En qué consiste la privatización
El Gobierno de Madrid pretende privatizar la atención sanitaria de seis hospitales que ya cuentan con un modelo de gestión mixta: Infanta Leonor (Vallecas), Infanta Sofía, Infanta Cristina, Hospital del Henares, Hospital del Sureste y Hospital del Tajo. En estos centros, todos los servicios están en manos de empresas privadas, excepto la atención médica. Si se implanta el modelo capitativo, esta también será privatizada aunque la titularidad del hospital seguirá siendo pública.
En la Comunidad de Madrid ya existen tres hospitales que funcionan así desde su construcción: el de Torrejón de Ardoz, el de Valdemoro y el Rey Juan Carlos I. Todos ellos son hospitales de nivel 2 que no realizan intervenciones complejas.
Una vez privatizado un centro, el personal sanitario tiene la opción de coger una excedencia para trabajar para la empresa privada o pedir traslado a otro con gestión pública. Los pacientes serán atendidos igual que hasta ahora.
El Gobierno de Madrid consiguió sacar adelante el pasado jueves en el Parlamento regional la ley que permitirá privatizar la gestión sanitaria de seis hospitales y 27 centros de salud, el 10% de los que existen en la Comunidad. Unos planes que han mantenido a los profesionales en huelga durante cinco semanas y han provocado la dimisión de equipos directivos de Atención Primaria y la de los médicos asesores de los hospitales.
El presidente madrileño, Ignacio González, anunció hace dos meses el plan para ahorrar 533 millones de euros que incluía la externalización de estos centros sanitarios junto al polémico euro por receta. Se justificó la decisión asegurando que "el modelo de concesión es más eficiente, da buenos resultados clínicos y alta satisfacción a los pacientes" pero sin aportar ningún informe técnico que avale esta afirmación.
Los economistas consultados de RTVE.es coinciden en subrayar que en España no existen estudios científicos que permitan concluir qué modelo es mejor porque no existe transparencia de datos, ni en la gestión privada ni en la gestión pública; y alertan de que el modelo que quiere implantar Madrid ya fracasó en Valencia con un alto coste para la administración.
"No hay una sola evaluación científica independiente sobre las fortalezas y debilidades" de los modelos en los que las gestión sanitaria está en manos privadas, según explica Juan Oliva, presidente de la Asociación de Economía de la Salud.
“No hay una sola evaluación científica independiente sobre las fortalezas y debilidades“
Las investigaciones que hay en otros países, como Reino Unido, no arrojan tampoco conclusiones definitivas. Oliva subraya que los resultados dependen de las condiciones del contrato de concesión y sobre todo del control y supervisión de la calidad que la administración debe hacer después que debe ser "exquisito", según este experto.
La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) publicó una nota con su posición ante la polémica generada en la Comunidad de Madrid para señalar que "las estrategias de gestión sanitaria privada (...) contrariamente a lo que publicitan sus defensores, no han demostrado en la práctica ventajas que aconsejen su adopción". "El camino equivocado es prejuzgar que las concesiones administrativas a empresas privadas, sin más, garantizan una gestión más eficiente. Esto aún está por demostrar en España".
El problema en España: no existe transparencia de datos
Jaume Puig-Junoy, profesor titular del Departamento de Economía y Empresa de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y autor del libro ¿Quién teme al copago?, señala que las cifras aportadas por la Comunidad de Madrid "no pasan de un brindis al sol".
Este experto asegura que "en España hay pocos datos comparativos y los que hay se están utilizando de forma interesada y ajena a la buena lógica del bienestar social", pero incide también en que hay que mejorar la gestión pública porque tampoco es transparente.
"El tipo de gestión pública actual es poco defendible de forma generalizada y requiere cambios estructurales para mejorar tanto los resultados económicos como los clínicos. Pero esto no es suficiente argumento para hacer buena cualquier gestión privada ni permite esperar ahorros importantes de la misma", responde Puig-Junoy por escrito a RTVE.es.
“La gestión pública actual es poco defendible pero no es suficiente para hacer buena cualquier gestión privada“
El profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid Manuel García Goñi cree que el conflicto que se está produciendo en la Comunidad de Madrid "está equivocado porque se trata de que la gestión sea buena sea pública o privada", pero resalta como el resto de expertos consultados que no hay datos para hacer un diagnóstico adecuado.
"No hay forma de saber qué está pasando si las cifras se hurtan al público de forma sistemática (tanto para los hospitales gestionados por empresas privadas como para los hospitales tradicionales de gestión directa)", subraya también Rosa Urbanos, profesora de Economía Aplicada de la Complutense.
Los datos hospitalarios ofrecidos no sirven
La Consejería de Sanidad asegura que solo con la privatización de la gestión de estos seis hospitales conseguirá un ahorro de 200 millones de euros. El Gobierno de Madrid asegura que una hospitalización en un centro de gestión mixta (aquellos en los que todo es de gestión privada menos la atención sanitaria que sigue siendo pública) cuesta 600 euros frente a los 441 euros de un hospital de modelo capitativo (aquellos en los que la atención médica está también en menos de una empresa privada aunque el hospital sigue atendiendo a los pacientes como si se tratara de uno público).
Los expertos en Economía de la Salud consultados por RTVE.es resaltan que las únicas cifras que da la Comunidad de Madrid no valen porque se refieren a gasto por cada paciente hospitalizado, cuando el indicador adecuado para comparar este indicador es el coste per cápita teniendo en cuanta toda la población que cubre el hospital.
"Comparar costes por un ingreso en un paciente promedio es bastante mal modo de comparar" en opinión de Salvardor Peiró, del Centro Superior de Investigación en Salud Pública, un organismo que depende del Gobierno valenciano.
“Cuantos más ingresos tenga un hospital más se reparten los gastos fijos pero más sube el total“
Peiró asegura que cuando más pacientes tenga un hospital "más se reparten los gastos fijos" por ingreso pero a la vez el gasto total del centro aumenta. "No tiene interés el coste por ingreso; lo que tiene que ver es el coste por habitante". Según este experto los gastos por ingreso "son prácticamente equivalentes" en los hospitales de gestión privada y pública.
El presidente de la Asociación de Economía de la Salud, Juan Oliva, insiste en que no sirve el "dato crudo" por hospitalización porque se deben tener en cuenta la distribución de la población por edades y por riesgos. No es lo mismo una población envejecida, que una joven de una zona nueva.
Por este motivo, "un menor coste en un ingreso hospitalario no es para nada sinónimo de un menor coste per cápita de toda la atención sanitaria", incide también Puig-Junoy.
Una "burbuja hospitalaria" insostenible
Este experto de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona incide en el fondo del problema: "Detrás de esto lo que hay es una burbuja hospitalaria en Madrid y en otras comunidades frenada en seco con la caída de ingresos públicos en 2008" por la crisis económica.
Lo primero que hay que plantearse, en opinión de Jaume Puig-Junoy, es "si la forma más eficiente de atender la salud de la población es esa profusión de hospitales medianos, con duplicación de algunas infraestructuras y servicios centrales, y con una eficacia poco elevada en intervenciones complejas y menos frecuentes".
“Es financieramente inviable y una temeridad multiplicar la oferta de hospitales de forma discrecional“
Rosa Urbanos, de la Complutense, incide en la misma idea: "Aunque hasta el momento haya sido electoralmente rentable la construcción de infraestructuras sanitarias hay que explicarles a los ciudadanos algo que los responsables políticos deberían saber: que es financieramente inviable, y una temeridad desde el punto de vista de la seguridad y de la calidad de la asistencia prestada, multiplicar la oferta de forma discrecional".
Un modelo fracasado en Valencia
Salvador Peiró alerta de que el modelo que propone Madrid, privatizar la gestión sanitaria de los hospitales pero sin la atención Primaria del área sanitaria a la que dan cobertura, ya fracasó "estrepitosamente" en Valencia con el modelo de Alzira 1. "Duró tres años y se fue al traste", explica este experto. La Comunidad Valencia tuvo que indemnizar a la empresa y volver a sacar la concesión con los centros de salud incluidos. El concurso volvieron a ganarlo los mismos gestores privados.
Este investigador insiste en que en las concesiones las administraciones tienen que transferir riesgos a la empresa privada de forma que si lo hace mal sepa que las pérdidas las tiene que asumir ella.
"Lo de Madrid no se entiende. Ni lo que están haciendo, por qué y cómo lo están haciendo", insiste este experto.
Cómo ahorrar sin privatizar
Los expertos consultados por RTVE.es han planteado una serie de medidas para ahorrar en gasto sanitario sin afectar a la calidad de la asistencia. Juan Oliva, presidente de la Asociación de Economía de la Salud cree que hay que volver a invertir en políticas de prevención en el ámbito no sanitario y actuar sobre las bolsas de ineficiencia. Se necesita un "profundo cambio cultural" para rendir cuentas a los ciudadanos con datos transparentes.
Salvador Peiró, investigador del Centro Superior de Investigación en Salud Pública, cree que lo primero que debe hacerse "es quitar lo que no aporta valor". En este sentido apunta que hay "chequeos absurdos" o "medicación que no aporta nada sobre todo en prevención". En EE.UU. existe un listado de procedimientos elaborados por los profesionales de cada especialidad que podrían suprimirse sin afectar a la calidad. Lo segundo es "mejorar la gestión" y lo último "elegir lo que tiene más valor". Peiró creo que debería gestionarse las listas de espera no por orden de llegada, sino de quién necesita más la intervención.
Manuel García Goñi, de la Complutense, cree que hay margen para el ahorro y que hay varias experiencias piloto en España para reducir costes sin necesidad de afectar a la atención. Lo importante, incide una ve más, es tener información.
Jaume Puig-Junoy, de la Pompeu-Fabra, señala que "el esfuerzo de reducción de gasto que se está exigiendo a la sanidad pública es a todas luces excesivo". Hay margen de mejora pero "el gasto global debe reducirse lo menos posible". Lo primero es la "priorización transparente y basada en criterios científicos de las listas de espera y del uso de quirófanos de los hospitales". Segundo, "la desinversión" de servicios y pruebas diagnósticas "de nula o muy reducida eficacia". Y tercero, "una revisión de la financiación de medicamentos y tecnologías médicas basada en el coste-efectividad".