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Castro, el azote de la corrupción que imputó por primera vez a miembros de la familia real

  • José Castro ha imputado a la infanta Cristina y a su esposo en el caso Nóos

  • El expresidente balear Matas pagó 3 millones de euros para eludir la cárcel

  • Comenzó su carrera en 1976, antes trabajó como funcionario de prisiones

RTVE.es
3 min.

El juez José Castro ha dejado su impronta en las páginas de la historia judicial española más reciente, tras la decisión de imputar a la infanta Cristina y a su esposo Iñaki Urdangarin, en el caso Nóos. La pieza separada del Palma Arena se instruye en el Juzgado Número 3 de Palma, desde 2010.

Las citaciones a declarar como imputados, primero a Iñaki Urdangarin, el 29 de diciembre de 2011, y este miércoles a la infanta Cristina, se han convertido así en un hito en la jurisprudencia española, al tratarse de las primeras sobre miembros de la familia real.

Nacido en Córdoba hace 67 años, en su trayectoria judicial ha salido en las portadas de los principales periódicos, por sus investigaciones en la lucha contra la corrupción política. Por sus manos como titular del juzgado de instrucción número 3 de Palma, han pasado casos del PSOE, de Unió Mallorquina y del PP.

Fianzas millonarias

Los autos de Castro se han caracterizado por el tono crítico de sus argumentos y la exigencia en las fianzas impuestas sobre los procesados. En el caso más reciente de Urdangarin, la fianza de 8,2 millones de euros reclamada en concepto de responsabilidad civil han llevado al duque de Palma a afirmar que la decisión le conduce a "un injusto emprobrecimiento".

Antes de Urdangarin fue el expresidente balear, Jaume Matas, quien tuvo que abonar tres millones de euros para eludir la cárcel en el caso Palma Arena. La investigación del juez comenzó en 2008 por el sobrecoste en la construcción del velódromo Palma Arena durante el gobierno autonómico de Jaume Matas (PP) de 2003-2007.

En el auto donde cita como imputada a la infanta Cristina considera necesario que la infanta se explique y aclara que su citación no prejuzga actuaciones posteriores, deja abierto "todo el abanico de opciones procesales y asegura que "la Justicia es igual para todos". Sus deciciones judiciales han sido calificadas como "valientes y temerarias".

Un hombre discreto

Tomó posesión del juzgado de lo social número 2 de la capital balear en 1985 y en 1990 fue trasladado al de instrucción número 3 de Palma donde actualmente instruye el asunto judicial más importante en su trayectoria como juez.

En sus 37 años de carrera judicial, que comenzó en 1976, ha pasado por otros destinos como Dos Hermanas, en Sevilla, Arrecife, en la isla canaria de Lanzarote, o Sabadell, en Barcelona. Antes había trabajado como funcionario de prisiones.

Su relación con los medios de comunicación ha sido de absoluta discreción, evitando siempre hacer declaraciones. Nunca ha concedido una entrevista en toda su trayectoria como juez, según Efe.

José Castro es un aficionado a las motos, aunque ha cambiado la suya por una bicicleta, con la que se ha trasladado por su cuenta a los juzgados durante meses. También le gusta el fútbol, aunque no es un apasionado de este deporte.

Pese a su discreción, las investigaciones sobre casos de corrupción política le han llevado a ocupar las principales páginas de los periódicos de tirada nacional.

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