El Eurogrupo ha dado este viernes su visto bueno al acuerdo alcanzado el 25 de marzo entre la troika y Chipre sobre el programa de rescate de este país y ha ratificado que la aportación conjunta de la zona euro y el FMI será la anunciada: 10.000 millones de euros. Los ministros de Economía y Finanzas de los 17 países del euro también han aprobado la propuesta de la Comisión Europea de conceder más plazo a Irlanda y Portugal para devolver sus rescates, aunque deben aprobarse también en el Ecofin, la reunión de los Veintisiete.
El comisario de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Olli Rehn, se ha alegrado de ese "acuerdo político" sobre Chipre: "Se ha abierto el camino para su ratificación a nivel nacional. Espero que esté listo a finales de semana próxima, lo que permitirá firmar el memorando de entendimiento (MoU) y dar inicio al programa en mayo".
Coincidiendo con este Eurogrupo, Chipre ha pedido "ayuda adicional" a sus socios del euro, según ha anunciado el presidente chipriota. Nicos Anastasiades ha explicado en Nicosia a los periodistas que ya ha hablado del aumento de la ayuda con el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, y que iba a escribir una carta a los presidentes del Ejecutivo comunitario -José Manuel Durao Barroso- y del Consejo Europea -Herman Van Rompuy- para expresarles esa misma petición.
"La carta a Barroso y Van Rompuy subrayará la necesidad de que cambie la política de la UE hacia Chipre, y acuerde una ayuda adicional, teniendo en cuenta las dificultades a las que hacemos frente por la crisis económica y las medidas que se nos han impuesto", ha señalado el presidente chipriota.
Fuentes diplomáticas chipriotas han matizado después que esa ayuda adicional a la que se refería Anastasiades no es de dinero, sino un respaldo reforzado por parte de los servicios de la Comisión Europea. Algo a lo que Rehn se ha mostrado dispuesto en la rueda de prensa posterior al Eurogrupo.
La CE: no hay más agujero en Chipre
El acuerdo del rescate chipriota prevé que los países del euro aporten 9.000 millones de euros y el FMI, otros mil millones. Como se había estimado que el coste total del saneamiento de las cuentas del país mediterráneo sería de 17.000 millones de euros, a Chipre le correspondía aportar los restantes 7.000 millones a través de recortes en el gasto, subidas de impuestos y una intensa reestructuración bancaria (solo en ese capítulo, el coste ascendería a 5.800 millones).
Sin embargo, este jueves, el Gobierno de Chipre anunció que el agujero en sus finanzas es mayor de lo calculado y alcanzaría los 23.000 millones de euros. Eso supondría que, si sus socios europeos no aumentan la ayuda del rescate, el país tendría que aportar por sí mismo 13.000 millones de euros, muy cerca del tamaño de todo su PIB.
“Rehn: se han mezclado peras con manzanas y luego se ha hablado de naranjas“
Sin embargo, desde Bruselas se ha negado que hayan aumentado las necesidades chipriotas de financiación. Olli Rehn ha asegurado que ha habido "confusión" porque se han comparado "dos conjuntos distintos de cifras: una neta y otra bruta", una basada en un cálculo que viene de atrás y otra basada en indicadores más recientes.
"Se han mezclado peras con manzanas y luego se ha hablado de naranjas", ha lamentado el comisario, quien sin embargo sí ha reconocido que ahora es muy difícil hacer previsiones y cálculos sobre la situación económica de Chipre debido a "la enorme incertidumbre".
Desde Nicosia se había justificado la diferencia en esas cifras en que la recesión está siendo más profunda de lo esperado y en la salida de capitales registrada en el país durante las negociaciones del rescate.
Hasta ahora, la principal fuente de ingresos de Chipre era el sector financiero, gracias a una fiscalidad muy favorable para el capital y el ahorro. Ese modelo económico es el que ha querido cambiar la Unión Europea, que lo considera desequilibrado, ya que ha llevado a que el tamaño de la banca multiplique por ocho el de toda la economía chipriota.
Eso también ha llevado a que la solución inédita -y, según todas las instituciones europeas, específica- para resolver el rescate de Chipre: que parte del coste de la reestructuración bancaria chipriota sea asumida por los depositantes con más de 100.000 euros, a quienes se impondrá la pérdida de parte de sus fondos.
Más tiempo para Portugal e Irlanda
Aparte de la validación política del rescate chipriota, los ministros de la zona euro se han mostrado de acuerdo en ampliar el plazo para que Portugal e Irlanda devuelvan sus respectivos rescates, tal y como habían recomendado la troika.
El Eurogrupo ha recibido cinco propuestas elaboradas por la troika con prórrogas de diferentes plazos -el más amplio, de siete años- para alargar el tiempo de amortización de los préstamos concedidos a Portugal e Irlanda, y ha decidido aceptar esa ampliación, aunque no ha precisado en cuánto tiempo porque -ha justificado el presidente del Eurogrupo, Jerome Dijsselbloem- debe ser aprobado ahora por el Ecofin, ya que una parte de los préstamos bilaterales los han concedido países de fuera del euro, como Reino Unido o Dinamarca.
Además, esa ampliación de los vencimientos deberá ser ratificada por algunos parlamentos nacionales y dependerá -como han insistido tanto Dijsselbloem como Rehn- de que las evaluaciones técnicas confirmen el cumplimiento de las condiciones de los planes de rescate.
Pendientes de los nuevos recortes de Lisboa
Respecto a los recortes alternativos que deberá poner en marcha Portugal tras la anulación por parte del Tribunal Constitucional luso de algunos ajustes, el Eurogrupo ha reiterado su recomendación al Gobierno portugués de "que aplique el programa y mantenga el ritmo de reformas".
Según Dijsselbloem, "las autoridades portuguesas van a negociar con la troika nuevas medidas basadas en reducción de gasto", algo que deberá garantizar "la sostenibilidad de sus cuentas a medio plazo", para lo que deberá cubrirse los 1.300 millones de euros de ahorro que se conseguían con los recortes anulados.
"Espero que puedan finalizar es proceso en las próximas semanas, de modo que se pueda aprobar la séptima revisión del cumplimiento del programa en la reunión de mayo" del Eurogrupo, ha concluido el holandés.
De esa revisión depende el desembolso del siguiente tramo de 2.000 millones de euros de su programa de asistencia financiera.
La recapitalización directa de los bancos como último recurso
A su entrada en la reunión, el ministro español, Luis de Guindos, ha reiterado la necesidad de que se apliquen cuanto antes las decisiones ya adoptadas sobre los avances en la unión bancaria de la zona euro. Además, De Guindos ha llamado a actuar al BCE para acabar con la actual fragmentación de los mercados y le ha pedido que se fije un tipo de interés único para todas las empresas europeas de igual calidad.
Sobre la mesa de los ministros de la eurozona también ha estado la definición de los criterios de funcionamiento del futuro mecanismo de recapitalización directa de la banca con problemas. Pero en ese punto no se ha alcanzado ningún acuerdo o conclusión, según Dijsselbloem.
Antes de la reunión, fuentes europeas conocedores del documento de trabajo de la eurozona habían asegurado que ese mecanismo solo será el último recurso para casos de reestructuración y liquidación de entidades. Antes de llegar a esa posibilidad, tendrán que haber asumido pérdidas los accionistas y los tenedores de bonos, una lista a la que podrían unirse los grandes depositantes si así lo deciden los Estados miembros.
Esas mismas fuentes adelantaban que se ha avanzado "en soluciones sobre el reparto de carga y los activos heredados" y que habrá elementos de "desincentivación" para que los Estados no recurran a la ligera a este mecanismo, como el que los países que pidan un rescate para asistir a sus bancos en dificultades se hagan cargo de una parte de la financiación -que podría ser de entre el 10% y el 20%-, de manera que la ayuda no sea aportada en su totalidad por el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). El objetivo es limitar la exposición del fondo del rescate a las pérdidas que puedan producir los activos heredados.
Sin embargo, el presidente del Eurogrupo ha asegurado que este viernes los ministros solo han abordado el asunto de los activos heredados, "que son, por definición, anteriores a que el BCE se ocupe de la supervisión [de las entidades] y que estarán cubiertos por el MEDE", el fondo europeo de rescate permanente.
"Hemos debatido sobre ellos, pero seguiremos trabajando" para que el marco operacional de la recapitalización directa pueda debatirse en el Consejo Europeo de junio, ha afirmado Dijsselbloem, quiene ha recordado que "nada está acordado hasta que todo está acordado", una de las frases preferidas por su antecesor al frente de Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker.
La eurozona también ha abordado la situación en Grecia, aunque no desbloqueará todavía el próximo tramo de 2.800 millones de euros, dado que la troika está todavía en Atenas para verificar el cumplimiento previo de ciertas medidas comprometidas y negociar otros aspectos del rescate del país.
Por otro lado, el nuevo ministro de Economía de Eslovenia se ha presentado a sus homólogos, con los que se ha comprometido a exponer la situación actual en su país en el próximo Eurogrupo de mayo.