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Acusan al ministro británico de Finanzas de estar implicado en los abusos a los fondos públicos

  • Según denuncia 'The Daily Telegraph', pidió ayudas para su piso aunque tenía residencia oficial

  • Un portavoz de Alistair Darling niega que haya violado las reglas

  • El domingo, el primer ministro británico un plan reformas urgentes para que no ocurra de nuevo

EFE
3 min.

El ministro británico de Finanzas, Alistair Darling, abusó del sistema de compensaciones a los parlamentarios por sus segundas residencias, según publica el diario "The Daily Telegraph".

El periódico señala que el ministro laborista reclamó dinero del erario público por un piso de su propiedad pese a disfrutar de una vivienda oficial en el número 11 de Downing Street, donde es vecino del primer ministro.

Una portavoz de Darling negó, sin embargo, que el ministro hubiera violado las reglas sobre gastos parlamentarios. Según "The Daily Telegraph", en julio del 2007, poco después de convertirse en titular de Finanzas y pasar a ocupar su nueva residencia oficial, Darling reclamó el pago de 1.000 libras (1.140 euros) por gastos de comunidad de su piso del sur de Londres.

Darling fue conocido en los últimos meses como el "enemigo público número 1", por su intención de elevar los impuestos de las bebidas alcohólicas.

Antes incluso de que el diario publicase la noticia de los supuestos abusos, el líder del partido liberal-demócrata, Nick Clegg, exigió su dimisión, citando los supuestos abusos.

Los sondeos, pesimistas con los laboristas

El domingo, el primer ministro, Gordon Brown, anunció un plan de reformas constitucionales para poner fin a ese tipo de prácticas. A su vez, el líder conservador, David Cameron, advirtió de que no podía acometerse una reforma de forma precipitada y reclamó en su lugar la pronta convocatoria de nuevas elecciones, que su partido está seguro de ganar, según todos los sondeos.

Un sondeo publicado el pasado sábado por el periódico "The Times" reveló que, de celebrarse hoy elecciones, los laboristas obtendrían sólo un 21 por ciento de los votos frente al 41 por ciento de los conservadores.

La cifra es aún peor para las elecciones europeas del jueves, ante las que sólo un 16 por ciento afirma que votará por el partido del primer ministro.

Ello supone que el laborismo sería la tercera fuerza más votada por detrás de los conservadores, que obtendrían un 30 por ciento, y del antieuropeo UK Independence Party, que lograría un 19%.

Los liberal-demócratas obtendrían un 12% de los sufragios, los verdes un 10% y el ultraderechista Partido Nacional Británico (BNP) un 5%.

Pese a los malos augurios para las elecciones europeas de este jueves, el primer ministro británico insistió este fin de semana en declaraciones a la televisión en que no piensa dimitir, aunque otros dirigentes del partido consideren que esa decisión sería la única forma de evitar un descalabro aún mayor en las elecciones generales, previstas para el próximo año. 

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