El Gobierno luso ha propuesto elevar los impuestos a las rentas del trabajo y el capital para compensar su decisión de dar marcha atrás y no subir las contribuciones a la Seguridad Social, que afectaba a todos los trabajadores por igual.
Así lo ha anunciado el primer ministro portugués, el líder conservador Pedro Passos Coelho, quien ha defendido la necesidad de adoptar nuevas medidas para mejorar la cuenta de ingresos públicos y reducir su déficit hasta los niveles comprometidos con las entidades prestatarias de su rescate.
En declaraciones a los periodistas, Passos Coelho confirma que el Ejecutivo busca "alternativas" a su propuesta inicial tras ser rechazada por la oposición, sindicatos, grupos civiles e incluso la patronal.
El Gobierno pretendía subir del 11 al 18% la contribución que paga cada trabajador de su salario a la Seguridad Social y bajar al mismo tiempo del 23,75 al 18% la que abonan las empresas por cada uno de sus empleados con el objetivo de favorecer el empleo.
Protesta multitudinaria
Después de dos semanas sometido a una fuerte presión -incluida la celebración de una protesta multitudinarias en 40 ciudades de todo el país- y dada la falta de apoyos, el Ejecutivo aceptó estudiar otras opciones.
Tras reunirse con empresarios y sindicatos, el primer ministro anunció que su propuesta se basa ahora en incrementar los impuestos sobre las rentas de los trabajadores, así como aplicar tasas más duras sobre el capital y el patrimonio.
Portugal necesita adoptar nuevas medidas de ajuste debido a la decisión del Tribunal Constitucional de considerar ilegal la supresión de entre una y dos pagas extra a los funcionarios y pensionistas, vigente durante este año y que no podrá ser aplicada -como era la idea original del Gobierno- en 2013.
El país necesita contrarrestar esta pérdida de ingresos públicos para cumplir con sus objetivos de reducción del déficit pactados con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, y que para 2013 se sitúan en el 4,5% del PIB.
Sin acuerdo sobre los cambios impositivos
"La propuesta tiene que ser aceptada también por nuestros acreedores internacionales. Portugal se encuentra en una situación en la que ya no tiene autonomía financiera, por lo que es indispensable que estas medidas sean bien acogidas por la troika", ha recordado el primer ministro luso durante su intervención.
Preguntado por la posibilidad de que impuestos directos como el IVA vuelvan a subir, Passos Coelho se limitó a asegurar que en estos momentos la cuestión no está encima de la mesa. El líder del gobernante Partido Social Demócrata (PSD) ha incidido en que todavía están pendientes resolver "los problemas de competitividad y empleo" que se pretendían subsanar con los cambios en las contribuciones a la Seguridad Social.
“Portugal se encuentra en una situación en la que ya no tiene autonomía financiera“
Una de las opciones que se está analizando es bajar estas contribuciones pero solo a las empresas que destinen el ahorro a inversión o generación de empleo. "No existe un consenso -con los agentes sociales- sobre cómo compensarlo", ha reconocido Passos Coelho, quien ha recalcado que el programa de ajustes suscrito con la troika incluye "reformas estructurales que persiguen reducir los costes laborales" en Portugal, aunque este tipo de medidas "demoran algún tiempo en tener efecto".
Las nuevas propuestas del Gobierno luso han sido acogidas con recelo por el mayor sindicato del país, la CGTP (de orientación comunista) así como por el principal partido de la oposición, el Socialista, que desaprueban cualquier nuevo incremento de impuestos a los trabajadores, aunque sea de forma indirecta.