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El Predicador del Papa: Los hombres deben pedir perdón a las mujeres por la violencia doméstica

  • Cantalamessa ha condenado además los casos de curas pederastas

  • Lamenta que los jóvenes de hoy 'jueguen con la violencia'

EFE
3 min.

Benedicto XVI ha conmemorado este viernes en el Vaticano la Pasión del Señor, en la que el Predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, ha condenado los casos de curas pederastas, ha expresado solidaridad al Papa y ha exigido a los hombres que pidan perdón a las mujeres por la violencia contra ellas.

Algunas horas después, Benedicto XVI seha trasladado al Coliseo de Roma para presidir  el Vía Crucis en el lugar que simboliza el sufrimiento de los primeros  cristianos.

"Junto con la violencia sobre los niños, de la que se han manchado desgraciadamente no pocos miembros del clero, hay otra igual de grave, la violencia contra la mujer, que se desarrolla dentro de los muros domésticos, a escondidas de todos y que muchas veces viene justificada con prejuicios pseudo religiosos y culturales", denunció Cantalamessa.

Ante el Papa y miles de personas que han asistido en la basílica de San Pedro a los ritos del Viernes Santo, Cantalamessa ha pronunciado una homilía que ha titulado: "Los hombres tienen que pedir perdón a las mujeres".

Lamenta que los jóvenes 'jueguen' con la violencia

El franciscano ha denunciado que la sociedad actual es muy dada a condenar la violencia y a la misma vez favorecerla y exaltarla y que mientras se rasga las vestiduras ante ciertos hechos de sangre, no da importancia a que en los diarios, la televisión, etc..., se describan con precisión hechos de violencia y se publiciten películas y videojuegos violentos.

Ha denunciado asimismo la violencia juvenil y ha dicho que la actual generación de jóvenes, que ha tenido "el rarísimo privilegio de no conocer una guerra o ser llamados a las armas", echan mano de la violencia, "por juego, estúpido y a veces trágico", destruyendo estadios, escuelas, etc, "con el mismo instinto que movía a las hordas primitivas.

Cantalamessa ha agregado que, no obstante, existe una violencia "aún más grave" que la anterior: la violencia contra la mujer.

"Mucho más grave porque se desarrolla en los domicilios, a escondidas, es incluso justificada con prejuicios pseudo religiosos y culturales, las víctimas se encuentran desesperadamente solas e indefensas y mucha de esa violencia tiene un móvil sexual", ha afirmado.

El religioso ha dicho que sólo gracias al apoyo de asociaciones e instituciones algunas mujeres encuentran la fuerza para denunciar al culpable, "el macho, ése que cree demostrar su virilidad infiriendo contra la mujer, sin darse cuenta de que está demostrando sólo inseguridad y bellaquería", ha subrayado.

La pederastia en la Iglesia, una "mancha desgraciada"

Cantalamessa ha condenado también los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes a niños, que ha calificado de "manchas desgraciadas" de los eclesiásticos y ha desvelado la carta que le ha enviado un judío en la que éste le expresaba que estaba siguiendo "con disgusto", el "ataque concéntrico" contra el Papa y la Iglesia por los casos de pederastia.

"El uso del estereotipo, echar las culpas personales a una colectividad me recuerdan los aspectos más vergonzosos del antisemitismo", le dijo el amigo judío a Cantalamessa por las acusaciones vertidas contra el Papa.

Una cruz cubierta con una tela roja, colocada en el altar mayor de la Basílica de San Pedro, ha presidido la solemne ceremonia del Viernes Santo, durante la que Benedicto XVI, descalzo, ha orado durante varios minutos de rodillas ante la Cruz.

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