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Leonard Cohen: poeta y, por el camino, músico

JULIO RUIZ (RADIO 3)
3 min.

[Este artículo fue escrito originalmente en 2011 con motivo de la concesión a Leonard Cohen del Premio Príncipe de Asturias de las Letras]

Más de medio siglo uniendo palabras para darles ritmo a sus escritos. Un poco menos, desde mediados de los 60´s, vistiendo esos textos y transformándolos en canciones. Cohen, poeta, y, por el camino, músico.

Su casi coetáneo Bob Dylan fue distinguido con el Príncipe de Asturias de las Artes hace cuatro años; al canadiense le toca el de literatura, el de las Letras.

Y es que hay tanta poesía atrapada en su cancionero que resulta difícil, por exceso, quedarse con un repóquer de piezas que cumplan esa doble misión: lo que cuenta y cómo se cuenta. Poemas ascendidos a canciones o, en la ruta a la inversa, temas musicales que guardaban un poema en su esqueleto. Valgan, no obstante, a título personal, estos cinco detalles.

"Suzanne", del álbum 'Songs of Leonard Cohen' (1968)

Incluso para alguien poco o nada interesado en Leonard Cohen, esta canción será reconocible como su estandarte musical y poético. Una canción de amor con segundas vueltas y terceras lecturas. Cuenta Leonard Cohen: ¿Suzanne Verdal era la esposa de un amigo mío, Armand Waillancourt, que era una gran escultor de Montreal, y que aún sigue siendo amigo mío. Suzanne me invitó a su casa cerca del río y me sirvió té Constant Comentary, que estaba lleno de pedacitos de naranja. Esos elementos me dieron el rocío para soñar la verdadera velada de canción, pero sólo fueron el rocío. Y aunque parezca mentira, aún miro a las chicas, no veo a ninguna, sólo hay paz interior y armonía¿.

A Cohen le gusta colocarse a la distancia justa para tener perspectiva. Y por eso también le gusta usar la tercera persona. Un canto a una bella mujer. Un poema –como tantos otros- hecho canción. El hábitat en el que se desarrolla la escena es un río.

"Avalanche", de 'Song of loves and hate' (1971)

Leonard Cohen - "Avalanche"

Podría ser una pariente lejana de ese “partisano” que no es propio. De nuevo el amor o la mujer que está al alcance o no tanto. Basta con dos trozos de su letra explicativos (“no me quieras con tanta fuerza ahora” o “es tu turno para quererme mi bienamada”)

“Lover, lover, lover”, de 'New skin for the new ceremony' (1974)

Cohen - "Lover, lover, lover"

Forma parte de New skin for the old ceremony y coincide con aquel primer concierto a disfrutar en el Teatro Monumental de Madrid. Dos pueblos: el árabe y el judío. Y nuestro protagonista intentando tender un puente de amistad y hermanamiento.

“Dance me to the end of love”, de 'Various positions' (1984)

"Dance me to the end of love"

Belleza y caos al mismo tiempo. Luminosa y sombría. Hay un amor ideal que se puede prolongar hasta el final de los días pero que puede acabarse de forma inopinada con la muerte. ¿Qué es mejor: ser correspondido o ignorado?

“Diamonds in the mine”, de 'Songs of the love and hate (1971)

Cohen - "Diamonds in the mine"

Amor y guerra (la de Vietnam). Amor y odio, a la vez. ¿Para qué buscar o hablar de la mujer deseada si no queremos que esté a nuestro lado? “No hay cartas en el correo ni bombones en las cajas…o diamantes en la mina”.

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