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Una cadena de atentados en Irak deja al menos 50 muertos y cientos de heridos

  • Estos atentados han dejado más de 100 heridos y al menos 50 muertos

  • Hasta una docena de explosiones se han registrado en la capital de Irak

  • 2013 es el año más sangriento con más de 3.700 muertos

RTVE.es / AGENCIAS
4 min.

Al menos 50 personas han muerto este miércoles y otras 150 han resultado heridas en una cadena de atentados en distintas partes de Bagdad y sus alrededores, según han informado fuentes de la policía iraquí.

Una docena de coches bomba ha explotado en diferentes puntos de la capital del país en un momento en que muchas personas se dirigían a sus puestos de trabajo. Según la agencia France Press la mayoría de los atentados se han producido en zonas de mayoría chií. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de los ataques por el momento.

En los dos atentados más graves, dos coches bomba en el noreste de la capital causaron cuatro muertos, mientras que tres personas perdieron la vida por otro coche bomba conducido por un supuesto suicida en un control policial en el barrio de Al Kazemiya, de mayoría chií, en el norte de Bagdad.

Nuestra casa está en ruinas

"Nuestra casa está en ruinas. Y los políticos pasan su tiempo luchando por sus puestos en lugar de mirar por nosotros", se lamenta Marwa, una joven de 18 años, cuya vivienda fue dañada por la explosión de dos coches bomba en el distrito de Shaab. 

"He visto una explosión y todo quedó destrozado, mucha gente ha resultado herida y las tiendas también sufrieron daños. ¿Qué culpa tenían ellos? Todos tenían familias", dice Abdulkareem, otro testigo que estaba en la zona.

En otra de las explosiones, un coche ha estallado cerca de un puesto de control policial matando a tres personas e hiriendo a otras siete.

Dos personas murieron y otras 14  resultaron heridas por el estallido de otro vehículo cerca del  mercado de Omaima en la zona de Saideiya, en el suroeste de la capital,  al tiempo que hubo dos muertos y once heridos por otra explosión cerca  del puente de Al Hamza, en el noroeste.

Un civil falleció y otros doce  sufrieron heridas de diversa consideración por la explosión de otro artefacto en la zona de Yamila, en el este de Bagdad.

Pero no solo se han registrado coches bomba. En la zona de Mahmudiya, 20 kilómetros al sur, un suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo tras entrar en un restaurante, donde mató a tres personas e hirió a diez.

Pidió un desayuno y se tomó un té

"Un hombre aparcó su coche delante del restaurante, pidió un desayuno y se tomó un té. Luego escuche una fuerte explosión mientras estaba en la cocina", explica el propietario del establecimiento. 

"Cuando salí, vi su coche completamente destrozado y el hombre había desaparecido", continúa.

Un suceso similar se registró cerca de una gasolinera en Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, causando la muerte de tres personas y heridas a diecisiete.

Los ataques alimentan el conflicto

Estos ataques, dicen los expertos, están diseñados para alimentar el conflicto sectario y desestabilizar el país que lucha por recuperar la estabilidad política y la seguridad, diez años después de la invasión de EE.UU. que derrocó a Saddam Hussein.

Era una guerra preventiva para neutralizar las armas de destrucción masiva con las que Sadam Hussein, se dijo entonces, amenazaba la paz mundial. No había esas armas, pero seis años después, hay 100mil civiles iraquíes y 4mil soldados estadounidenses muertos.

La espiral de violencia en Irak coincide con un creciente descontento de la minoría suní con los chiíes en el poder. Además, los más de dos años de guerra civil en la vecina  Siria, no han hecho sino agravar la arraigada división sectaria y han agitado la fragil  coalición de gobierno entre kurdos y suníes.

Por su parte, los diplomáticos de la ONU han pedido al gobierno del primer ministro chiíta Nurial-Maliki que adopte reformas para evitar la marginalidad de este sector de la población y prevenir el riesgo de alentar el reclutamiento de extremistas.

Sin embargo, en respuesta a la violencia, el Gobierno ha intensificado una campaña contra los insurgentes suníes, realizando numerosas detenciones. La parálisis del sistema político, junto con la corrupción rampante y la insuficiencia de los servicios públicos, también se suman a la frustración y la ira de los iraquíes.

El año más sangriento desde 2008

Aunque por el momento ningún grupo se ha atribuído los atentados, los  insurgentes suníes e islamistas afiliados a al Qaeda han incrementado significativamente sus ataques este año.  Desde principios de 2013, más de 3.700 personas han muerto en este tipo de ataques, según un informe elaborado por la AFP a partir de fuentes médicas y de seguridad, y solo más de 1.000 lo han hecho en el pasado mes de julio, de acuerdo con Naciones Unidas. 

Con esta serie de atentados, Irak ha vuelto a los niveles de violencia que experimentó en 2008, cuando el estado del país estuvo a punto de conducir a una guerra civil entre suníes y chiíes.

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