Una ola de crímenes se ceba con los vacunadores contra la polio en Pakistán. Tres nuevos asesinatos han elevado a ocho el número de trabajadores asesinados en Pakistán en las últimas 48 horas- en lo que parecen ser ataques de la insurgencia talibán- y la ONU ha decido suspender las vacunaciones.
A las muertes de cinco mujeres -una de ellas de 14 años- este martes, se han sumado esta mañana las de dos miembros de los equipos sanitarios y un conductor en las ciudades de Pesháwar y Charsada, en la provincia septentrional de Khyber Pakhtunkwa (KPK). Al igual que en los otros asaltos, unos hombres enmascarados que circulaban en motocicleta han ametrallado un vehículo de la organización, causando la muerte de una mujer y del conductor, para luego darse a la fuga.
En un suburbio de la capital regional, un hombre (un estudiante voluntario, según la BBC) ha sucumbido a sus graves heridas tras ser tiroteado. En Nowshera, otras cuatro mujeres han sido tiroteadas pero sin sufrir heridas, ha explicado a Reuters Jan Baz Afridi, vicejefe del Programa Extendido de Inmunización.
A pesar de que la ola de crímenes llevó este martes al Gobierno federal a ordenar la suspensión de la campaña, el Gobierno regional de KPK desoyó la instrucción y decidió continuar este miércoles con la vacunación de tres días a pesar de las amenazas contra la seguridad.
"Hemos seguido porque lo más importante es acabar con la polio", ha explicado a Efe un responsable del Ministerio regional de Salud, Alí Sha, mientras que un responsable policial de Pesháwar ha afirmado que "se está dando protección a los equipos de vacunación".
La insurgencia talibán, bajo sospecha
Tras las nuevas muertes, las dos agencias internacionales que apoyan a las autoridades locales en la lucha contra la polio, Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han decretado la suspensión de actividad de sus equipos en relación con esta campaña.
"La ejecución de la campaña depende de la Administración local, nosotros somos solo organismos asesores, pero hemos indicado a nuestro personal que detenga las actividades", ha señalado un portavoz de Unicef en Pakistán, Michael Coleman.
Aunque no ha habido ninguna reivindicación formal de la ola de atentados, las sospechas apuntan a la insurgencia talibán (agrupada en Pakistán bajo las siglas TTP) ya que grupos afines a ella en las áreas tribales amenazaron en verano con atacar a los vacunadores.
Lo que en principio fue un boicot de algunos grupos tribales locales para reivindicar mejoras económicas ante la administración local se convirtió rápidamente en una campaña contra la vacunación con argumentos que hicieron fortuna entre los locales.
La pista de Bin Laden
Una de los primeras justificaciones que dieron los talibanes a las amenazas contra los vacunadores es que estos eran espías de EE.UU., como lo era un médico paquistaní que participó en las labores de localización de Osama bin Laden el año pasado.
El doctor Shakil Afridi, condenado a 33 años de prisión, ayudó a montar una falsa campaña de vacunación infantil contra la hepatitis en la zona donde se creía que estaba Bin Laden para obtener muestras de ADN de la sangre de los vacunados. Sin embargo, la vacuna contra la hepatitis es inyectada mientras que la de la polio se administra en forma de gotas.
Un argumento más reciente de los talibanes es que la campaña de vacunación contra la polio es parte de un complot de Occidente para esterilizar a los musulmanes.
A pesar de que toda esa propaganda se había traducido en amenazas directas e incluso en el asesinato el pasado julio de un miembro de los equipos de vacunación en Karachi, hasta esta semana no había habido una ola coordinada de ataques.
Sin embargo, un portavoz de los talibanes paquistaníes, Ihsanullah Ihsan, ha asegurado a Reuters que este grupo no tiene nada que ver.
Los atentados de las últimas 48 horas se han producido en la provincia de KPK, de mayoría pastún, y en la ciudad meridional de Karachi, con una nutrida presencia de habitantes de esta etnia y creciente foco de actividad del TTP.
La polio, una enfermedad endémica en Pakistán
La poliomielitis es una enfermedad vírica contagiosa que puede afectar el sistema nervioso central y producir parálisis; se trata de una dolencia que no tiene cura pero cuya prevención mediante una vacuna oral es fácil.
Pakistán es el único país junto a Afganistán y Nigeria en la que la polio es aún endémica y las autoridades locales realizan junto a agencias internacionales un importante esfuerzo para inmunizar a todos los niños menores de cinco años del país. Y ese esfuerzo ha funcionado. Desde 1994, Pakistán ha logrado reducir el número de casos de poliomelitis de 20.000 a 56 en 2012, según el gobierno de Islamabad.
Las cifras oficiales indican que el año pasado se registraron en Pakistán 198 casos, mientras que en 2012 ya se han contabilizado 56.
El organismo oficial que coordina la lucha contra esta enfermedad ha indicado que cada año se realizan cuatro campaña nacionales de varios días de duración en las que reciben la vacuna unos 34 millones de niños.