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James Holmes, un joven aparentemente normal que planeó cada paso del tiroteo

  • Compró las armas y las municiones dos meses antes en internet

  • Apenas se dejaba conocer, era callado y un 'fantasma en la red'

AFP
3 min.

James Holmes, el presunto autor del tiroteo en un cine cercano a Denver (Colorado), es un estudiante de doctorado de 24 años. Está considerado un buen estudiante y no tiene antecedentes. Tan solo una multa por exceso de velocidad.

Nació en San Diego y asistía a la Universidad de Colorado (oeste de EE.UU.), donde se matriculó en Neurociencia en junio de 2011. En una foto enviada por su universidad, el joven, de cara redonda y pelo negro, aparece ligeramente despeinado y muestra una sonrisa de satisfacción.

También en las imágenes de su escuela en San Diego, Westview, de donde salió en 2006, aparece sonriente en las fotos.

"Parecía un buen chico", opina Melvin Evans, de 33 años, conserje de un edificio cercano al suyo. "Yo voy a un karaoke los domingos y lo veía de vez en cuando. Incluso hablamos de la lluvia o el buen tiempo."

Según el FBI, es un hombre blanco de 1,90 metros, nacido el 13 de diciembre 1987, sin referencia de antecedentes penales ni vínculos con el terrorismo. Su único delito cometido y experimentado hasta el momento: una multa de tráfico en octubre de 2011.

El fantasma de la red

Pero detrás de una aparente vida cotidiana y sin incidentes, el joven parece solitario y retirado. "Nadie lo conocía. ¡Nadie!", señala Ben, un estudiante de química que vive en su mismo edificio, un inmueble reservado para los estudiantes, profesores y personal de la Facultad de Medicina.

James Holmes nunca decía "hola" y fingía no ver a nadie cuando se cruzaba con gente por el pasillo, añade Ben.

Ben asegura que el día de la tragedia, en la que murieron 12 personas y más de 50 resultaron heridas, llamó a la policía poco después de medianoche -casi una hora después de producirse los hechos-, para informar de que había música a todo volumen proveniente del apartamento de Holmes. Ben no reconoció la canción, que sonó en bucle durante toda la noche. Era una forma del presunto asesino de atraer a la policía hasta su casa, donde preparó una bomba trampa.

"Él siempre llevaba pantalones y una gorra de camuflaje", recuerda Gabriel Macías, empleado de una fábrica cercana. "No lo conozco bien, porque él nunca hablaba con nadie".

Mashable.com, un sitio dedicado a las redes sociales, le describe como alguien fantasma en la red, sin aparente presencia en Facebook o Twitter. Por encima de todo, tenía preparado su crimen metódicamente, y en los dos últimos meses adquirió a través de internet 6.000 balas y cartuchos, según informa la policía de Aurora. Todas las armas y municiones fueron adquiridas legalmente en armerías locales.

En un comunicado, la familia Holmes asegura que trata de asimilar los hecho y que están cooperando con los investigadores.

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