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Crear en un mundo de hombres

  • Charlamos con una directora de cine, una fotógrafa, una escritora y una cantante

  • Cuentan el trato diferente que se les da en su profesión por ser mujeres

LUISA SEGURA ALBERT
8 min.

Llegas al banco a pedir un préstamo y te preguntan por tu marido. Tienes un hijo y tus compañeros de profesión te comentan eso de “¡Ah, bueno, que ahora tienes un niño!”, como queriéndote decir que no estás rindiendo igual.

Eres directora de cine –en el siglo XXI– y te piden, como todos los meses de marzo, que formes parte de un festival en el que se pretende sensibilizar a la sociedad de que las mujeres también trabajan y que lo pueden hacer igual –o mejor– que los hombres.

Eres madre junto a tu pareja, que es también mujer, y te inscriben en el registro civil como “padre” de la criatura porque los formularios aún no se han adaptado a la vida actual, la única que existe. Abres una puerta y cuatro señores se detienen de golpe, amablemente, para dejarte paso.

¿Podemos afirmar que no vivimos en un mundo de hombres?

Para responder a esta pregunta hemos charlado con 4 mujeres del panorama cultural español que –según afirman– han tenido que esforzarse más que ellos por el mero hecho de haber nacido mujeres: Paula Ortiz, directora de cine; Amparo Sánchez, cantante y compositora; Carmela García, fotógrafa; e Inma Chacón, escritora.

"Aún somos minoría en el mundo de la música"

Dos de marzo. Nueve y media de la mañana. Amparo Sánchez, excomponente de Amparanoia y a punto ahora de publicar su segundo disco en solitario –Tiempo de seguir–, habla con RTVE.ES de los baches con los que se ha encontrado en sus 18 años de carrera musical.

“La verdad es que intento tener una mirada positiva, porque efectivamente las cosas han cambiado. Aún me acuerdo de aquel día en que fui al banco, hace 12 años, a pedir un préstamo y me dijeron que no, que lo tenía que pedir mi marido”, explica con cierto resquemor.

Aún me acuerdo de cuando fui al banco y me preguntaron por mi marido, cuenta Amparo Sánchez

“Pero eso ahora no pasa tanto. Lo que yo sí estoy sintiendo estos años es que aún somos minoría y se nos trata de diferente manera, por lo menos en el mundo de la música. Los hombres se entienden mejor entre ellos. Tienen otro código”, añade.

Amparo Sánchez, con 42 años y dos hijos, sigue implicada en la defensa de los derechos aún inalcanzados de las mujeres: “El 8 de marzo voy a participar junto con otras mujeres en una jam session en Barcelona. Creo que es necesario”.

Pero no se conforma con acudir cada año a la típica cita del 8 de marzo. Amparo Sánchez lleva tiempo dedicando muchas de sus canciones a los problemas con que se enfrentan las mujeres:

“Ella es mujer de este tiempo que le tocó en la vida ser padre y madre a la vez. Ella es mujer que va aprendiendo lecciones de la vida. Da la trampa y la mentira, escapando de lo feo, no quiere volver a saber” (Ella baila Bembe).

“No es una película de terror, sino de interrogación. Hombre violento, demonio, testimonio. Ellas dicen ya estoy bien, al menos, mi vida, saldré; otras se quedaron atrás. Nada hicieron, todos sufrieron, mujeres sin miedo” (Mujeres sin  miedo).

“Tenemos menos ambición que los hombres”, continúa. “Si tienes que elegir, siendo mujer, entre tu vida profesional y personal, aflojas más en el trabajo… Pero es que creo que nosotras disfrutamos más de la vida. Yo he triunfado, sí, y he renunciado por ellos a muchas cosas. Por ejemplo, a irme de gira por EE.UU. Eso un hombre no lo haría”.

"Los proyectos artísticos más importantes recaen en los hombres"

Carmela García tiene 47 años. Es una de las fotógrafas más reconocidas del panorama artístico español y expone habitualmente en la Galería Juana de Aizpuru  (Madrid).

Su máximo interés siempre ha sido –y sigue siendo– representar a la mujer en el Arte como sujeto activo. Su último proyecto, que se ha visto hace unas semanas en la Feria Arco y que se expone actualmente en Lisboa, ha sido crear una ficción sobre los paneles de San Vicente de Fora, que datan del siglo XV. García reunió y fotografió a las mejores pintoras portuguesas actuales, que representan a la descendencia del desconocido autor de esos paneles.

“Mi insistencia en retratar el mundo femenino tiene que ver con el posicionamiento que tengo ante el mundo como mujer. En mi caso, ser mujer ha sido un condicionante que ha marcado mi forma de ver la vida”, explica la lanzaroteña. “Porque claro, naces en un país sexista, en una familia tradicional y… éstos son condicionantes obvios. Y si naces en el 64, como yo, te tienes que posicionar. A mi padre no le pareció bien que fuera fotógrafa. No le faltaba razón, ¿eh?” (lanza una carcajada).

Los proyectos artísticos más importantes recaen siempre en manos de hombres, apuntilla Carmela García

Pero no sólo haber nacido mujer en un determinado círculo familiar ha hecho que esta artista, afortunadamente, haya creado lo que ha creado. García está convencida de que los artistas tienen siempre razones personales para hacer determinadas cosas. “La autorepresentación también está ahí. De hecho, mucha gente cree que soy yo la que aparezco en las fotos”.

Sobre la discriminación que sufren las mujeres, García lo tiene claro: “La sigue habiendo, claro que sí. Los proyectos artísticos más importantes de este país recaen siempre en manos de hombres”.

Y nos cuenta su experiencia personal como madre: “La visión que los demás tienen hacia ti cuando eres madre cambia. A mí me comentan eso de que “ah, claro que ahora tienes un hijo”.

“Ojalá no existieran festivales sobre la mujer”

Una de las sonrisas que más relució la noche de los Premios Goya fue la de Paula Ortiz. Esta directora de cine llegaba a la alfombra roja con 33 añitos de vida y tres nominaciones bajo el brazo para su primera película, De tu ventana a la mía, que se estrena el 9 de marzo. Una historia de 3 mujeres en momentos y espacios diferentes que, a pesar de la distancia en el tiempo y en el lugar, tienen mucho en común.

Un día antes, el 8 de marzo, tendrá lugar en Madrid el preestreno, en el marco del festival Ellas crean.

“Creo que este festival es un lugar donde se pueden compartir universos de sensibilidad femenina, a veces ni siquiera solo de mujeres. Por ello nos presentamos para proyectar la película”, explica Ortiz.

Tenemos más impedimentos que ellos en el mundo del cine, comenta Paula Ortiz

“Lamentablemente son necesarios estos foros. Ojalá no existieran. Y estoy contenta de haber hecho esta película porque es un canto contra la desesperanza”, reconoce.

Como para no estarlo. Paula Ortiz ha trabajado en este largometraje con Maribel Verdú, Roberto Álamo, Fran Perea y Álex Angulo, entre otros. “¿Ser jefa de Maribel Verdú? Pues ha sido un lujo. Maribel es muy receptiva y muy rápida. Es un río emocional”, explica.

El que crea en la suerte dirá, sin duda, que Paula Ortiz es una chica muy afortunada: “Yo lo he tenido fácil porque nací en una familia feminista. Más tarde, para acceder a becas en EE.UU. y para estudiar cine, tampoco tuve demasiadas dificultades por ser mujer. Otra cosa diferente es el mundo laboral: ahí sí veo más impedimentos. Hay muchos hombres en el mundo del cine y la verdad es que acceder a los puestos de dirección no es tan sencillo.

"Apenas hay mujeres en los puestos directivos"

Inma Chacón ya no es la hermana de Dulce. Es la escritora poetisa que ha quedado como finalista del Premio Planeta por Tiempo de arena, una novela –la cuarta que escribe– protagonizada por 3 mujeres que llegan a España a finales del siglo XIX y se quedan atónitas al ver la deplorable carencia de derechos de aquella época en este país. Además, es la hermana de Dulce Chacón, autora de la novela inspiradora de la "goyeada" La voz dormida.

Hemos querido hablar con ella para que nos cuente cómo han cambiado las cosas desde hace un siglo hasta aquí en cuanto a derechos de la mujer se refiere.

“Para escribir esta novela me he documentado mucho. De hecho, me he basado en Carmen de Burgos, Clara Campoamor y Concepción Arenal, entre otras, a las que mis personajes admiran profundamente. La historia es ficticia pero se apoya en hechos reales: por ejemplo, hasta 1910 las mujeres en España no podían ir a la Universidad a no ser que tuvieran un permiso de Gobernación. Y si conseguían el permiso, no podían ejercer tras obtener el título”, cuenta Chacón.

Cuando yo era joven aún existía la Ley de Obediencia Marital, comenta Inma Chacón

La ley de la silla” –prosigue– “permitió a las mujeres ver su jornada laboral reducida de 14 a 10 horas y les dio la oportunidad de sentarse en una silla para descansar, cosa que antes no podían hacer”.

Alivios jurídicos aparte, Chacón nos habla también de su experiencia personal. “Yo nací en una familia muy tradicional, de 9 hermanos, en pleno Franquismo. Cuando yo era jovencita aún existía la Ley de Obediencia Marital, que obligaba a las mujeres a pedir permiso al marido para todo, y, sí, lo pasé mal, aunque era lo que había”, cuenta un tanto resignada.

“Hemos adelantado mucho en 100 años. Hoy en día las mujeres son mayoría en la Universidad, leen más que los hombres, etc. Pero no se ha superado el “techo de cristal”. No hay apenas mujeres en los puestos directivos de las empresas. Ni siquiera en el PSOE, que ha defendido tanto la paridad”, explica.

“Y otro problema grave es la violencia de género. Vamos hacia delante, pero aún queda mucho por hacer en este aspecto”.

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