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Ricardo Darín: "Los personajes de cine negro te permiten hacer lo que jamás harías"

  • Tesis sobre un homicidio, participada por TVE, se estrena el 5 de abril

  • El 'thriller' que protagoniza con Alberto Amann es la película argentina más vista en 2013

  • Deja tu pregunta par Alberto Ammann y gana la novela en la que se basa la película

ESTEBAN RAMÓN
5 min.

Ficha técnica

Año: 2013

Duración: 91 minutos

País: España - Argentina

Director: Hernán Goldfrid

Guion: Patricio Vega y Hernán Goldfrid (basado en la novela de Diego Paszkowski)

Reparto: Ricardo Darín, Alberto Ammann, Calú Rivero

Sinopsis

Roberto Bermúdez, especialista en derecho penal, ve alterada su vida cuando se convence de que Gonzalo, uno de sus mejores alumnos, ha sido el autor de un brutal asesinato justo frente a la Facultad de Derecho. Decidido a revelar la verdad sobre el crimen emprende una investigación personal que pronto se transformará en obsesión y lo arrastrará inevitablemente hacia sus zonas más oscuras. La verdad está cada vez más cerca, pero… ¿a qué precio?

Ricardo Darín todavía se sorprende de su oficio. Cuando estudiaba primaria tuvo un profesor autoritario llamado Vuletin al que “odiaba y amaba con la misma intensidad”. Un compañero de clase siempre llegaba tarde, cargado de libros en su mochila. Harto de su impuntualidad, Vuletin tomó medidas: “apenas entró, agarró la valija, abrió la ventana y la tiró al patio. Un loco. Era muy arrogante y hacía gala de su soberbia y su narcisismo”. Cuando el actor argentino visionó Tesis sobre un homicidio, en la que interpreta a un solitario, idealista y hosco profesor universitario reconoció a su viejo maestro. “Jamás lo pensé al hacerlo pero hay algo en el mecanismo del oficio, un archivo de carpetas anteriores, que en algún momento combina cromosomas y arrojan un muñeco que es medio inconsciente pero que forma parte de lo que tenemos adentro”, explica.

Clip de 'Tesis sobre un homicidio'

Tesis sobre un homicidio, participada por TVE, es la película argentina más vista en su país durante 2013. La coproducción hispano-argentina, de los mismos creadores de El secreto de sus ojos, y dirigida por Hernán Goldfrid, lideró la taquilla del país austral durante cuatro semanas. El thriller psicológico que Darín protagoniza junto a Alberto Ammann es un juego del ratón y el gato entre un profesor de derecho penal y un alumno con peligrosas teorías amorales. Un asesinato en el campus desencadena un duelo entre lo personajes que debaten entre lo justo y lo legal, así como entre lo legal y la verdad. “Es una historia de reflejos, de espejos, de personajes que se desdoblan”, explica Hernán Goldfrid. “Son personajes narcisistas y soberbios, que tienen mucha fe en su manera de pensar. Ese duelo individual básicamente lo que plantea es: en este mundo no hay lugar para los dos”.

Ese juego del alumno de ‘matar al padre’ intentando demostrar que sabe más que él regala al espectador la enésima lección del actor argentino que, tras protagonizar el año pasado Elefante Blanco, demuestra su sintonía con el público de su país. “No me quejo, pero tampoco son tantos los proyectos que me llegan”, aclara Darín. “Lo que ocurre es que me dejo llevar cuando tengo entre manos una historia que tiene carne, que merece la pena. Antes que nada soy lector y espectador, y sé cuando estoy ante algo malo”.

Argentina negra

En el siglo XXI el cine argentino se ha volcado en el género negro. Títulos como Nueve reinas, Plata quemada, El aura o La señal han traspasado fronteras con reconocimientos que culminaron en el Oscar a mejor película extranjera para El secreto de sus ojos. Darín, que lleva al bondadoso y al canalla en la misma mirada, ha sido la piedra angular de ese cine.

El actor reconoce que ser un espectador de policíacos “a full” le ha llevado a descubrir y reconsiderar las novelas negras (Tesis sobre un homicidio está basada en la novela homónima de Diego Paszowsky). “El cine negro me ha ofrecido la oportunidad de construir personajes que son los más jugosos, los que no tienen censura, los que te permiten decir y hacer cosas que los ciudadanos comunes no haríamos jamás”, describe Darín.

Roberto Bermúdez, su personaje, es un solitario empecinado en demostrar la culpabilidad de su alumno. “Tiene un comportamiento adolescente: es un tío que llama a las tres de la mañana a su exmujer y tiene que lidiar con que el teléfono lo coja su actual marido”, define Darín. “Tiene características no del todo confiable pero reconocemos que hay una voluntad férrea y le perdonamos algunas cuestiones menores porque su objetivo es el mismo del espectador: saber qué pasa. Lo acompañamos hasta donde podemos,  yo creo que la audiencia se siente tentada o seducida de abandonarlo en algún momento porque cree que algo no está funcionando de lo que ocurre”.

En la clásica línea de 'whodunit' Tesis sobre un homicidio dosifica la información que el espectador, y el personaje de Darín, conocen. “Como espectador me gusta cuando tengo la sensación que no se me dan las cosas predigeridas, que mi cabeza debe trabajar al compás de la narración, sentirme involucrado y subido a esa cinta transportado por la que van los personajes que nos cuentan la historia. No me gustan demasiado las trampas y que abusen del truco cinematográfico”, sostiene el actor.

Entre la verdad y la ley

Tesis sobre un homicidio es la segunda película de Hernán Goldfrid, tras la comedia Música en espera (2009), pero la primera en liberar su pasión por sus admirador autores de cine negro, entre los que cita a Alfred Hitchcock, Joseph H Lewis, Otto Preminger, Jean Pierre Melville, Jules Dassin, Henri-Georges Clouzot y el argentino Manuel Romero. “En Argentina  tenemos una tradición de literatura policial muy linda que me encanta releer: Bioy Casares, José Bianco, Marco Denevi, Cortázar, Borges. Lo que me gusta es nutrirme de cosas, ya tengan que ver con el género policial como con cualquier tipo de artes”, desgrana el director.

El dilema de la novela atrapó su interés. “Uno sabe que algo sucedió realmente pero si no tiene pruebas para demostrarlo no puede hacer nada. Esa sensación de vacío que a veces genera el sistema de justicia o la legalidad era uno de los temas más importantes”.

Goldfrid confiesa que ha sido “apasionante y espectacular” trabajar con su admirado Darín. “Es un actor que está en permanente ebullición creativa, haciendo preguntas, indagando mucho más allá de lo que tenemos”, recuerda Goldfrid. “Y con Alberto pasó algo muy parecido, él en seguida se entusiasmo en encontrar la ambigüedad de este personaje, que a veces es un lobo con piel de cordero y otras de cordero con piel de lobo”.

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