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Los Hermanos Musulmanes procesionan hacia el poder en Egipto en medio de las protestas

  • La principal formación islamista se mueve con prudencia en la transición egipcia

  • Son los claros favoritos para ganar las elecciones legislativas

  • Han establecido lazos con la junta militar y los jóvenes desconfían de ellos

ESTHER VÁZQUEZ
5 min.

Los Hermanos Musulmanes son los favoritos de los comicios legislativos que han arrancado en Egipto, cuya campaña electoral se tiñó de sangre.

Sin embargo, "el Islam es la solución”, el eslogan de los hermanos, sigue despertando dudas sobre cómo van a solucionar, si consiguen formar parte del poder, esta caótica transición, una etapa de la que los jóvenes más revolucionarios no quieren ni oír hablar .

"¿De qué nos ha servido esta revolución?", gritan enfurecidos los protagonistas de Tahrir.

Después de la salida de Mubarak, muchos periodistas y blogueros han sido detenidos, la libertad de expresión sigue siendo un sueño, la corrupción continúa como mal endémico y el nivel de vida ha empeorado aún más, con más paro y precios más altos.

La indignación saltó a la calle

Por este motivo, los jóvenes más combativos desean una completa página en blanco que elimine cualquier rastro del pasado y por supuesto de la cúpula militar, a quienes acusan de perpetuar la política represiva de Mubarak y de faltar a todas sus promesas.

Los Hermanos Musulmanes, sin embargo, prosiguen un camino callado, como una procesión, que sabe donde tiene que ir a parar, una estrategia de ir paso a paso, tal y cómo nos confirmó al programa En Portada su portavoz Issan Al Arian en una entrevista realizada el pasado mes de marzo:

“Desde 1938 tenemos una estrategia de ir paso a paso, no confiamos porque no sólo trabajamos en la esfera política, trabajamos en todos los aspectos de la vida y tiene que haber un equilibrio, un equilibrio de esfuerzos en todos los aspectos, así que no queremos tener la mayoría en el Parlamento, no queremos presentar candidatos a las presidenciales. Tenemos que esperar a se construya un nuevo estado civil democrático, un nuevo sistema democrático".

Una estrategia bien programada desde el principio, pero que ahora, en la actual situación, parece ambigua: los hermanos han condenado la violencia de las fuerzas del orden contra los manifestantes, pero no desean que esta protesta se extienda más.

Como al inicio de las revueltas, su participación en todas las protestas callejeras ha sido a modo individual y no de organización.

Desde el inicio han preconizado una transición pacífica, la misma que ha apoyado todo el tiempo Estados Unidos. El ejército ha contado con ellos y ha puesto a uno de sus destacados miembros Sobhi Saleh , abogado y antiguo diputado, en el Comité para la Reforma de la Constitución.

Prudencia política

También propiciaron el sí en el referéndum sobre la Constitución, aprobado en marzo de este año y formaron su partido Libertad y Justicia,  al que invitaron a sumarse a todos los egipcio, esbozando algunas líneas de su nueva política en las que dejaban claro que no deseaban convertir a Egipto en un estado islámico.

Su prudencia política se puso también de manifiesto cuando afirmaron  que limitarían a un tercio el número de candidatos al Parlamento.

Para muchos de los jóvenes que participan en las actuales protestas, la postura de los Hermanos Musulmanes más que prudente, es una manera de mostrar su interés por el poder y no por la revolución. 

Para los dirigentes de la organización, se trata de no dar pretextos que puedan utilizar en su contra y sobre todo que puedan aplazar la fecha de elecciones, en un momento en que están seguros de que obtendrían buenos resultados.

Esta organización, que se fundó en Egipto hace 83 años por Hassan Al  Banna, dispone de un enorme engranaje social que abarca hospitales, universidades, escuelas, organizaciones benéficas y un importante número de seguidores.

Han sido los pioneros del islamismo político ya que, aunque estuvieron ilegalizados también en tiempo de Mubarak, pudieron presentarse a las elecciones como independientes y llegaron a ser la segunda fuerza política parlamentaria.

Su experiencia política es otra baza de la organización, en medio de un mosaico de partidos recién nacidos tras la revolución.

Distintas corrientes

En Egipto, donde la ley islámica es la principal fuente de derecho, sus votantes confían en alguien que siga los principios islámicos, aunque después de tantos años de ser ese fantasma que Mubarak aireaba cuando pedían cambios, la gente sigue desconfiando de la organización,  y muchos a pesar de su gran presencia en el país, no conocen su perfil político.

Dentro de la organización permanecen distintas corrientes, representadas sobre todo por las ideas más conservadoras de los viejos miembros y las nuevas formas de pensar, más liberales de las nuevas generaciones de los Hermanos,   diferencias que en ocasiones han provocado grandes divisiones que no han dejado trascender más allá de su círculo.

Todas las miradas están puestas ahora, en los resultados que coseche su coalición. En declaraciones a En Portada Abdul Rahman Al Bar, miembro de Consejo Ejecutivo de la organización aseguraba que los hermanos, que no quieren una mayoría,  esperan que se construya una vida política fuerte y estable en la que otros partidos tengan la oportunidad también de estar representados.

Tronco de una organización que se expande por 83 países del mundo, los vínculos se estrechan en esta llamada “primavera árabe”.

Si las urnas confirman las previsiones, veremos si esos primeros pasos de la fuerza más votada siguen siendo pausados y firmes, si su anunciado islamismo moderado sigue siendo el peor de los males para Estados Unidos, si logra que el ejército se aparte definitivamente de las decisiones políticas y sobre todo, si se consigue la paz y la libertad para el país.

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