La tormenta tropical Alex, convertida ya en el primer huracán de esta temporada, ha tomado fuerza este miércoles en el golfo de México, se dirige hacia el nordeste de México y el estado de Texas y está poniendo en riesgo las operaciones contra la marea negra en las costas de Luisiana.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha declarado el estado de emergencia dado que Alex, inicialmente una tormenta tropical, se ha convertido en huracán, y ha ordenado el envío de ayuda federal para sostener los esfuerzos de las autoridades locales.
Mientras, las autoridades mexicanas han puesto en marcha medidas similares y han anunciado la muerte de una persona.
Álex es el primer huracán de la temporada en el atlántico, con vientos de hasta 130 kilómetros por hora, según ha indicado el Centro Nacional de Huracanes, basado en Miami (Estados Unidos).
A las 11:00 hora peninsular española, el centro del huracán se sitúa a 280 kilómetros al este de la localidad costera mexicana de La Pesca y a 375 kilómetros de Brownsville (Texas), es decir, en la frontera océanica de Estados Unidos y México.
Alex se dirige ahora ahacia el nordeste y no está previsto que vaya en dirección a la zona donde está la marea negra, en el golfo de México, que se produjo tras el naufragio de una plataforma de BP a finales de abril, cerca de las costas de Luisiana.
Amenaza la lucha contra el vertido
Sin embargo, los vientos han formado altas olas que puede conducir a BP a suspender ciertas operaciones de recuperación del petróleo.
En principio, Alex debe llegar a tierra firme a última hora del miércoles o el jueves cerca de la frontera americo-mexicana que separa los estados de Texas y de Tamaulipas.
Una mujer de 23 años ha muerto ya en México por las lluvias provocadas por Alex en México por las fuertes precipitaciones el martes por la mañana en el estado de Oaxaca, al sur.
"Hemos sido informados por los efectos potenciales de Alex y estamos en estado de alerta", ha declarado el director de Protección Civil de la localidad de Nuevo Laredo, en la frontera con Texas, que ha adelantado que se están preparando alojamientos provisionales.
Frente a la marea negra en el estado americano de Luisiana, los guardacostas han indicado que las olas de dos metros y de los vientos a 40 kilómetros por hora han perturbado la recuperación y la quema del petróleo que flota en la superficie.
"Los vuelos para aplicar dispersantes se siguen manteniendo, pero el petróleo no se quema ni se recupera en la superficie", ha reconocido un portavoz de BP.
Para este miércoles se esperan olas de 3,5 metros de alto en la zona. "Parte de la recuperación de petróleo bajo la superficie del agua no se puede producir cuando la marea está fuerte", ha añadido el portavoz.
Alex también retrasó la introducción de un tercer buque de recuperación de crudo.
Estados Unidos ha anunciado que aceptará 22 propuestas de subvención presentadas por 12 países y organizaciones internacionales'para combatir la marea negra.