Irán y el Grupo 5+1 concluyeron en la ciudad kazaja de Alma Atá la quinta ronda de negociaciones nucleares, cuya segunda jornada transcurrió en una atmósfera de absoluto secretismo.
"Las negociaciones han terminado. La sesión plenaria no se reanudará", dijo un miembro de la delegación iraní a la prensa en Alma Atá sobre la reunión con el G+1, formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU -EE.UU., China, Rusia, Francia y el Reino Unido- más Alemania.
Por el momento, se desconoce si ambas partes han alcanzado algún tipo de acuerdo sobre el controvertido programa nuclear iraní y sobre la sede y fecha de la sexta ronda de negociaciones.
"Las negociaciones transcurren de manera constructiva. Es todo lo que puedo decir", señaló otra fuente oficial iraní.
Dos plenarios y varias consultas bilaterales
Al igual que el viernes, Teherán y las grandes potencias celebraron dos plenarios y diversas consultas bilaterales, tras lo que decidieron dar por terminada la reunión.
En la primera jornada, las delegaciones se limitaron a intercambiar propuestas sin resultado alguno, cuando el optimismo era la nota predominante tras la cuarta ronda celebrada también en Alma Atá a finales de febrero sobre la posibilidad de avances.
Las grandes potencias habían llamado anoche a Teherán a mostrar una mayor voluntad política a la hora de responder de manera concreta a las ofertas del grupo para disipar las dudas de la comunidad internacional sobre el programa nuclear iraní.
Un diplomático occidental aseguró la víspera que Irán aún no ha respondido a la propuesta de suspender el enriquecimiento de uranio al 20% y reducir la capacidad de la planta subterránea de procesamiento nuclear de Fordo.
A cambio, el G5+1 se ha mostrado dispuesto a suavizar algunas de las sanciones económicas impuestas al régimen de Teherán, como facilitar la transferencia de oro a Irán desde otros países.
El negociador jefe iraní, Said Jalili, presentó ayer su propio plan, que fuentes occidentales describieron como una nueva versión de las propuestas que la República Islámica presentó en la ronda de Moscú de junio de 2012.
Mientras, el jefe de la delegación rusa, el viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, constató que "Irán ha respondido a la propuesta del sexteto", pero que "la respuesta es tal que ha dejado aún más preguntas en el aire".
El portavoz de la alta representante de la Unión Europea, Michael Mann, aseguró que el sexteto está dispuesto a reconocer el derecho de Irán a enriquecer uranio, pero que Teherán debe antes garantizar el carácter pacífico de su programa nuclear.
Mientras, Jalili aseguró que las negociaciones pueden avanzar si el G5+1 pronuncia una frase: "Deben reconocer los derechos de Irán, en particular el derecho a enriquecer uranio". "Estamos hablando de energía nuclear pacífica", resaltó.