El asesino confeso de la masacre de Oslo y la isla de Utoya, Anders Behring Breivik, que mató a 77 personas el pasado mes de julio, tenía una lista de doce importantes políticos “traidores” como futuros objetivos marcados para su ejecución, entre los que destacaba el ministro de Exteriores, Jonas Gahs Store. Además, también tenía en el punto de mira a varias organizaciones como Amnistía Internacional, la Policía Real o la Corporación de Radiotelevisión noruega, informa Europa Press que cita al diario noruego Verdens Gang.
Poco antes de los atentados, Breivik publicaba un manifiesto en el que arremetía contra los "traidores" e izquierdistas por su endeble postura ante la inmigración.
El pasado 6 de febrero, el autor confeso justificaba la masacre que perpetró en Oslo y la isla de Utoya por considerarla necesaria para evitar la "destrucción cultural" de Noruega.
El discurso ultranacionalista y xenófobo avanza en Noruega
"Los miembros del movimiento noruego no nos sentaremos a contemplar cómo nos convertimos en una minoría en nuestro propio país", aseguraba Brevik durante su comparecencia ante el tribunal que juzga los atentados.
"Los ataques contra la sede del Gobierno fueron preventivos y dirigidos a las personas que están perpetrando la destrucción de la cultura y la etnia noruegas", añadía el autor confeso antes de exigir su inmediata liberación.
Primer atentado terrorista en la historia de la pacífica Oslo
El propio Breivik ha apuntado que los ataques fueron sólo una "preparación" y que, si todo hubiera ido según sus planes, al menos tres o cuatro vehículos más hubieran estallado en Oslo. Asimismo, ha asegurado que tenía planeados ataques contra las centrales nucleares del país.
"Los noruegos de raza serán una minoría en Oslo en los próximos diez años. Es un hecho. Represento a la resistencia noruega", ha apostillado.
Ésta era la quinta vez que Breivik comparecía ante un tribunal, un procedimiento necesario conforme a la normativa noruega para mantener al sospechoso bajo custodia. En dos de ellas, la audiencia ha sido a puerta abierta. Por otro lado, está previsto que comience el juicio el próximo 16 de abril.
Además, la policía de Noruega ha indicado que existen pruebas de que Breivik planeaba atentar contra la Policía Real, Amnistía Internacional (AI), la Corporación de Radiotelevisión Noruega y múltiples organizaciones más, según informa el diario noruego Verdens Gang.