La Audiencia de Barcelona ha condenado a once años y tres meses de cárcel a Mario Fernández Torres, un joven neonazi que, junto con un grupo de ultras menores de edad con los que iba, intentó matar a puñaladas a un antifascista con quien se toparon en el metro de Barcelona.
En la sentencia, la sección 21 de la Audiencia de Barcelona condena a Fernández Torres por un delito de asesinato en grado de tentativa, con el agravante de discriminación por ideología, ya que el tribunal considera probado que la agresión tuvo su origen en el rechazo a la ideología de la víctima.
Los hechos ocurrieron el 6 de septiembre de 2008 en el pasillo de transbordo de la estación del metro de Urquinaona, donde el condenado iba con un grupo de menores de edad, con los que compartía su ideología nacionalsocialista, y se toparon con Rubén T.G., a quien identificaron como un antifascista por una cazadora que llevaba.
Los ultras dieron media vuelta, le siguieron y uno de ellos le preguntó acerca de su ideología, a lo que la víctima, que iba con su novia y su hermano de 8 años, les dijo que era antifascista.
Ante esa respuesta, lo acorralaron contra la pared, lo golpearon y, con el acuerdo de los demás, el menor Cristian B.C., que ya ha sido condenado por un tribunal de menores por esta agresión, le asestó varias puñaladas en la cara y en el pecho.
Durante el juicio, Fernández Torres admitió que dos meses antes de la agresión habló con algunos amigos de su intención de "ir de cacería" de "guarros" (para él, antifascistas) y que el día de los hechos se dejó "llevar un poco".
Actuó de manera conjunta
La sentencia se remite a la jurisprudencia del Tribunal Supremo para condenar a Fernández Torres como autor del intento de asesinato, ya que subraya que, pese a que las puñaladas las propinó Cristian B.C., "no es necesario que cada coautor ejecute, por sí mismo, todos los actos materiales integradores del núcleo del delito pues a la realización del delito se llega conjuntamente".
En este sentido, remarca que Fernández Torres actuó de manera conjunta con sus cuatro amigos menores de edad, en una "acción concertada y colaborando de manera objetiva y eficaz a la consecución del fin perseguido".
En el fallo, el tribunal no duda a la hora de calificar al condenado como seguidor de la ideología nacionalsocialista, como cree que queda acreditado después de que los Mossos d'Esquadra analizaran el contenido del disco duro de su ordenador y varios mensajes que transmitió por "Messenger" donde saludaba mediante una imagen de Hitler saludando.
El condenado, que tenía en su casa un ejemplar del "Mein Kampf" (Mi lucha), de Adolf Hitler, almacenaba en su ordenador archivos sobre doctrina fascista y contra el colectivo judío y homosexual, además de unas 200 fotografías de símbolos como cruces esvásticas y célticas.
A causa de la agresión, Rubén T.G. sufrió heridas en la cara y en el hombro que le tuvieron hospitalizado seis días y le mantuvieron 21 días de baja, por lo que la sentencia también fija que el condenado le indemnice con 10.185 euros.