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El Vaticano, gran maestro de ceremonias

  • El ritual del cónclave está lleno de símbolos y sigue un estricto protocolo

  • El 'director' será el prefecto de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias

  • Un gran despliegue de medios mostrará todo... salvo lo que ocurre en la capilla

  • Un sector de la Iglesia católica critica esa "parafernalia" "desafasada" y "lujosa"

MARIO VALLEJO
5 min.

Una puesta en escena llena de simbolismos y ensayada durante siglos, en un escenario majestuoso, con protagonistas de excepción y un público apasionado: el Vaticano despliega estos días todo su arte en las ceremonias para la elección de un nuevo papa. Excesivo o bellísimo, fascinante en cualquier caso.

Porque, cuestión de fe al margen, ¿cómo no sentir curiosidad por el escudo elaborado al efecto y otros muchos símbolos que salen a relucir para la ocasión? El nuevo anillo del pescador y el anterior que se destroza a martillazos, los zapatos rojos, la fumata...

El ceremonial está recogido en protocolos que cambian muy poco. Prima la tradición. Por eso que nadie espere que la cuenta de Twitter del pontífice sea la que dé la noticia de acuerdo de los cardenales. El anuncio vendrá con el humo (más o menos) blanco que sale a través de la chimenea de la Capilla Sixtina tras quemar las papeletas de votación donde se producen los debates y votaciones.

Antes de este clímax, se vivió hace unos días“un momento inédito, que, sin embargo, parecía tener prevista su coreografía ceremonial, desde hace siglos”, según la crónica que hizo la corresponsal de TVE Marisa Rodríguez Palop sobre la salida de Benedicto XVI del Vaticano al hacerse efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero.

Benedicto XVI ya está en Castelgandolfo

Aquel acto estuvo “sincronizado extraordinariamente, como cada ceremonia de la Iglesia”, concuerda la experta en protocolo Luisa Torres Girotti en el medio argentino Letra P.

El cardenal Marini

En la preparación de esa jornada histórica seguramente tuvo un papel relevante el cardenal Guido Marini, que está al frente de una de las prefecturas (especie de ministerios) de la Iglesia católica expresamente dedicada a las ceremonias del papa.

Según medios especializados, ese Colegio de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias ha asumido una importancia creciente en las últimas décadas, donde las celebraciones presididas por el papa se han multiplicado y se difunden para todo el mundo a través de la televisión.

El criterio que se intenta seguir es el de la belleza

En una entrevista en 2011, Marini dijo que “el criterio que se intenta seguir es el de la belleza, porque la liturgia está llamada a expresar, también en el lenguaje humano de los signos, la belleza del misterio de dios que es amor”. Y alertó contra determinadas tendencias estéticas: “El minimalismo no es el lenguaje apropiado en el arte litúrgico. Como nos han enseñado también los santos, para el culto de dios hay que reservar lo mejor”.

'Misterio' positivo y 'misterio' negativo

Para el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, título oficial de este miembro de la curia que desempeñará además el papel de notario en el cónclave, los ritos y las oraciones tienen mucha importancia porque son “un vehículo bello y extraordinariamente rico para entrar en el misterio celebrado”.

Otros clérigos son mucho más críticos con esa “parafernalia”. Están de acuerdo en la importancia de las celebraciones y los símbolos, pero creen que deberían adaptarse a la cultura de la época y ser más abiertas. Porque en el cónclave, el papel de los fieles es totalmente pasivo. Solo podrán participar este martes en la misa previa, pero desde que se pronuncia el Extra omnes ("todos fuera") con el que se dará inicio en latín al encierro de los cardenales en la Capilla Sixtina, hasta el Habemus papam,  solo cabe esperar.

Hay mucho mito con todo lo que rodea al papa, a la curia

“Lo extraño es cómo ese teatro todavía atrae. Es que hay mucho mito con todo lo que rodea al papa, a la curia... como si fuese una cosa misteriosa. Pero es aburridísimo”, comenta a RTVE.es Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas.

Su compañero, Javier Baeza, cura de la parroquia roja de San Carlos Borromeo (Vallecas, Madrid), apunta que las ceremonias deberían hacerse "al servicio de la gente", y no al revés; aunque también apunta que tal y como se llevan a cabo en el Vaticano "hacen de canalizador del lujo del que no disfruta" la mayoría. Y ahondando en esa línea, Eubilio Rodríguez, cura obrero de la capital, añade: "Toda esa parafernalia tiene sentido en la sociedad capitalista: (el papa) es una figura que se manipula muy bien, que no crea conflicto, que crea adhesiones masivas. Si (los papas) tuvieran una postura más crítica, no estarían tanto en los medios de comuniación".

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El papel central de la TV

Estas ceremonias se desarrollarán gracias a un gran despliegue de profesionales, con miles de agentes de seguridad y de periodistas a la cabeza, para garantizar que todo ocurra en el orden previsto y, sobre todo, que sea visto en todo el mundo.

Porque, pese a que se espera la llegada de numerosos fieles, en la plaza de San Pedro y la avenida de la Conciliación que da acceso al mini-estado difícilmente caben más de 150.000 personas, ya que esos espacios con vistas al balcón del Vaticano solo suman alrededor de 45.000 metros cuadrados, a los que hay que restar pasillos y numerosos obstáculos.

Y entre ellos, los escenarios reservados para que las retransmisiones de los medios de comunicación. Para la renuncia de Benedicto XVI se acreditaron casi 4.000 periodistas. En el cónclave se esperan más. Solo la televisión del Vaticano ha dispuesto 26 cámaras para retransmitir lo que ocurre simplemente alrededor de la elección. Eso sí, lo que ocurra dentro de la Capilla Sixtina no lo sabrá nadie más que los cardenales.

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