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Madrid respira normalidad con los servicios mínimos de Metro, aunque madruga por si acaso

  • Los usuarios de Metro han acudido con tiempo para no llegar tarde

  • Los trenes de Cercanías tienen menos afluencia que los días anteriores

  • Los autobuses van más desahogados y hay taxis en la paradas

LAURA G. TORRES
6 min.

Madrid respira hoy después de dos días de huelga en el Metro sin servicios mínimos, que sí se han cumplido en esta jornada en la que los ciudadanos han vuelto a recurrir a este transporte, aunque con algún resquemor: "He salido media hora antes de casa, y mañana también lo haré, por si acaso", explica a RTVE.es Manuel, que apenas ha tenido que esperar cinco minutos para coger el tren.

El comportamiento de Manuel ha sido el de casi todos los madrileños esta mañana, que han optado por coger el Metro, pero han madrugado más porque no se fiaban del cumplimiento de los servicios mínimos, que es del 50% de los trenes.

Este usuario viaja a las 07.00 horas en la línea 3 desde Legazpi hasta Sol para allí coger la línea 2 hasta Noviciado. Un trayecto que en Metro no suele emplearle más de 20 minutos, los dos últimos días de huelga le ha supuesto hasta dos horas en autobús "porque el tráfico era imposible y los autobuses iban llenos". "Lo suyo es que haya servicios mínimos y que acudan al juez si los consideran exagerados, pero no puede ser que te dejen paralizado con el poder que tiene esta gente", afirma.

Dependiendo de la estación, algunos andenes están repletos mientras se espera la llegada del siguiente tren -las pantallas sólo avisan del tiempo de espera cuando falta un minuto-, aunque no suele ser más de diez minutos. Los vagones van llenos, pero tampoco más que un día normal en hora punta. Donde sí hay colas es en las máquinas expendedoras de billetes y en las taquillas que están abiertas, sobre todo para sacar el abono mensual. "Hay cola porque muchas máquinas están fuera de servicio, y eso debe ser por los servicios mínimos", comenta Juan.

Sagrario, que va a Moncloa desde Delicias, dice que la de este jueves es una jornada de "respiro" después de dos días "fatales", aunque también ha salido media hora antes de casa. "No puedo entender. Como servicio público deben cumplir los servicios mínimos, porque a mí también me han bajado el sueldo y no cerramos el hospital", se queja.

Mucho más solidaria con los trabajadores de Metro se muestra Rosa, que se baja del Cercanías en Nuevos Ministerios sobre las 8.00 horas. "Se les sataniza y parece que la huelga es caprichosa, cuando los que la hacen están perdiendo salario y quizás su propio puesto de trabajo",  señala esta pasajera, que desea que el ciudadano comprenda que ésta "es la lucha de todos".

Ya cabe la bici en el Cercanías

"Metro Madrid nos informa de que como mínimo garantiza el 50% de los trenes". Es el mensaje que se puede leer en los paneles luminosos de las estaciones de Cercanías como la de Sol. "Sigue habiendo bastante afluencia, más que un día normal, pero no como los dos anteriores", explica Carlos, de Renfe.

José Luis y Rafael son usuarios habituales de Cercanías y hoy confirman que los trenes van mucho más desahogados. De hecho, el primero suele viajar con la bici hasta Tres Cantos, donde al llegar utiliza la bicleta para desplazarse a su trabajo. Hoy ha vuelto a llevarla en el tren, pero martes y miércoles la tuvo que dejar en casa porque los trenes iban llenos.

Autobuses menos llenos y taxis en las paradas

El cumplimiento de los servicios mínimos también se ha traducido en autobuses urbanos mucho más vacíos y paradas con muchas menos colas, aunque la afluencia de público ha sido un poco superior. "Los autobuses van con un poco más de gente que un día normal, pero hoy van desahogados", comenta a RTVE.es un chófer de la EMT.

También lo confirman los propios pasajeros que esperan en las paradas de la zona de Nuevos Ministerios. Allí, una mujer algo despistada, pregunta a la periodista sobre qué autobús debe coger para ir al Barrio del Pilar, que ya cogió ayer pero no recuerda dónde. "No me he atrevido a coger el Metro, no vayan a hacer alguna pirula", comenta.

Los taxistas han notado la activación de los servicios mínimos y hoy vuelven a tener un nivel de clientela de un día normal. De hecho, pueden verse taxis en las paradas, cuando martes y miércoles fue prácticamente misión imposible hacerse con uno libre en la calle. "Estos dos días ha habido mucho más trabajo, pero era más difícil circular por el colapso del tráfico", explica José Carlos, taxista de la Castellana, quien añade que el tráfico también se ha normalizado en las calles, aunque en la M-30 "es un poco superior a lo habitual porque la gente no se fía de que, por un acto de sabotaje, se paralice el Metro".

La fluidez de la circulación también la ha notado María al desplazarse en coche al trabajo: "Hoy todo es maravilloso. He tardado media hora, lo que tardo habitualmente, no la hora y tres cuartos que tardé ayer", comenta feliz.

Los comerciantes vuelven a vender

Si hay quienes verdaderamente están agradecidos por el restablecimiento del servicio de Metro son los comerciantes de los subterráneos, que aseguran haber pasado dos días "horrorosos".

"Ha sido terrible, con la caja prácticamente a cero", se lamenta Lucía, que regenta un comercio de moda en la estación de Avenida América. "El día 5 tengo que pagar el alquiler del local y la falta de ventas me va a repercutir", comenta a la vez que despacha un pantalón a una clienta.

"Hoy están las ventas como un día normal, pero como esta gente haga paro indefinido me van a perjudicar mucho", indica Daniel, de un kiosco de prensa.

Por su parte, Raimundo, que tiene un kiosco de la ONCE en Sol, asegura haber perdido 600 euros en estos dos días, "y sigo perdiendo, porque normalmente a esta hora -07.20 horas- esto está lleno, y hoy sólo hay gente cuando para un tren".

"He tenido dos días de vacaciones forzosas", comenta con sorna Carlos, un músico colombiano que toca el órgano eléctrico en Avenida América, aunque suele cambiar de estaciones para "no aburrir a la gente". Hoy dice que la situación es normal y confía en que "sacaremos lo suficiente para sobrevivir".

Andrés, camarero de una cafetería del suburbano, hoy vuelve a despachar más cafés, aunque con la 'sorpresa' para el cliente de que ha subido 5 céntimos. "¿Quién paga los platos rotos de la huela? La gente. ¿Quién paga los platos rotos de la crisis? La gente. La gente lo paga todo", se queja, aunque respira algo más tranquilo que ayer.

También iba la jornada mucho más fluida para Antonio, repartidor de prensa gratuita a la salida de Nuevos Ministerios. "Hoy la situación es como un día normal, ya no es un caos, pero estos dos últimos días ha sido horrible y hemos tenido que hacer malabares para poder repartir", nos explica este trabajador, que también ha madrugado más para coger el Metro y llegar a su puesto, "creo que he cogido el primero...".

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