Estados Unidos da el pistoletazo de salida al consumo navideño. El viernes después de Acción de Gracias inaugura la temporada de mayores ventas de todo el año y marca la tendencia del próximo mes. La foto del día son las tradicionales carreras y aglomeraciones para conseguir la ganga.
Las tiendas ofrecen importantes rebajas para atraer a los consumidores. Se espera que acudan 183 millones de personas, según la asociación de minoristas. Los más ansiosos han hecho cola a la puerta, aguantando el frío de la noche, para ser los primeros en entrar. Las grandes superficies han abierto a las cinco de la madrugada.
Otros centros, como Wall Mart, han ido más lejos y han permanecido abiertos desde el jueves. Querían evitar que se repitiera la locura del año pasado cuando una multitud aplastó a un vigilante de seguridad. Y siempre queda la posibilidad de comprar online: más de 100 millones de internautas lo prefieren.
Un viernes para cuadrar las cuentas
Se llama Black Friday -viernes negro- porque el tirón en las ventas permite a las empresas salir de los números rojos y registrar beneficios, los números negros.
No obstante, los resultados ya no se concentran en esta época y el día de Nochebuena sigue batiendo el récord de ingresos. En todo caso, el Black Friday es una de las seis o siete fechas clave del consumo en un país donde supone el 70% de su economía.
Y además, suele ser un anticipo de cómo irá la campaña navideña. Este año, el Conference Board estima que los estadounidenses se gastarán unos 390 dólares en regalos, un 5% menos que el pasado, que ya fue malo.
La crisis enfría los ánimos
Muchos visitantes no equivale a muchas ventas. El paro y la sequía de crédito hacen que los consumidores miren con lupa las ofertas. Según una encuesta de la consultora Accenture, el 86% no están dispuestos a comprar si el descuento no rebasa el 20%.
Además, las rebajas se han multiplicado a lo largo de este año, para conjurar la crisis y liquidar inventarios. De cara al futuro inmediato, las cifras de consumo de noviembre se han desacelerado con respecto a octubre y no auguran despilfarros.
En conjunto, los analistas no se ponen de acuerdo en las previsiones. La Federación Nacional de Minoristas calcula que las ventas caerán un 1%, en la misma medida que el año pasado. En cambio, el ICSC, que agrupa a los centros comerciales, espera una subida de hasta dos puntos. Los primeros datos se publicarán el próximo domingo.