La bioluminiscencia es un proceso que se da en algunos seres vivos, en el que la energía de una reacción química se manifiesta con la emisión de luz. Tiene distintas funciones, entre ellas la defensa, la comunicación, la reproducción y la atracción de presas. Mientras que está bastante generalizada en hábitats marinos, en tierra se limita al reino de los hongos e invertebrados, como las luciérnagas, y algunos escarabajos.
Este fenómeno es posible gracias a la presencia de proteínas como la luciferina o la GPR. Los científicos han conseguido aislar los genes que las codifican e introducirlos en otros tejidos. De esta forma, se pueden utilizar como marcadores.
En España, cuatro grupos de investigación de la Red de Enfermedades Tropicales perteneciente al Instituto de Salud Carlos III han desarrollado unas proteínas fluorescentes que permiten evaluar en vivo y en tiempo real la capacidad de un agente infeccioso para producir enfermedad. También es de gran utilidad para la búsqueda de fármacos, como sistema de alerta temprana de algunas enfermedades.
Su empleo puede llegar a reducir hasta en un 90 por ciento el sacrificio de animales de laboratorio. En A hombros de gigantes Manuel Seara ha hablado con Manuel Fresno, coordinador del Servicio de Bioluminiscencia del Centro de biología molecular Severo Ochoa, profesor de Microbiología en la universidad Autónoma de Madrid y director científico de la empresa Diomune, una spin-off nacida al amparo de los centros de investigación a los que pertenece.