El Banco Central Europeo (BCE) necesitará un plazo de un año para adaptar sus estructuras y ser capaz de asumir la tarea de supervisar los bancos de la zona del euro, según ha asegurado este martes su presidente, Mario Draghi, en una comparecencia ante el Parlamento Europeo. Esa supervisión única del BCE sobre la banca europea es el requisito imprescindible impuesto por Alemania y otros socios de la eurozona para que pudiera realizarse una inyección directa de fondos europeos en bancos con problemas de recapitalización, una fórmula que podría beneficiar a España porque permitiría que el rescate bancario no contabilizara como deuda pública.
Draghi ha restado importancia a ese retraso porque, ha dicho, "lo importante es que el reglamento del Consejo entre en vigor en enero de 2013", en referencia al texto que los Estados miembros deben acordar para poner en marcha la llamada "unión bancaria".
Aclarar "cuanto antes" si España podría acogerse a la recapitalización directa
La necesidad de la existencia de un supervisor bancario único fue reiterada este lunes por el director del nuevo fondo europeo de rescate permanente (MEDE), Klaus Regling, después de la primera reunión del consejo de gobierno del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que tendrá una capacidad de intervención de 500.000 millones de euros.
El debate sobre si España podría acogerse a esa recapitalización directa una vez que entre en vigor la supervisión directa del BCE sobre la banca se ha reabierto recientemente a iniciativa de Alemania, Holanda y Finlandia, que quieren dejar fuera los "activos heredados" de la ayuda a la banca, lo que significaría que ese préstamo repercutiría en el déficit y la deuda pública de España.
Draghi ha pedido este martes que se aclare cuanto antes ese punto.
Respecto a la propuesta presentada el pasado 12 de septiembre por la Comisión Europea (CE) para instaurar un supervisor único para los bancos de la zona -un papel que según ese plan asumirá el BCE-, Draghi ha expresado su apoyo a la iniciativa.
Además, ha asegurado que la necesaria separación entre la política monetaria y la de supervisión no tiene por qué ser un problema.
El banquero italiano ha recordado que hay bancos centrales que han asumido esas tareas en varios países y ha confiado en que se pueda acordar un modelo satisfactorio a escala comunitaria.
Según el plan de la CE, la nueva supervisión entrará en vigor por fases desde el 1 de enero de 2013: en una primera etapa, controlará los bancos que hayan recibido o pedido ayudas públicas, mientras que a partir del 1 de julio lo serán los que pueden ocasionar una situación de riesgo sistémico y, comenzando el uno de enero de 2014, el resto de las 6.000 entidades de la zona del euro.