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Batman, el hombre que lo tenía todo y prefirió ser un murciélago

  • Diez autores desmontan al personaje en 'Batman desde la periferia'

  • Diez incisivas miradas a uno de los grandes mitos del entretenimiento

JESÚS JIMÉNEZ
11 min.

Si fuéseis millonarios... ¿os vestiríais de murciélago y saldríais por las noches a combatir a locos peligrosos?

A punto de cumplir 70 años (mayo, 1939), Batman es uno de los grandes iconos del cómic y casi la antítesis del otro gran mito (Superman): un hombre sin superpoderes que solo cuenta con su ingenio, su fortuna y su entrenamiento (físico y mental), para luchar contra villanos que rozan la locura y resistir los encantos de las mejores mujeres fatales del cómic, como Catwoman o Hiedra Venenosa. Un mito al que 10 grandes autores analizan y desmontan en el libro Batman desde la periferia (Alpha Decay). Con ilustraciones de Blanca Miró.

Las mujeres en el universo de Batman

Laura Fernández, periodista, escritora y crítica literaria y musical ha sido una de las encargadas de seleccionar los relatos y autores de este libro y, además, analiza el papel de las mujeres en el universo del murciélago: "Históricamente han sido meras compañeras del héroe, en un primer momento, de hecho, se crearon para hacer frente a las críticas de homosexualidad que sufría Batman".

"Se decía que su verdadero amor era Robin y que ninguna mujer podía ocupar su lugar porque simplemente las mujeres no le gustaban. Y lo que se ha comprobado a lo largo de la historia es que, cualquier mujer que se ha acercado a él, y en especial, las que lo han hecho como cómplices (Batwoman o Batgirl) han sido aplastadas por Batman (o, como digo en el artículo, en plan conclusión: si eres mujer y tratas de eclipsar a Batman, él te eclipsará a ti). Desde que aparecen, Batman no descansa hasta que dejan de representar una amenaza para su conservador modo de vida".

En cuanto al papel actual de las mujeres de Batman: "Batgirl tiene su propia serie regular y, aunque vive al margen de Batman, interviene en los grandes eventos y en muchos sentidos se la considera una más de la familia, algo que no ocurre con Batwoman, quien, desde la reconstrucción de Greg Rucka (que hizo de Kathy Kane una lesbiana orgullosa de serlo, que no le teme a nada ni a nadie y mucho menos a Batman, pese a sus amenazas), es lo más parecido a un personaje proscrito. Tiene su propia serie pero es una serie al margen del universo de la batfamilia. En el caso de Catwoman, sigue siendo una villana con la que de vez en cuando el héroe tontea, pero con la que nunca habrá nada serio".

"¿Se ha logrado la igualdad entre hombres y mujeres en los cómics? Mmmm... En el caso de Batman, no -comenta Laura-.

En cuanto a los noviazgos eternos de los superhéroes: " Todo en la vida de un superhéroe es eterno -asegura Laura-. Y el noviazgo no podía ser menos. Aunque se casen (y lo han hecho, tanto uno como el otro, como bien dices) algo ocurre para que luego se descasen u olviden haberse casado. Es interesante en ese sentido lo que está ocurriendo con el Capitán América de Rick Remender. En su caso es la chica quien le pide matrimonio a Steve Rogers, a sabiendas de que si fuera por él, nunca se lo pediría, pero obviamente a continuación ocurre un cataclismo que envía al Capitán a años luz en el tiempo y el espacio y deja a Sharon eternamente soltera. Digamos que el de los superhéroes es un mundo de amores imposibles, al estilo Shakespeare".

"Los superhéroes son los dioses de la masa anónima"

Juan Francisco Ferré es escritor, cítico literario y Doctor en filología. Y nos habla de la importancia del reino animal y de las máscaras en la mitología de Batman: "El animal es la máscara con la que los personajes que la asumen ante los demás reniegan de su condición humana y se apoderan de su potencia y atributos más reconocidos. El devenir murciélago de Batman, como en el caso de Catwoman o del Hombre-pingüino, es una forma de poner en comunicación los límites de lo humano con las fuerzas primitivas que han quedado atrás en la historia como consecuencia del desarrollo de la civilización pero que ahora, por la dureza de la vida en las grandes urbes, quizá vuelvan a ser necesarias".

"En cualquier caso -continúa Ferré-, para Batman el devenir murciélago es también un modo ambiguo de dialogar con la extrañeza radical que forma parte de su identidad, con ese otro yo inhumano que lo aleja de sus semejantes y le permite al mismo tiempo erigirse en su protector".

Batman, más que ningún otro superhéroe, está en la cuerda floja entre el héroe y el villano: "Como todas las figuras de la fama, desde los futbolistas y cantantes a los actores y actrices, encarnan la paradoja de ser los dioses de la masa anónima que los reverencia y adora y los sociópatas más recalcitrantes en su privacidad. Seres entrañables y afectuosos de cara a la galería y androides emocionales con tendencias psicóticas en cuanto desaparecen las cámaras y los micrófonos, o la mirada crédula de los fans. En el fondo, no hay tanta diferencia entre Bruce Wayne-Batman y cualquier ídolo de masas, representan el mismo mecanismo tramposo y la misma escenificación trucada ante el espectador. Por eso su enfrentamiento con los villanos carismáticos como el Joker suelen servir para conjurar ese rostro siniestro que acecha detrás de la sonrisa de toda celebridad mediática".

Pero... ¿Qué ocultan en realidad las máscaras de personajes como Batman o el Joker?: "Un simulacro de antagonismo primigenio que funciona como fábula fundacional en una cultura irónica y descreída como la nuestra -asegura Ferré. En realidad, la duplicidad de máscaras solo sirve para encubrir un hecho: se trata de la misma cara, o de las dos caras, la ley y su transgresión dialéctica, de la misma moneda. El mundo capitalista al que pertenecen los necesita a los dos en permanente actividad, ateniéndose cada uno al papel que se le atribuye en la representación. El Joker carga con todos los rasgos patológicos que Batman oculta por estrategia".

"A través de un ritual basado en el combate espectacular entre ambos adversarios se logra expiar esos males en público y lavar la conciencia social y la imagen de la colectividad. De ese modo se ponen en escena las paradojas de una cultura fabricada en serie para las masas como sucedáneo industrial de las mitologías tradicionales y las narrativas comunitarias de otros tiempos".

Batman: El mito que siempre vuelve

Uno de los artícullos más curiosos del libro es la relación de Batman con el arte, a cargo del escritor y ensayista Eloy Fernández Porta: "A diferencia de otros superhéroes, que están mejor anclados en el presente, Batman es el mito que siempre vuelve: desde un trauma infantil (el asesinato de los padres), desde una estética pasada (el expresionismo y el noir), desde la Batcueva, desde sus periódicos retiros… desde los abismos del inconsciente. En su caso el trauma fundacional es más importante, y está más presente, que en los de Superman o Spiderman, y eso lo convierte en un caso clínico, le otorga más complejidad psicológica, y obliga al lector de sus aventuras a adoptar, de manera simultánea,  los papeles de fan y analista".

"El caso de Batman anticipó la transformación del fan en crítico cultural, que no solo disfruta sino que también estudia y cuestiona. A lo largo de setenta años las oscuridades e insatisfacciones de Batman han sido tratadas con distintas formas de inteligencia psicológica, que abarcan desde la teoría junguiana de los arquetipos, que utilizó Bob Kane, hasta el psicoanálisis lacaniano, que es el criterio que usa Zizek para hablar de él en el último capítulo del libro. No es, desde luego, el único superhéroe con vida interior complicada, pero a través de sus sucesivas caracterizaciones se han ido difundiendo en la cultura popular, más que en ningún otro caso,  las ciencias de la psique entendidas como criterio de comprensión de un individuo y como metadiscurso para crear personajes en una obra de arte".

Batman y el arte contemporáneo

"Los superhéroes empiezan a sacar la cabeza en el mundo del arte a principios de los sesenta -comenta Eloy-, y no propiamente en el marco del pop art sino en los cruces entre abstracción pictórica e imaginería pop que realizan autores como Öyvind Fahlström o, en menor medida, Antonio Saura. En la misma época también dibujantes como Jack Kirby llevan a cabo, de manera recreativa, versiones artísticas de su trabajo, en su caso con collages protagonizados por Los 4 Fantásticos. En esta fase Batman y los demás superhéroes no solo “aparecen” sino que “hacen intrusiones” o “se inmiscuyen” en el espacio de la pintura, poniendo en cuestión los regímenes de visión que distinguen entre el museo y el tebeo, y los presupuestos ideológicos que sostienen esa distinción".

"A esta primera fase le seguirá otro movimiento, más propio de la época posmoderna, en que el superhéroe aparece ya integrado en la obra de arte, habitualmente por la vía del camp o de otros “estilos degradados”. En ese contexto el archienemigo del Caballero Oscuro ya no es el imperialismo cultural norteamericano, sino más bien la producción de género, las ideas recibidas sobre la masculinidad y la sexuación. Esta perspectiva da lugar, por una parte, a una reapropiación del personaje en el contexto del arte queer (donde Robin se vuelve tan importante como Batman o incluso más) y, por otra, a su aparición en algunas derivaciones del arte feminista que ponen el énfasis en el papel de la moda, como puede verse en la Catwoman de Ana Laura Aláez".

El Noveno Arte

"Creo que el arte popular por excelencia es el cine -asegura Eloy- ; la descripción de los cómics como “el cine de los pobres” era una suposición sociológica que dejó de ser plausible hace tiempo. A lo largo de la historia de los cómics hay un sector importante de la producción que ha sido “arte impopular”, el tipo de obra que figura en los manuales dedicados al género pero que no le sufragó el alquiler a ningún editor: cómic “de autor”, modalidades experimentales, fanzines más o menos artys… En España el formato álbum siempre fue, con algunas excepciones, minoritario. El auge de la novela gráfica, que ha hecho posible que el cómic se empiece a incorporar de pleno derecho a la industria del libro, trae consigo el declive del álbum".

"En cuanto a los procesos de reconocimiento, varían en función del contexto cultural. En Francia, que es el país donde el consumo culto de cómics está más normalizado, este proceso es parte de la valoración generalizada del “pop para adultos”, que es un fenómeno transversal que recorre varios ámbitos creativos: la pintura, la música y, desde luego, el cine. En Turquía el cómic está muy reconocido y generalizado, pero sobre todo en su versión de sátira política. En cambio, en Estados Unidos los cómics solo han obtenido reconocimiento crítico en la medida en que algunas obras se han incorporado al espacio de las escrituras memorialísticas y testimoniales, desde Spiegelman hasta Bechdel, lo que implica un reconocimiento “del guión” realizado desde una óptica principalmente literaria".

"Y en el caso de España, que tiene una tradición muy fuerte, combinada con un déficit de exposición en prensa, parece claro que la vía principal que se está siguiendo es también la autobiográfica. En este sentido, en los últimos treinta años ha tenido lugar un giro: en los ochenta se creyó que los cómics serían legitimados como una modalidad de arte visual; ahora está claro que lo son por sus relaciones con la literatura. Este proceso fue anticipado por Spiegelman, que consiguió el éxito cuando dejó atrás el registro de arte deconstructivista secuencial que desarrollaba en la revista Raw y se convirtió, con Maus, en un escritor de memorias ilustradas".

Además de Laura, Juan Francisco y Eloy los otros grandes autores que analizan a Batman en este interesante libro son el escritor Blake Butler, que rememora su primer encuentro con Batman; el crítico de cómcis Greg Baldino, que llega a la conclusión de que Batman no sería nada sin sus geniales villanos; Elisa G. McCausland, que analiza el chique generacional en el Batmundo; el escritor francés, Christophe Claro firma un relato en el que Batman se enfrenta a sus demonios; El catalán Javier Calvo repasa la alabada etapa de Grant Morrison en la serie de Batman; y Aaron Swartz y el eslovaco Slavoj Zizel analizan las dos últimas películas de Christopher Nolan.

Un interesante libro que no responde a la pregutna con la que comenzaba este artículo pero que nos muestra algunos de los ángulos más interesantes de un mito de la cultura popular que está a punto de cumplir 70 años.

Bill O'Neil, BATMAN MANGA(2012)

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