Tal como se esperaba, la Reserva Federal ha decidido mantener los tipos de interés en el 0,25%, un nivel mínimo que intenta estimular la economía desde el pasado mes de diciembre. Además, se ha cuidado muy mucho de lanzar señales de cambio en su política monetaria. Al contrario, seguirá así durante un "periodo prolongado de tiempo"
La Fed ha expresado también su confianza en que la recuperación empieza tomar forma: el crecimiento en el tercer trimestre, un 3,5%, ha puesto fin a doce meses de caídas consecutivas.
Pero a pesar de ello y de que las expectativas de inflación han aumentado ligeramente, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, es reacio a encarecer el precio del dinero. Al menos, mientras no se recupere el empleo.
De momento, el paro está en el 9,8% y la Casa Blanca ya ha reconocido que el próximo dato -se hará público este viernes- seguirá siendo malo. Se espera que la tasa suba una décima y se destruyan cerca de 200.000 puestos de trabajo.
Otras razones, otras reacciones
La Reserva Federal también ha tenido en cuenta que cualquier indicio de que fuera a subir los tipos en un futuro cercano, impulsaría a los inversores a vender sus bonos del Tesoro norteamericano. Estas ventas encarecerían el ya escaso crédito a los consumidores y pymes, lo que podría ahogar la recuperación.
En los mercados, la esperada decisión de la Fed ha hecho caer al dólar, mientras que las bolsas sigue al alza en todo el mundo y el oro bate un nuevo récord.