Se ha consumado lo que parece un golpe dentro del golpe en Honduras.
Roberto Micheletti ha nombrado y preside él mismo el supuesto gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional previsto en el acuerdo de la semana pasada y del que no forman parte representantes del derrocado Manuel Zelaya.
Micheletti ha hecho dimitir esta tarde a todo su gobierno de facto para nombrar a otro gobierno. Es decir, Micheletti ha hecho la misma cesta con otros mimbres.
Rotos los acuerdos
Por su parte, el presidente Zelaya ha dado por fracasado el acuerdo en Honduras. También, ha rechazado enviar posibles representantes a ese gobierno, que considera una burla.
Aunque el acuerdo no fijaba quién debería presidirlo Zelaya cree que es inadmisible que sea precisamente el golpista Micheleti, quien lo nombre y lo vaya a presidir.
Así las cosas el acuerdo alcanzado parece ahora papel mojado, aunque la comisión de verificación aún no lo ha dado por muerto y dice confiar en que la situación pueda reconducirse.
Sigue sin convocarse el pleno del Congreso que debería decidir sobre la restitución de Zelaya en la presidencia y el gobierno golpista se mantiene con la voluntad de seguir así hasta las elecciones.
El Frente de la Resistencia, que exige la vuelta de Zelaya y que se revierta el golpe de Estado, ha anunciado que boicoterá las elecciones y que está preparando nuevas movilizaciones al tiempo que ha exigido a Estados Unidos y a la OEA que demuestren su voluntad de que se restituya la legalidad en Honduras.
La tensión va en aumento. Acaba de estallar una artefacto a las afueras de un Banco, es la tercera bomba en las últimas 24 horas, aunque sin que haya víctimas.