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Condenado a 24 años de cárcel el británico que asesinó a su novia en Gran Canaria en 2010

  • Los hechos se produjeron en la madrugada del 6 al 7 de julio de 2010

  • El acusado también deberá pagar 200.000 euros a la familia de la víctima

  • El 016 es el teléfono de atención a las víctimas y no deja rastro

RTVE.es / AGENCIAS
3 min.

La sección primera de la Audiencia de Las Palmas ha condenado a 24 años de cárcel al británico que asesinó a su novia en la localidad de Mogán, en Gran Canaria, en julio de 2010.

El magistrado ha hecho pública la sentencia este miércoles después de que la semana pasada declarase culpable al procesado, Christopher Chittochk, de 38 años. Los hechos se produjeron en la madrugada del 6 al 7 de julio de 2010, cuando él y su novia, Sarah marie Shields, de 23 años, pasaban unos días de vacaciones en la isla canaria.

El magistrado ha impuesto una pena muy próxima al máximo legal de 25  años al acusado, quien también deberá pagar 200.000 euros a la familia  de la víctima por el daño moral causado, porque, "pese a haberla podido  matar directamente desde que llegó a la playa, acabando de forma más o  menos rápida con una situación de cierto y ostensible sufrimiento  derivado de la fractura nasal previa, decide propinarle, aún en vida  fuertes golpes en la cara con sus puños".

Hechos probados en el veredicto

La sentencia recuerda que el veredicto consideró probado que en la madrugada de los hechos, el procesado golpeó en la cara a su novia, en el apartamento donde se alojaban y que después la llevó aturdida a la playa, donde la siguió golpeando y luego la estranguló.

Después le despojó de su ropa y de cualquier objeto que pudiera ayudar a identificarla y arrojó su cuerpo al mar en una playa de rocas que no estaba iluminada con la intención de que nadie pudiera prestar ayuda a la víctima.

Tres días más tarde, el acusado quemó en un descampado cercano al apartamento la maleta de su novia con su ropa y enseres, si bien se quedó con su móvil y envió con él mensajes a la familia y amigos de la joven para fingir que aún seguía viva.

En estos mensajes, el acusado decía que Sarah Marie Shields había decidido quedarse a vivir en Gran Canaria con un ciudadano británico llamado Jason, a quien había conocido en el complejo durante las vacaciones.

El juez se refiere a la conducta del acusado

Tras ello, el proceso infligió "de nuevo un mal absolutamente innecesario" a su novia "para acabar con su vida", al golpear repetidamente su cabeza contra unas piedras, lo que le ocasionó graves heridas que incrementaron considerablemente su padecimiento, "a todas luces innecesario para acabar con su vida por estrangulamiento, ya que la situación de debilidad" de la joven "hacían imposible su defensa", un proceder equiparable "con el supuesto más reprobable de la alevosía".

El magistrado aprecia también una agravante de ensañamiento en el actuar "sumamente violento del acusado, innecesario en gran parte para lograr su propósito de acabar con la vida de su pareja y que causaron a ésta padecimientos innecesarios previos y coetáneos a su muerte de gran intensidad".

La sentencia destaca que, además de la "brutalidad con la que se proyectó el acusado tras el fallecimiento de Sarah, lejos de mostrar algún tipo de aflicción, actuó con la suficiente sangre fría como para meditar sus actuaciones posteriores, encaminadas a lograr la impunidad de sus actos", para lo que "le quitó las ropas y la arrojó al mar desnuda".

El magistrado afirma en su sentencia que "la conducta del acusado tras la comisión del crimen, y aún en la actualidad, a la vista de su actitud en el plenario", donde mostró una "absoluta ausencia de emotividad y ningún tipo de aflicción por la muerte de Sarah, implica un plus de reprochabilidad que justifica la imposición de una pena de 24 años de prisión".

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