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Los líderes europeos se reúnen con el difícil objetivo de cerrar el presupuesto 2014-2020

  • El enfrentamiento no es solo entre países sino entre instituciones comunitarias

  • Reino Unido se sitúa en un extremo frente a los que piden mantener el nivel

  • España se centrará en que sigan las ayudas a algunas comunidades

MARIO VALLEJO
6 min.

Los líderes de los Veintisiete se reunirán desde este jueves para intentar acordar el presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020, una negociación que se presenta muy complicada porque al tradicional enfrentamiento entre países más y menos ricos se suma el debate sobre la  crisis financiera, que se refleja en la disputa entre instituciones europeas.

Lo que parece claro es que la puja es a la baja: frente a la petición de la Comisión o el Parlamento de mantener el presupuesto, algo que también querría España, los estados que más aportan reclaman una importante reducción de su aportación.

Con ese panorama, las discusiones sobre las cuentas en sí mismas, sobre las partidas, quedan relegadas tras los cálculos sobre el saldo que le quedará a cada país; y ello mientras los gobiernos están más preocupados por la situación de la eurozona y las políticas que se imponen desde estas mismas instancias comunitarias.

El proyecto de presupuesto llega a la reunión de jefes de Estado y de Gobierno tras dos años de negociación en las instituciones comunitarias, cuyas posturas seguían muy enfrentadas la víspera del encuentro .

Capacidad de veto

Así, el acuerdo parece improbable ya que por una parte en el Consejo Europeo (la cumbre de líderes) se requiere de unanimidad y por otra, la Eurocámara tiene capacidad de veto. Ahí, todos salvo los euroescépticos, han pedido que no se apliquen recortes a las cuentas europeas para el próximo periodo, alineándose junto a la Comisión.

Mientras, el presidente del Consejo, el belga Herman Van Rompuy, defiende reducir en 80.000 millones de euros la propuesta del Ejecutivo comunitario (sobre un total de aproximadamente un billón de euros en los siete años) para acercar posturas con los países que exigen disminuir su contribución hasta un 25%, según fuentes comunitarias.

En ese extremo se sitúa Reino Unido, que además defenderá la pervivencia del cheque británico, una salvaguarda heredada desde los años ochenta para disminuir su aportación a Bruselas. Y junto a él, un grupo de países contribuyentes netos (los que dan más que reciben), liderados por Alemania, y otros con salvaguardas, como Holanda, Suecia o Austria.

En el otro lado, países como España piden que se mantengan las ayudas, fundamentalmente a través de la controvertida Política Agraria Común (PAC), punto en el que tiene como aliado a Francia; y que los fondos de cohesión para algunas comunidades que han superado los umbrales por los que tenían derecho hasta ahora a esas partidas de solidaridad, en especial Andalucía, Galicia y Castilla-La Mancha.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, viaja hoy a Bruselas para participar en la Cumbre extra-ordinaria de la UE donde se debatirá el presupuesto para el periodo de 2014 a 2020.... Rajoy está en contra de la propuesta planteada por el presidente del Consejo Van Rompuy, quien también se ha encontrado con la oposición del parlamento europeo.

No obstante, la última propuesta de Van Rompuy en nombre de los Veintisiete ya contempla importantes recortes para España, que aunque considera inasumible ese borrador, evita hablar de veto antes de la cumbre. En concreto, según Europa Press, para esas comunidades la propuesta contempla una reducción de las ayudas al 57% de su nivel actual.

Los datos para los cálculos

En global, España ha empeorado su posición respecto al anterior presupuesto y buscará que se tengan en cuenta las cifras más actuales posibles para que se refleje su situación, o al menos que haya una cláusula de revisión si se realizan sobre una base no tan reciente.

En medio, otras posiciones son más complejas, como Italia, contribuyente neto, que con esa lógica de la calculadora pide una reducción de su aportación, pero se alinea paradójicamente con los gobiernos que ponen estrictas condiciones a Roma y los países con problemas de financiación.

Y todo ello cuando esas políticas de austeridad están generado un creciente rechazo en la población europea, como ha demostrado la reciente jornada de protestas y huelgas del 14N a escala continental, más seguida en los países en crisis del sur donde, bajo la tutela comunitaria, se está registrando un empobrecimiento de la mayoría de la población.

Poco receptivos a estas protestas, los líderes se prevé que lleguen a Bruselas durante el día y se vayan reuniendo por separado con Van Rompuy; y ya por la noche de forma conjunta con el presidente de la Eurocámara antes de empezar la negociación formal, que seguirá el viernes. Aunque no se descarta que se prolongue al fin de semana.

Expertos comunitarios dan por hecho que el acuerdo es imposible en esta primera cita y algunos llegan a interpretarla como una escenificación que permite a todos los líderes salvar la imagen ante sus respectivos electorados. En todo caso, como hasta ahora se ha cumplido el calendario previsto, aún hay margen para el acuerdo.

No obstante, desde la oficina de Van Rompuy dicen que el hecho de que todo el mundo esté descontento es indicio de que el acuerdo no está tan lejano, y señalan que la diferencia económica entre unos y otros no es tan grande.

2012, 2013 y otros temas sin cerrar

Lo que urge más, y aún sigue sin cerrar, es la solución al desfase del presupuesto de 2012 y la concreción del de 2013, con partidas en el aire como las becas Erasmus. Para 2012, el presupuesto era de 147.300 millones de euros, casi la misma cantidad que se prevé para cada año del próximo periodo, según el plan de la Comisión.

Y entre 2014 y 2020, el presupuesto global ascendería a 1,033 billones de euros, es decir, aproximadamente el 1,08% de la riqueza europea (o productor interior bruto); muy por debajo del límite del 1,23% que contemplaba el anterior plan plurianual (aunque en realidad el gasto aprobado cada año ha sido menor), y por supuesto, muy lejos de las ambiciones de los partidarios de una Europa más fuerte.

Como referencia, el presupuesto del Gobierno español asciende a casi el 13% de su PIB.

Por otra parte, en la cumbre también se abordará el nombramiento del luxemburgués Yves Mersch como miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) y que ha sido bloqueado por España. Madrid pretendía que Antonio Sáinz de Vicuña accediera a ese puesto tras la salida de José Manuel González Páramo, pero el resto de países aprobaron el nombramiento de Mersch, por lo que la cuestión debe dirimirse en la reunión de líderes.

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