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Continental Airlines y uno de sus mecánicos, condenados por el accidente del Concorde de 2000

  • Un tribunal francés los considera responsables del siniestro en el que murieron 113 personas

  • La aerolínea estadounidense deberá pagar un millón de indemnización a Air France

RTVE.es
4 min.

La compañía estadounidense Continental Airlines y uno de sus empleados han sido condenados este lunes por el accidente del Concorde de julio de 2000, en el que murieron 113 personas, la mayoría ciudadanos alemanes que viajaban a Nueva York.

El Tribunal Correccional de Pontoise, en las afueras de París, ha impuesto a la aerolínea estadounidense una multa de 200.000 euros al declararla responsable del accidente. Además, deberá pagar una indemnización de un millón de euros a Air France, propietaria del Concorde siniestrado: 500.000 euros por daños por "perjuicio moral" y otros 500.000 por "daños a la imagen" de la compañía francesa.

El juez considera a Continental penalmente responsable porque una lámina metálica de uno de sus aviones cayó en la pista de despegue y fue el origen del accidente del avión supersónico, que despegó después por esa misma pista del aeropuerto parisino de Roissy.

Excluída la responsabilidad del fabricante

Además, el tribunal también ha impuesto una condena de 15 meses  de cárcel exentos de cumplimiento al mecánico de Continental  que había colocado de forma inadecuada la lámina.

El fallo judicial considera que John Taylor hizo una reparación defectuosa al colocar en un DC-10 de Continental esa lámina de titanio que se quedó en la pista del aeropuerto Charles de Gaulle de la capital francesa y que causó el reventón de un neumático del Concorde durante el despegue.

Las proyecciones de partes del neumático agujerearon el depósito de combustible del supersónico, que se incendió instantes antes de emprender el vuelo y unos segundos más tarde se estrelló contra un hotel, en el que cuatro personas resultaron muertas, además de los 109 ocupantes del avión (100 pasajeros y nueve miembros de la tripulación).

La sentencia excluye la responsabilidad penal del fabricante del Concorde (integrado ahora en EADS) y de la Dirección General de la Aviación Civil de Francia (DGAC, que había otorgado la licencia de vuelo a esta mítica aeronave.

Según la sentencia publicada este lunes, el jefe mecánico de Continental Airlines, Stanley Ford, que también había sido encausado, ha sido absuelto. Igualmente han sido absueltos otros tres personas que se habían sentado en el banquillo durante los cerca de cuatro meses que ha durado el juicio oral: el responsable del programa Concorde del fabricante Aerospatiale, Henri Perrier; el ingeniero jefe del modelo supersónico, Jacques Herubel, y el directivo de la DGAC Claude Frantzen.

En el caso de estos últimos, los jueces estimaron que habían realizado adaptaciones pertinentes en el Concorde en respuesta a los incidentes que se habían producido durante la vida comercial del avión y, por tanto, que no se puede achacar el accidente del 25 de julio de 2000 a una vulnerabilidad particular de concepción de la que tuvieran conocimiento.

No obstante, EADS como sucesor de Aerospatiale tendrá que asumir un tercio de las indemnizaciones a las víctimas al haber sido declarado responsable civil por negligencia.

Continental anuncia un recurso

La aerolínea norteamericana ya ha anunciado que recurrirá la  sentencia de la justicia francesa porque, según su abogado  Olivier Metzner, la decisió "protege únicamente los intereses  franceses".

Metzner ha reprochado al tribunal haber "preferido  privilegiar sólo los  intereses nacionales y respetar el símbolo que representaba el icono del  Concorde", al descartar la culpa de las empresas y los organismos  franceses concernidos.

Queda por ver la reacción de las 29  personas que se habían constituido  en acusación particular, algunas de las cuales habían manifestado  durante el proceso su descontento porque no hubieran comparecido como  encausados responsables políticos y ejecutivos de las compañías directa o  indirectamente implicadas.

El juicio en apelación será otro capítulo más de la historia del Concorde, marcada por este accidente que condujo a un fin anticipado de su vida comercial en octubre de 2003, una vez que las dos únicas compañías que lo tuvieron en sus flotas, Air France y British Airways, decidieron jubilarlo tras 27 años de uso.

El que fuera el avión más rápido de la aviación comercial, el único que superaba la barrera del sonido, fue un fiasco financiero para esas dos aerolíneas en términos operativos, aunque contribuyó a reforzar su imagen de marca. 

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