Dice no sentirse orgulloso de ser el líder político mejor valorado por los españoles, porque no por "ser el suspenso más alto", deja de estar uno suspenso". Su nombre ha sonado varias veces para ocupar una cartera como ministro; la última ocasión fue durante la legislatura que acaba de terminar.
Josep Antoni Duran i Lleida es por segunda vez consecutiva el candidato de Convergencia i Unió (CiU) a la presidencia del Gobierno. Mano derecha del presidente de la Generalitat, Artur Mas, este aragonés de nacimiento y catalán de convicción es la apuesta de la coalición en Madrid.
Licenciado en Derecho, ejerció como abogado laboralista y arrancó en las postrimerías del franquismo su carrera al ingresar en Unión Democrática de Cataluña. Desde entonces, ha recorrido todos los escalones de la política, al pasar por ayuntamientos, parlamentos autonómico, nacional y hasta el europeo.
Desde que en el año 2004 Xavier Trías, hoy alcalde de Barcelona, se despiese de la portavocía de CiU en el Congreso, Duran i Lleida, que ya ha cumplido los 59, se ha convertido en la voz de la coalición en la Carrera de San Jerónimo.
Su tono educado y su actitud proclive a los pactos postelectorales, no le han impedido copar titulares esta precampaña al arremeter contra aquellos que "reciben el PER (Plan de Empleo Rural) para pasar una mañana o toda la jornada en el bar de su pueblo". Unas declaraciones que le valieron la reprobación del Parlamento de Extremadura y de Andalucía, al entender que atentaba contra la dignidad de sus ciudadanos.
Sus detractores le acusan de haberle sacado esta legislatura las castañas del fuego a Rodríguez Zapatero, con quien mantuvo tensiones tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Cataluña. La abstención de CiU a los últimos presupuestos generales y al plan de ajuste de mayo de 2010 "alargaron la vida" a un Ejecutivo, que finalmente optó por adelantar los comicios.
Hubo de esperar más de cuatro años para ver en negro sobre blanco la decisión de los jueces sobre el texto estatutario y fue Duran el primero de la federación catalanista en dar voz a su descontento.
"Es un fallo que llega tarde y mal y en un momento poco oportuno", sostuvo entonces en RNE, en referencia a las elecciones catalanas que estaban a la vuelta de la esquina. Artur Mas 'barrió' en las urnas y sus ambiciones nacionalistas se fijaron entonces un nuevo frente: el pacto fiscal. De joven quiso ser músico y periodista, y se le nota en sus dotes de comunicador, siempre presididas por un fuerte afán de consenso pese a sus últimas polémicas.
Acomodador de cine y fan de Manel
Casado desde de 1986, comparte con sus tres hijas el gusto por la música actual. No tiene complejos al afirmar que disfruta escuchando a grupos de otras generaciones, como Manel, aunque siempre encuentra tiempo para reencontrase con Cecilia, Serrat e, incluso, Eric Clapton.
En la adolescencia, trabajó como acomodador en el cine de su padre en Alcampell (Huesca), su pueblo natal, donde siempre encontraba una butaca en la penumbra para que los amigos disfrutasen de un rato de intimidad con las chicas, tal y como contó en el programa de TVE 'Volver con...'.
Sabe lo que es superar un cáncer que 'explota' a pocos días de que arranque una campaña electoral. En febrero 2008, cuando era candidato de CiU a la presidencia del Gobierno, fue operado de un tumor maligno en su pulmón derecho y no necesitó quimioterapia.
"Que un día, a media mañana, te digan que tienes cáncer te cambia la vida. Es un sello que llevas para siempre", ha reconocido este "apasionado amante de la política" en los micrófonos de RNE.