro para la solución de estos asuntos, Gabi Kadosh, está avanzando en un plan que permitiría eximir oficialmente a los asentamientos “urbanos” de la obligación a dar a conocer sus intereses por las tierras.
En Cisjordania, como en Israel, hay dos tipos de comunidades, urbanas y rurales. Las 33 comunidades urbanas de Cisjordania son grandes ciudades, pero también pueblos más pequeños con sólo unos pocos miles de habitantes, mientras que el resto son consideradas rurales.
Una de las diferencias entre ambas se centra en que la calificación legal de “urbana” necesita que la Administración de Tierras de Israel publique una licitación para las parcelas para construir, en el caso de las rurales no es así. Y cada licitación en Cisjordania o Jerusalén en zonas urbanas de las que se informa en los medios de comunicación o en la página web de Administración de Tierras genera protestas diplomáticas.
Lo que pretende el nuevo plan de Kadosh es avanzar en la construcción de 290 viviendas en el asentamiento de Elkana, que se convertiría el primer asentamiento “urbano” reclasificado en “rural”. El plan ha sido aprobado por la Administración Civil, pero de momento está atascado, informa el diario Haaretz, debido a que el primer ministro Netanyahu aún no se ha decidido a aprobarlo en este momento.