El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha anunciado que ha ordenado al Organismo iraní de la Energía Atómica que inicie el proceso de enriquecimiento uranio al 20 por ciento.
En un discurso transmitido por la televisión estatal, el mandatario precisó que esa orden no significa que su país haya renunciado a la negociación.
"Ustedes inicien el enriquecimiento del uranio al 20 por ciento, mientras nosotros estamos dispuestos a negociar para el intercambio de combustible nuclear", dijo el mandatario al presidente del citado organismo, Ali Akbar Salehi, presente en el acto.
A este respecto, Ahamdineyad hizo referencia al plazo de dos meses dado por Irán a Occidente para resolver el pulso nuclear y reiteró que su país "está dispuesto a dialogar sobre el intercambio de combustible nuclear".
"Nosotros comenzamos (el enriquecimiento) aunque el camino de la negociación sigue abierto", recalcó.
Los iraníes realizarán el proceso de enriquecimiento de uranio al 20% en la planta de Natanz, según ha anunciado el director del Organismo iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehi.
"El enriquecimiento se realizará en la planta de Natanz, ya que la nueva central de Fordu aún no esta operativa", ha precisado el responsable iraní, cuyas palabras reprodujo la agencia estatal de noticias Irna.
Un nuevo capitulo nuclear
Además, reveló que los científicos iraníes han logrado desarrollar una tecnología que permite enriquecer el uranio a través de la técnica láser.
"El láser permite separar los átomos, lo que significa que puede servir para enriquecer el uranio con el grado que uno quiera... pero de momento no pensamos utilizar este método de enriquecimiento", explicó.
"Para enriquecer el uranio tenemos centrifugadoras que si Dios quiere podremos utilizar para enriquecer el 20 por ciento y ser autosuficiente", detalló.
Las declaraciones del presidente abren un nuevo capítulo en el enconado pulso que Irán mantiene un enconado pulso con gran parte de la comunidad internacional a causa de las sospechas que levanta su programa nuclear.
Países como Estados Unidos, Israel, Francia, Alemania y el Reino Unido acusan al régimen iraní de ocultar, bajo su esfuerzo atómico civil, un proyecto de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear, alegación que Irán rechaza.
El conflicto se agravó a finales del pasado año después de que Teherán rechazara una propuesta de Washington, París y Moscú para enviar su uranio al 3,5 por ciento al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20 por ciento, en las condiciones necesarias para mantener operativo su reactor nuclear civil en la capital.
Irán cambia de opinión
En un aparente cambio de postura, Ahmadineyad aseguró el pasado martes que su país no tiene problema alguna para enviar el uranio al exterior".
"Nos han pedido recientemente que iniciemos un nuevo diálogo y han dicho que están dispuestos a suministrarnos combustible, incluso si el nuestro permanece en Irán... pero incluso si enviamos el combustible nuclear al exterior, no será problema", dijo durante una entrevista con la televisión estatal.
La declaración consiguió abrir de nuevo la brecha entre las grandes potencias, y en particular entre Washington y Pekín, que mantienen posturas divergentes sobre la polémica.
Estados Unidos presionaba desde hace meses para conseguir que todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respalden un endurecimiento de las sanciones políticas y económicas al régimen de los ayatolá.
Esta misma semana, el departamento de Estado de EEUU instó a Irán a dejar de lado la incertidumbre y dar una respuesta definitiva y precisa a la cuestión.
China, por su parte, señaló que las palabras de Ahmadineyad significan que aún existen posibilidades de lograr una salida diplomática a la crisis.
Sin embargo, parece que el presidente iraní apuesta por el discurso más duro.
"Utilizan la tecnología para subyugar a los pueblos. Creen que la ciencia es monopolio suyo", añadió este lunes.
Washington quería sancionar a firmas estadounidenses que suministren combustibles y otros productos refinados de petróleo a Irán. Irán es uno de los mayores productores mundiales de petróleo, pero importa combustible debido a la falta de refinerías propias.