El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido relajar aún más los requisitos de los activos que acepta como garantía para que las entidades europeas puedan obtener liquidez en las operaciones del instituto emisor, con el objetivo de fomentar el crédito a la economía real. La medida parece especialmente pensada para favorecer a las entidades españolas.
La decisión, tomada el 20 de junio, se ha comunicado este viernes, un día después de que se hicieran públicas precisamente las auditorías externas a la banca española, lastrada por sus malas inversiones inmobiliarias, y en una jornada de intensas negociaciones políticas sobre la crisis financiera. Poco después de hacerse pública, la Bolsa ha experimentado un fuerte repunte.
En concreto, el BCE ha reducido la calificación mínima exigida a las garantías que presentan los bancos privados para pedir préstamos, con lo que amplía el alcance de las medidas aprobadas el pasado 8 de diciembre.
Esta decisión favorecerá a la banca española, que tiene en sus balances una ingente cantidad de hipotecas, muchas con dificultades de cobro, que ahora podrán usar también para pedir dinero a la institución al muy ventajoso tipo de interés del 1%.
Con más detalle, el BCE va a aceptar como garantía en sus operaciones de refinanciación para la banca los bonos de titulización de créditos de consumo e hipotecas de propiedades comerciales que tengan una calificación de al menos A, es decir, buena; y en este caso se les aplicará un recorte del valor del 16% como contrapartida, informa Efe.
El exceso en la emisión y negociación sin mucho control de estos bonos de titulización o paquetes de deuda, especialmente en el sector inmobiliario, estuvo en el origen de la actual crisis financiera mundial.
Además, el BCE va a aceptar como garantía bonos de titulización de hipotecas de vivienda y otros al consumo incluso con calificación triple B, es decir, todos menos los considerados como basura, aunque en este caso tendrán un coeficiente de reducción de entre el 26 y el 32%.