La economía española cayó el 0,4% en el primer trimestre de 2012 respecto a los últimos tres meses de 2011, de acuerdo con la estimación del Banco de España que se conoce antes de que el próximo lunes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publique el dato definitivo correspondiente al PIB trimestral.
Según la información disponible, todavía incompleta, se estima que el PIB se contrajo en una "magnitud levemente superior a la del cuarto trimestre del pasado año", con una tasa de variación intertrimestral de cuatro décimas. En su boletín económico de marzo, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ya constató que el país está en recesión técnica.
En comparación con el primer trimestre de 2011, el PIB cayó el 0,5% tras siete trimestres de subidas interanuales.
El empleo siguió bajando, aunque de forma "ligeramente menos acusada" que en el cuarto trimestre de 2011, con un descenso interanual cercano al 4%.
El supervisor apunta que "durante el primer trimestre de 2012, la economía española prolongó la pauta de descenso de la actividad que se inició en los meses finales del año pasado, en un entorno de elevada tensión financiera".
La demanda nacional volvió a caer un 0,9%, "como viene ocurriendo en los últimos cuatro años, aunque el descenso fue algo más atenuado" que en el período de octubre-diciembre, mientras que la aportación de la demanda exterior neta fue de nuevo positiva (0,6 puntos), pero también inferior a la del trimestre precedente.
Una tasa de paro del 24%
La tasa de paro se situó en torno al 24% en el primer trimestre del año, según el Banco de España que maneja los datos del Servicio Público de Empleo, que indican un aumento de 290.000 parados en el primer trimestre.
Ese nivel de desempleo se habría alcanzado pese al "ligero retroceso" que se espera en la tasa de actividad como consecuencia de las salidas de inmigrantes y del comportamiento del colectivo masculino.
Respecto a la caída de la contratación registrada en el primer trimestre, el Banco de España cree que aún es demasiado prematuro asociar esta evolución a los efectos de la reforma laboral porque aún no se dispone de la información desagregada que permita valorar la utilización del nuevo contrato indefinido para pymes. Asimismo, considera "elevadas" las subidas salariales hasta marzo dadas las condiciones de la economía.
En este ámbito de los costes laborales, prevé una moderada ralentización de la remuneración por asalariado por una "cierta contención" de los salarios, que se situaron en el 2,2% hasta marzo. En dicho periodo, los salarios todavía estaban influidos por el retraso acumulado en la negociación colectiva y la elevada presencia de acuerdos plurianuales firmados en ejercicios anteriores.
Pese a que estas subidas son aún elevadas, espera que se moderen los salarios para lo que resta de ejercicio, una vez que la reforma laboral comience a desplegar sus efectos a través de la prevalencia de los convenios de empresa. También contribuirán a esa moderación las posibilidades de "descuelgue" respecto a las condiciones establecidas en los convenios colectivos o mediante la modificación de dichas condiciones.
Para el Banco de España las reformas instrumentadas en los últimos meses, en particular, la del mercado de trabajo, resultan fundamentales para situar a la economía española en una senda de creación de empleo y de mejoras en la competitividad, aunque sus efectos no sean inmediatos.
El sector exterior mantiene su contribución positiva
De momento, la confianza de los agentes económicos sigue siendo muy débil, como demuestra el consumo de los hogares, que cayó el 0,4%, lo que la entidad achaca al deterioro del mercado de trabajo, la caída de la riqueza de las familias y la entrada en vigor de la subida del IRPF.
Los mismos factores fueron responsables de que la inversión en vivienda continuara bajando en los primeros meses del año. También el gasto de las administraciones públicas siguió cayendo durante los tres primeros meses, tanto en inversión como en consumo, por el efecto del ajuste fiscal para reducir el déficit.
La inversión empresarial, que se contrajo el 3,5%, se vio afectada por el deterioro económico y el recrudecimiento de las tensiones financieras. La contribución negativa del consumo y la inversión provocó que la demanda interna cayera el 0,9% en términos trimestrales.
Por su parte, el sector exterior mantuvo su contribución positiva al PIB, aunque fue algo menor a la del trimestre precedente, ya que pasó de 0,9 a 0,6 puntos porcentuales, lo que se debe a un "ligero retroceso" de las exportaciones.
Según el Banco de España, las ventas al exterior crecieron a un ritmo del 3%, la mitad del observado a finales de 2011, lo que se enmarca en un contexto de desaceleración de los mercados mundiales y a pesar de la ganancia de competitividad en precio de los productos españoles.
La exportación de servicios turísticos también se moderó por el deterioro de las expectativas de crecimiento en los principales países emisores de turistas. La debilidad de la demanda interna se ha reflejado asimismo en las importaciones, que descendieron a una tasa cercana al 7,5% trimestral, con la única excepción de los bienes de consumo duradero, en particular automóviles.