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Se busca película favorita para Concha de Oro

ESTEBAN RAMÓN
4 min.

Al finalizar la competición de un festival de cine, aficionados, prensa, viandantes y donostiarras en general, se lanzan mutuamente la misma pregunta: ¿Quién crees que va a ganar? Las argumentaciones, por ingeniosas o elaboradas que sean, no hacen olvidar que solo existe un factor clave: El jurado.

Ojo con el jurado de la edición número 61 del Festival de San Sebastián. En un límite se encuentra Cesc Gay, con su cine de palabra, actores y personajes; en el otro, David Byrne, el líder de Talkign Heads, con su cine experimental de museo. Las deliberaciones, según fuentes de propio jurado, han sido bastante polarizadas. Muchos recuerdan la fuerte presencia latinoamericana en el jurado: el mexicano Diego Luna, la uruguaya Mariela Besuievsky o la chilena Paulina García, como si de un solo país se tratase desde Tijuana a Tierra del Fuego. Para poner orden, Todd Haynes, rey intermitente del cine indie estadounidense y presidente del jurado.  Y la solución,  a las 20.30 h. desde el Kursaal con la ceremonia de entrega de premios.

Concha de Oro, Premio Especial de Jurado y Concha de Plata al mejor director

Enemigo abrió la competición y, de alguna manera, la ha cerrado con el regreso de su director Denis Villeneuve a San Sebastián para presentar fuera de competición Prisioneros.  El desdoblamiento del director canadiense, defendiendo el cine minoritario el primer fin de semana y apoyando la maquinaria de un blockbuster ayer, casa muy bien con el argumento de Enemigo, en la que Jake Gyllenhaal se enfrenta a un doble de de sí mismo. Enemigo, convierte la novela de Jose Saramago El hombre duplicado, en una intriga atmosférica, desconcertante al principio aunque naif finalmente. El brillante envoltorio visual le coloca como una de las favoritas.

Pelo Malo, de la venezolana Mariana Rondón, también cuenta, por aquello del jurado latinoamericano y porque junto a Le Week-end, es la propuesta más sólida. Nada falla en Pelo Malo que además, tiene la virtud de mostrar una Caracas hiperrealista y denunciar el machismo e intolerancia de su sociedad con la historia de una madre que se niega a aceptar la homosexualidad de su hijo.

Le Week-end, de Roger Mitchel cierra la terna de grandes favoritas. El gran Hanif Kureishi ha condensado en su guion, ingenioso e inteligente, los claroscuros de las relaciones de pareja, a través de un fin de semana que dos “sexalescentes” ingleses pasan en París. El director de Notting Hill airea el guion con una dirección ligera en la que homenajea explícitamente a Godard.

Caníbal, de Manuel Martín Cuenca, es la otra película española (Enemigo es una coproducción hispano-canadiense) con opciones. El minucioso trabajo de dirección podría y merece ser recompensado.

Las tapadas

En un Festival sin claro favorito, las tapadas se multiplican:  Club Sándwich, del mexicano Fernando Eimbcke, es una película sencilla, en el mejor sentido de la palabra, que funciona como un mecanismo de relojería. Como Pelo Malo, otro desencuentro entre madre hijo, pero desde la naturalidad y la comedia.

For those who can tell no tales, de Jasmila Zbanic, llegó a última hora para sembrar las dudas: su acercamiento distanciado y valiente al horror de la Guerra en Bosnia interesa, aunque no emociona.

Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, es la apuesta a contracorriente: raramente los festivales premian las películas amables y positivas, con un mensaje de entendimiento y solidaridad.

Mi alma por ti curada, de François Dupeyron, es quizá la que más encaja en los gustos de Todd Haynes. Su estilo visual, de los más potentes de sección oficial.

Concha de Plata a Mejor Actriz y Mejor Actor

Antonio de la Torre y Jim Broadbent encabezan todas las apuestas. El actor español compone en Caníbal un personaje imposible, limitando su expresividad al máximo.  Y el actor inglés (que ya tiene el Oscar, el Bafta, y el Globo de Oro) sobresale en Le Week-end registrando todos los vaivenes de un hombre enamorado. Colin Firth se deja el alma en Un largo viaje, pero ni la película, ni su ausencia en el propio Festival, le ayudan.

En las interpretaciones femeninas queda el regusto del descomunal trabajo de Marián Álvarez como una joven con trastorno límite de la personalidad en La herida, presentada el último día de competición. Pero no hay que olvidar a Samantha Castillo, como la madre que no sabe querer a su hijo en Pelo Malo, o Lindsay Duncan como la sexagenaria en crisis de Le Week-end.

De momento, Zinemaldia ha amanecido con dos premios: El de la juventud para la holandesa  Wolf, de Jim Taihuttu. Y el Premio Wuaki.tv del público, de la sección Perlas,  para la maravillosa Like father, like son, del japonés Koreda: lo mejor visto en estos diez días de festival junto a Gravity,  de Alfonso Cuarón.

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